'67.||DECEPCIÓN.

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REBECCA!

       —¿VAS a decirme el motivo de tu visita?—pregunté mientras llenaba las dos tazas de té y después de agarrarlas y llevarlas a la mesa, repetí la acción dejando un frasco de azúcar en el centro. Me senté en la mesa, frente a mi inesperada visita y después de acomodarme, Miré la taza, crucé mis brazos sobre la mesa y clavé mis ojos en su rostro;—¿Y?

—Bequi, yo—inició y le interrumpí rápidamente.

—No, Bequi no...—me reí sarcástica;—sólo mis amigos pueden decirme así, vos ya no sos una, y me pregunto si alguna vez lo fuiste, Fiama.

—Rebecca, sólo, escuchame—soltó un suspiro lleno de bronca y arqueé la ceja;—Lo vi a Dylan, con Iara nuestra compañera de trabajo, estaban juntos caminando por la cuadra que está lleno de moteles, no sé si pasó algo mas, pero pensé que deberías saberlo.—Me miró con lástima;—sé que ya no crees nada de lo que digo, pero esta vez es cierto.

—Fiama, quisiste estar con él y nunca me lo dijiste, vos insististe en que me juntara con él y después me maltrataste un millón de veces. Usaste a Joaquín, me pasaste por encima, mentiste, mucho, ¿Y esperas que te crea?—pregunté—soy un poco ilusa, quizás demasiado a veces... Pero éste no es el caso. Y si fuese verdad lo que me estas diciendo, no me interesa porque Dylan y yo hace mucho que no estamos juntos.—Sus ojos se abrieron enormemente por la sorpresa de la última frase. Mi corazón se rasgó al tiempo en el que dije esas palabras.

—¿Puedo preguntar porqué ya no lo están?—preguntó.

—No, porque no es asunto tuyo.—Respondí poniéndome de pié;—Y creo que ya es hora de que te vayas.

Ella miró el suelo y se puso de pie, sus ojos estaban aguados pero se dirigió a la puerta. Me miró con tristeza y antes de marcharse, me volvió a mirar;—Te extraño todos los días—susurró, y se marchó dejándome con dos té, ya fríos por el tiempo que habían permanecido allí y una tormenta de sentimientos.

Tiré todo, ordenando como si fuese un robot ya que no pensaba nada. Toda mi atención se dirigía a la tonta de Fiama que había estropeado todo, y cuando yo pensé que no podría dejar de amarla nunca, ella se ocupó de demostrarme lo contrario.

Podía superar mi enojo hacia ella, de hecho, lo había hecho hace bastante. Pero de la decepción no se podía escapar tan fácil, y ella me había decepcionado más que nadie en el mundo.
Su emoción por ser la primera en todo, la mejor, el centro de atención sin importar donde estábamos, fue mas grande que su cordura y su noción. Siempre había tenido las mejores notas y el armario más grande, había sido la primera en crecer y la primera en besar un chico, la primera en tener sexo y la primera en decirle te amo a la otra. Había sido la que inició toda nuestra amistad, repleta de buenos momentos los primeros años, y también, la que le puso un punto final a todo. Porque así era Fiama, a veces por querer tener todo, lo echaba a perder.

Le escribí un mensaje a Dylan preguntándole si quería comer en mi casa, después de todo, tendríamos que unirnos un poco a la fuerza. La llegada de dos hijos no sería fácil si estábamos distanciados. Dejé el celular un segundo y antes de levantarme del sofá, volvió a sonar. Encendí la pantalla y quedé perpleja ante la notificación que Instagram me proporcionaba;

INSTAGRAM

@iampaloma comenzó a seguirte. 32 seg.

@iampaloma quiere enviarte un mensaje.
Quiero que nos veamos mañana, si o si.

¿Y ahora qué?

✧Ángel ↦Dillom✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora