「✦」Después del No-Fin de los tiempos.

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Comienza a atardecer y aquello provoca que dentro de la tienda de Aziraphale, los colores se vuelvan cálidos, con una luz tan tenue que es incluso agradable recibirla a las espaldas mientras lees un libro allí sentado

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Comienza a atardecer y aquello provoca que dentro de la tienda de Aziraphale, los colores se vuelvan cálidos, con una luz tan tenue que es incluso agradable recibirla a las espaldas mientras lees un libro allí sentado. Después de los últimos acontecimientos ocurridos, el ángel se había tomado unos días de descanso para cerrar la tienda y estar en total calma. Después de todo, había que aprovechar el momento y más ahora que no podían saber cuando volvería a ser el Fin de los Tiempos.

Una taza de chocolate, ya templado se encontraba en la mesa cercana al sofá, donde Aziraphale leía tranquilamente y ensimismado, completamente dentro de la historia. Podría pasar un huracán o producirse un terremoto, que aquel ángel solo podría percatarse de que algo sucedió tiempo después de que acabase. Aquel era su pequeño encanto, después de todo.

El gesto del ángel era plácido, mientras parecía disfrutar cada letra, Crowley se atrevería a decir que pocas veces le había visto tan feliz como cuando lo veía leer un buen libro.

   Cruzó sus brazos y se apoyó en el marco de la puerta, mientras sus pupilas afiladas desfilaban por cada huella de expresión en el semblante del rubio y un suspiro escapó de sus labios. El demonio le observaba con silencio a su alrededor, sin atreverse a interrumpirle, como si una pared invisible les dividiese.

—¿Ángel? — Su voz escapó tímida, a causa de los nervios. Había algo que torturaba su mente. 

Solo la presencia de aquel demonio podía alterar la paz y sacar a Aziraphale de aquella burbuja que creaba al leer. En segundos, alzó su rostro, para mirar con sorpresa a Crowley. En su rostro se formó una sonrisa al verle allí apoyado sobre el marco de la puerta.
Colocó el marcapáginas dejando el libro en su regazo.

—No sabía que vendrías, Crowley. Pero no te quedes ahí de pie, ven a sentarte aquí, sabes que eres bienvenido siempre.—era su más preciado amigo, aunque en su interior sus sentimientos eran mucho más profundos de lo que jamás sería capaz de afirmar.— ¿Estás bien, Crowley? 

El tono del ángel cambió al mirar su rostro y ver preocupación en él.

  El pelirrojo se mantuvo en silencio, curvando sus labios en tensión y su mirada se entristeció un poco, la bajó. 

—Es...  es bueno tenerte de vuelta. — Una suave sonrisa tomó su rostro con cierta timidez. Crowley le miró con  amabilidad, pero algo incómodo al admitir palabras como aquellas, no era su rollo.

Sin embargo, aquello le estaba matando, lo pasó realmente mal cuando pensó que no vería más a Aziraphale. Lo había echado de menos.

Aziraphale arqueó ligeramente sus cejas, preocupado al oirle y dejó el libro a un lado, levantándose para acercarse a él.

—Es bueno tener de nuevo un cuerpo. —el ángel se rio levemente y le miró con una sonrisa tierna cuando ya estuvo frente al pelirrojo.—Creo que nunca antes lo dije, Crowley, pero... Gracias por estar ahí siempre, de verdad. A veces suelo decirte cosas inapropiadas y tal vez podría herirte, pero realmente agradezco tener tu amistad.

ღ Ineffable husbands - ONESHOTS ღWhere stories live. Discover now