Beast(Nuevas especies #1)

capítulo V

Justince North se encontraba en su oficina andando de un lado a otro como un animal enjaulado, estaba alterado por la reciente noticia que habían recibido, una extraña mujer había llegado a las puertas de Homeral pidiendo ayuda para otras especies que estaban en peligro, hasta ahí todo bien, el no dudó en tomar la decisión de que los ayudaría ,pero, la mujer había dicho que estos estaban en México ¡Mexico!y no sabía que hacer, ¿y si es una trampa?, pondría a su pueblo en peligro pero si era verdad entonces tenía que hacer lo que fuese posible para protegerlos, eso no estaba en duda, lo que no sabía era si confiar o no en la palabra de la mujer.

-Darknes, Jericho y yo la interrogaremos, soy canino sabre con más exactitud si miente o no- dijo Beast desde su sitio con una sonrisa- podemos persuadirla.

-Quiero respuestas lo más rápido posible, no juegos Beast- dictaminó el líder de las nuevas especies mirando el concejal.

Beast sin decir nada más se levantó de su sitio y salió de la oficina junto a los dos machos hacia las salas de interrogatorio.
Justince miraba por la cámara la sala de interrogatorio donde habían dejado a la mujer, su comportamiento daba señal de lo nerviosa que se encontraba pero, lo más raro era que no sentía el típico cosquilleo de cuando precensiaba un peligro y eso lo inquietaba mucho más. Sus cejas se fundieron ante la vista de la hembra humana, era más alta que su Jessi, incluso casi llegando a la altura de sus hembras y parecía fuerte y atlética pero se podía ver que era más mayor aunque su físico no lo pareciese, lo que la delataba eran las pequeñas arrugas en su rostro. Sus instintos no surgieron con violencia sino solo una pequeña inquietud al verla así de nerviosa. Esperaba no equivocarse con ella.

Aunque pareciese tan fuerte y confiado, no se sentía cómodo al intimidar a ninguna hembra incluso aunque fuese humana. La sala de interrogatorio no estaba muy lejos y ya se estaba replanteando la idea de intimidar a la mujer, pero tampoco iba a quedarse quieto sin hacer nada. Las nuevas especies eran libres desde hace tres años y no iba a permitir que nadie lastimarse a su gente, era un concejal y también una nueva especie que sabe lo que es la libertad y si había alguna esperanza de encontrar a más especies y mostrarles el mundo, uno muy distinto del que vieron en las jaulas, estaría dispuesto a todo. Sin embargo, si esta es una trampa no dudaría en mancharse las manos de sangre nuevamente.
Levanto la vista, tras esa puerta estaban las respuestas que necesitaba y con un suspiro colocó su mano en el pomo de la puerta.

Tres años, ese era el tiempo que había vuelto a ser feliz y no estaba dispuesta a arriesgar la vida de ninguno de sus hijos. Desde el día que recuperó a su hija y al mismo tiempo adoptó a nose cuantos otros adoptó como suyos, la dicha y ka felicidad la habían invadido y solo se concentró en darles felicidad y protección, había comprado terrenos en los lugares más recónditos y lo había convertido en su hogar, pero ahora su hogar estaba siendo amenazado por una extraña organización ligado a industrias Mercile y la mejor opción que encontró fue la one, ellos la ayudarían a protegerlos. No quería perder a ninguno de sus niños y si ahora uno de sus niños estaba en peligro, significaba que todos estaban en peligro y pediría ayuda a quien fuese necesario. Y ahora estaba aquí, en el Homeral, y para ser exactos en una sala que parecía ser la habitación de tortura, un escalofrío recorio su cuerpo pero se negó a sentir miedo. Tenia que convencerlos de ayudarla.

Ha llegado la hora se dijo a sí misma al escuchar la puerta abrirse aunque no podía ver nada. Tenia que darse prisa, algo le decía que sus hijos estaban en peligro, no podía darse el lujo de perder siquiera un segundo más.

Jericho se quedó apoyado en la puerta, no estaba a favor de intimidar a una hembra, le domina los oídos cuando alguna de ellas gritaba, era mejor mantener la distancia y cuando fuese necesario se presentaría.
Darknes solo quería volver con su compañera y disfrutar del día, de solo pensar en ella ya estaba duro como una roca. Frustrado se colocó justo en frente de la hembra humana.