Capitulo 27/ Estaca al corazón

398 35 49
                                    

En el camino iba pensando en todo lo que haría cuando llegara a Suiza. Todos los paisajes que pintaría y todo lo que conocería con Mila a mi lado. Mi sueño empezaba a volverse realidad, ya nada me detendría. Me acercaba a la calle en donde yo vivía, estaba ansiosa por terminar de revisar las maletas y de tener un tiempo para despedirme de todos los recuerdos que tenía en esa casa, pero justo antes de doblar la esquina apareció una figura delante de mi vestida de gabardina y sombrero. Me tomó del brazo y me jaló hacia un lugar con menos iluminación. Yo asustada traté de zafarme pero era mucho más fuerte que yo.

—¡Déjame! ¿Qué quieres? Llamaré a la policía—grité.

—¡Sh! Baja la voz— me ordenó de pronto. Miré extrañada al saber de quien se trataba.

—¿Por qué siempre te tengo que encontrar en algún tipo de situación extraña y sospechosa?— pregunté harta de estos encuentros. —Tuve un mal día, no lo quiero empeorar.

—Lo siento, no puedo hacer más— se quitó el sombrero dejando ver su cara.

—Johan, no tengo tiempo para esto— me di la vuelta pero me detuvo.

—No quiero dejar cabos sueltos, Bianka— suspiré lista para escuchar lo que tenía que decir.

—Mira sé que todo esto es extraño, que desde que acabó la guerra yo he estado ausente y metido en asuntos que no puedo contar. Sé que llegué repentinamente a la mitad de una vida que ya habías construido sin mí y eso te causó mucha confusión, lo entiendo. Pero Bianka, no puedo negar que te amo y que no te cambiaria por nada— Johan me tomó de la mano. Yo esperé a que prosiguiera pero no lo hizo.

—¿Esa fue tu explicación?— pregunté extrañada.

—¿Qué tiene?— respondió. Resoplé y quité mi mano de la suya. Me llevé las manos a mi cara y la froté para sacudir todo.

—¿No tienes nada más que decir?— me aseguré antes de soltar todo lo que yo tenía que decir.

—Que te amo Bianka Rutkowski— sonrió y pude ver sus intenciones de correr hacia mi, así que lo detuve.

—No— dije en seco. Johan se quedó extrañado.

—No entiendo nada de lo que pasa contigo— proseguí dando vueltas en círculos. —Me tienes en un subibaja de emociones, sin explicaciones ni nada. Apareces, desapareces, pasan cosas extrañas alrededor de ti, te están buscando y yo, por alguna extraña razón, llevo encubriéndote desde que llegaste. Así no funcionan las cosas Johan. No sé qué pasó con ese Johan de Varsovia, el que velaba por la seguridad de todos, que se preocupaba por mi, que era sincero y honesto con sus sentimientos, aventurero, que no le temía al futuro. Por años he intentado ocultar lo que siento por ti y ahora no sé si merezcas escuchar un "te amo" de mi parte. Yo volví a empezar mi vida, conociendo nueva gente, haciendo cosas diferentes en lugares distintos y llegas tu a reclamar lo que algún día pensaste que te pertenecía. Has estado ausente, no me explicas nada y cuando te lo pregunto a la cara lo cubres con un solo "es porque te amo, Bianka"... Esa frase es mucho más poderosa, no sirve para tapar tus inseguridades ni mucho menos como excusa para que se te perdone y la usas para cosas superficiales. Esa vez en el centro de Varsovia, cuando tú te encontrabas en un estado de vulnerabilidad y humillación incomparable yo estuve ahí para ti sin importar lo que la gente dijera. El "te amo" que salió de mi boca fue el "te amo" más sincero que jamás haya dicho y me da tristeza pensar que los tuyos de ahora fueron solamente para regresar a algo que nunca estuvo— mi respiración era agitada y la cara de Johan no se veía bien.

—Es que no lo entiendes... lo tuve todo contigo, todo Bianka. Me enseñaste a ser una mejor persona y a hacer decisiones para el bien de todos. Y ahora no tengo nada porque tú estás atrapada en un ciclo en donde no haces nada, solo te lamentas por tu marido y por todo lo que pudiste haber hecho mientras yo no estaba. No creo que entiendas todo lo que conlleva llegar hasta aquí sano y salvo después de vivir todo lo que yo viví. Te hundes en tus propios pensamientos sin acordarte de que estás ahí por tu culpa. Es cansado estar pidiéndote que me perdones porque aunque lo has hecho muchas veces, sé que no lo haces de corazón porque algo te retiene de hacerlo. No puedes vivir con el hecho de que la vida que planeaste conmigo no es como te la imaginas y eso te carcome todas las noches. Esto es el mundo real Bianka, despierta de una vez por todas. Si te digo que "te amo" es porque en verdad lo digo en serio. Quizá en formas y contextos que no imaginaste pero esto es la realidad. ¿O a caso todo lo que sentías antes no fue real?—esa conversación iba escalando demasiado rápido.

Edelweiss: el pasado al acechoWhere stories live. Discover now