2.22 Un nuevo comienzo

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– Papá, despierta –

Cedric creyó que todavía estaba soñando, pero la voz fue muy fuerte y lo arrancó de las imágenes de sí mismo perdido en el desierto, buscando algo importante, abrió los ojos con pesadez.

– Papá, por favor, despierta.

– Max, déjame dormir un poco más – entre su sueño, que sabía que era importante y el rostro de la persona a su lado pudo ver y escuchar una señal de alarma, sus ojos se abrieron y parpadeó un par de veces, movió su mano para activar una pantalla en el interior de la cabina y vio la imagen de una cadena de asteroides dirigiéndose a la embarcación, al mismo tiempo del otro lado había cerca de cuarenta navíos.

– Papá, ¿qué hacemos?, ya enviamos la señal de ayuda, pero nadie llegará en diez horas, no podemos

– Lo entiendo, Max, adelántate, iré en seguida.

Cuando vio a su hijo marcharse, su estatura tan alta como correspondía a los humanos gama, su cabello negro y muy corto, su piel oscura y sus ojos violeta, tenía una extraña sensación de nostalgia, ¿hace cuánto fue?, ¿veinte años?, ¿treinta?

Treinta y dos.

Un día, dentro de la embarcación príncipe azul abrazó al capitán Harlock y depositó un beso en sus labios, el sentimiento fue el de siempre, pero al segundo siguiente se volvió frío, como si estuviera besando un cuerpo sin vida, su cuerpo tembló y se apartó de prisa, el capitán Harlock se desmayó.

Tres días después despertó, durante todo ese tiempo Cedric estuvo al pie de su cama, cuidándolo, revisando sus signos vitales, todos decían lo mismo, el capitán estaba sano, simplemente dormía.

¿Por qué?

Cedric podía recordar todos los pensamientos en su cabeza, se colocó la chaqueta de capitán y salió de su cabina, durante esas noches, comenzó a imaginar que cuándo el capitán despertara, lo primero que haría sería llamarlo Max, después, le diría que rechazaría su cambio, en lugar de ser enviado con la Mayor, Cedric se quedaría junto a él, por una razón increíblemente simple.

Lo amaba.

No hubo lágrimas en sus ojos, después de más de treinta años llorando, ya no tenía sentido, solo de vez en cuando, una lágrima solitaria bajaba por su mejilla para secarse y desaparecer.

El motivo de su llanto fue porque al tercer día, cuando el capitán Harlock despertó, no era él.

Cedric sonrió, era una situación extraña y difícil de explicar, algo que solo personas como él y el almirante, que lo conocían muy bien podían notar, cuando Cedric vio que él abría sus ojos, sus manos se apretaron en rededor de la mano del capitán, subió a la cama, para que él fuera lo primero que sus ojos vieran, el capitán parpadeó un par de veces, miró alrededor y luego su mirada se posó sobre él.

Sus ojos estaban llenos de lágrimas, el hombre que amaba estaba despierto, de prisa trato de decir algo pero al segundo siguiente su cuerpo fue sujetado y tendido sobre la cama – sabía que cambiarías de opinión – el beso que asaltó su boca no fue como los que recordaba, no había dulzura, su labio fue mordido con fuerza, se sentía como un acto de violencia no de amor, las manos del capitán le subieron la camisa explorando su cuerpo, tocando su piel, Cedric creía que enloquecería, ese contacto que ocurrió en el pasado no se sentía correcto, se sentía diferente, agresivo, el capitán lo pellizcó y solo hubo dolor, Cedric sintió que iba a vomitar.

Y lo hizo.

– Maldita sea, ¿eres idiota?, ¿qué mierda pasa contigo?, esto es asqueroso – escuchar eso de la persona que amaba, la misma persona que antes se preocupaba por él, fue como recibir un golpe – limpia eso, iré a darme una ducha – el mismo hombre que limpió su cuerpo en el pasado y lo recostó sobre la cama sin despertarlo lo llamó asqueroso.

No soy un virus, soy un acosador (primera parte)Where stories live. Discover now