2.5 Misión rescate (2)

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La estación Solarum jamás recibió tanta atención como esa mañana, el sol surgía del océano en un hermoso reflejo, el símbolo de toda la estación era esa misma escena con una base construida sobre el agua con altas columnas y en esa ocasión servía para despedir a doscientos mil hombres dispersos en cuatro embarcaciones.

Las agarraderas se soltaron y las tres embarcaciones partieron.

Las manos de Cedric temblaron, en ausencia de un almirante, el Lunar Dos se convertía en la central de la embarcación Lunar y sobre sus manos tenía el control, las otras dos embarcaciones los seguirían, en ese momento no podía ser valiente o arriesgado, debía seguir el curso.

El tatuaje en su pecho dolió ligeramente al tener que enfrentar su propia ansiedad, al frente el camino era tranquilo, en tres horas se unirían a la flota y sin grandes tropiezos Cedric solo debía mantener el curso, básicamente una computadora o una inteligencia artificial podría hacerlo, la flota insistía en mantener pilotos humanos en caso de alguna emergencia o cualquier situación de peligro.

La embarcación dejó la atmosfera del planeta y solo entonces pudo relajarse, sus manos soltaron las palancas, por haberlas sujetado con tanta fuerza, la piel era de un verde muy claro.

– ¡Qué dramático! – un chico de cabello castaño apareció frente a Cedric, la mayor parte de su cuerpo estaba inclinado sobre la consola y lo miraba con una sonrisa.

– Jora, regresa a tu puesto – el capitán Harlock lo miró con enfado, el pasatiempo favorito de ese chico era hacer el día de Cedric más difícil, a Liam le habría gustado reasignarlo, pero el chico era un genio, realmente el mejor, sí tan solo su personalidad fuera un poco diferente.

– Sí, capitán – Ego Jora giró su silla – ¿realmente necesitamos pilotos?, yo podría programar el curso del viaje en tres minutos – sacó una Lumia y la mordió – dos sí estoy inspirado, lo asignaría a una inteligencia artificial, femenina de preferencia – miró de reojo a Sasha – sería un 45% más confiable que un humano.

– ¿Solo un cuarenta y cinco? – Cedric de verdad quería quedarse callado pero su boca tomó la delantera sin avisarle – pensé que eras el mejor pero ahora estoy un poco decepcionado.

Jora sonrió ligeramente – dilo de nuevo, cuanto tus manos dejen de temblar, niño.

Cedric se levantó de su asiento y el capitán Harlock lo tomó del hombro y lo empujó con fuerza de regreso – Jora, mantén la vista al frente – Ego rodó los ojos, era obvio que sí se metía con la mascota, el dueño brincaría por lo que no prestó mucha atención, cuando giró su asiento hacia la gran pantalla donde se mostraba el espacio.

Una extraña señal advirtió de una posible coalición y Cedric de inmediato tomó las palancas, lo que vieron cuando disminuyeron la velocidad, fue un gran planeta siendo destruido.

En esa ocasión, no solo las manos de Cedric temblaron.

Liam no mostró un solo gesto de sorpresa, él ya sabía de ese ataque, en el tiempo de una hora Axel haría su aparición y salvaría a miles, pero perdería a millones, él quería comenzar su ascenso de buena manera, aunque robarle el crédito al protagonista no era su estilo.

[ ]

[Tu memoria debe estar fallando, ¿quieres una lista del número de veces que lo has hecho?]

– A veces quisiera que no pudieras hablar.

El capitán Harlock dirigió un mensaje que se transmitiría a las tres embarcaciones – a partir de este momento tenemos una misión, rescatar sobrevivientes, todos los cargueros bajen al planeta, es una orden.

No soy un virus, soy un acosador (primera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora