Capítulo cuarenta y siete

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En la tarde mis amigas fueron a visitarme al hospital, aún extrañadas que un miércoles su profesor de Literatura estuviera cuidándome. Me abrazaron y lloraron en cuanto les dije que habían querido violarme, aunque en teoría me violaron, pero como Zabdiel me había dicho, no había sido tan fuerte como le ha pasado a miles de chicas alrededor del mundo.

– ¿Y Christopher? – susurró Sasha quien sabía lo que había pasado.

Negué con la cabeza. Sasha me acarició la mano al igual que Ally.

– Todo estará bien... lo resolveremos, juntas – un vuelvo en el estómago me hizo estremecerme.

Christopher había dicho lo mismo.

– ¡Chicas, es hora de la ducha de Evie! –anunció Cindy entrando a la habitación con dos chicas a su lado. Las dos eran hermosas.

– Bueno, nos vemos Evie – se despidieron de mí.

Sasha, Ally y Jade me dieron un abrazo y besaron mi mejilla antes de irse. Cuando la habitación estuvo algo vacía Cindy empezó a ayudarme a levantarme de la camilla para llevarme al baño. Cuando quedé de pie me sentí débil. Zabdiel se dio cuenta así que fue a mi lado y me tomó por la cintura mientras ponía uno de mis brazos alrededor de su cuello. Le hizo un gesto a Cindy para que me soltara y él pudiera llevarme.

Cuando estuvimos en el baño, Cindy empezó a desconectarme del suero y todos los medicamentos que se conectaban a mí. Zabdiel le pidió a Cindy que nos dejara a solas así que ella fue por más jabón y champú.

– Tengo que ir a revisar algunos exámenes de la escuela y dar las últimas calificaciones para cerrar el curso. Mañana es el último día y no queremos que nadie se entere de lo nuestro más que Sasha, Ally y la otra chica que vino.

Asentí. Tenía toda la razón, si alguien se daba cuenta de lo que estábamos haciendo, podían quitarle el trabajo.

– Bueno, si necesitas algo, solo llámame. Estaré por aquí en la noche.

– Ya. Te veo luego entonces – me despedí.

– Nos vemos luego entonces.

...

Cuando salí de la ducha le pedí a Zabdiel por mensaje que entrara a mi casa por la ventana de la cocina y me trajera un pants. Él accedió gentilmente. Cindy me prometió que cuando Zabdiel llegara con mi ropa, me dejaría ponérmela y quitarme la horrible bata blanca con estampados extraños de mi cuerpo.

Pasé la gran parte del tiempo recostada y viendo programas de televisión porque no sabía que hacer... Y en ese momento me imaginé a Christopher, sentado a un lado de mí, abandonando su trabajo por mí, para cuidarme mientras me besaba en los labios y me acariciaba la parte desnuda de mis piernas y me susurraba cosas perfectas al oído. Me lo imaginé como cuando lo vi en la playa: con sus lentes de sol y su cabello negro y dorado revuelto por el viento mientras la luz del sol le daba un matiz perfecto al color de su piel; sus ojos miel viéndome con tanto amor que solo eso existía.

Una lágrima se derramó por mi mejilla. La retiré de mi rostro pensando en lo equivocada que había estado al hacer que Christopher se fuera sin darme ninguna explicación...

Viernes.

El día de mi graduación había llegado, Jessyca se apareció en la habitación junto con mis padres para darme de alta y quitarme todas las bolsas de plástico conectadas a mí. Tomé una ducha y me puse unos jeans y una camiseta color turquesa que me daba hasta el ombligo y encima un suetercito blanco largo. Mi mamá me cepilló el cabello y lo acomodó en una hermosa trenza. Me besó la cabeza y me ayudó a salir del baño para encontrarnos con mi padre y Jessyca.

Sex Instructor. || Christopher Velez  TERMINADAWhere stories live. Discover now