Sesión número 3

1.6K 172 195
                                    

Domingo, un día para salir y disfrutar. Eso era lo común para los demás, pero no para mí. Los domingos para Isabella Durán, alias Issy, significaban tareas, estudios, limpieza y, por último, pero no menos importante, Netflix.

Ya había limpiado parte de mi pequeño departamento, había completado los trabajos que debía entregar en la semana y repasado para el examen que tendría ese martes sobre evaluación neurocognitiva. Un día muy productivo, sí, señor.

—Duque, voy a tomar un baño calentito y luego tú y yo tendremos una sesión súper divertida de Netflix.

Mi amigo amarillo maulló en respuesta y acaricié su peluda cabecita. Podrían decir que estaba loca por hablar con mi gato, pero siempre lo hacía y no me avergonzaba.

Tarareando una canción, tomé mi toalla y entré al baño. Coloqué el móvil sobre la tapa del lavabo y coloqué música aleatoria: escuchar diferentes canciones mientras me bañaba, era como un ritual para mí. Moviendo mi cabeza al ritmo de la música, me desvestí y entré a la ducha cuando la temperatura del agua estuvo adecuada.

—Esto es tan relajante... —dije a la nada, mientras me lavaba el cabello.

No había nada como disfrutar de un largo baño caliente y dejar que el agua relajara todos los músculos del cuerpo. Estaba ida, casi en la estratosfera, cuando de repente, la música fue interrumpida por una llamada entrante. Extrañada, saqué mi cabeza de la ducha y abrí mis ojos con sorpresa al ver quien estaba llamando... y no era una llamada normal. ¡Era una jodida video llamada!

—¡Oh, dios! —grité y volví a meterme dentro de la ducha. Uno nunca sabía y con mi suerte, quizás la llamada se contestaba sola.

El baño volvió a quedar en silencio luego de varios segundos. Saqué mi cabeza otra vez y noté que la pantalla reflejaba el icono de la llamada perdida ¿No que los domingos eran sagrados para él? ¿Por qué rayos me llamaba?

Enseguida comenzaron a llegar varios mensajes. Mordí mi labio inferior, estaba indecisa entre revisarlos o continuar con mi baño, pero al final mi curiosidad pudo más y por eso, sequé mi mano con la toalla para poder leerlos.


Idiota sexy _ 16:20

¿Todo bien, gatita?

¿Ocupada?

¿Estás en una cita?

Yo _ 16:25

No... solo me agarraste en la ducha.


Tardé en procesar la información como cinco segundos, después de enviar el mensaje... ¡¿Cómo se me ocurría decirle eso?! Traté de borrarlo, pero era demasiado tarde. Ya lo había leído.


Idiota sexy _ 16:27

¿Eso tiene un mensaje oculto, gatita?

Yo _ 16:27

¿Qué rayos quieres, Benoist?


Mi rostro llegó a un nivel máximo de rojo. De nada valía seguir en la ducha, ese tonto ya había interrumpido mi momento de relajación. Cerré la llave del agua y salí para secarme. No volví a revisar el móvil hasta que estuve completamente vestida con mi pijama de ositos que era súper calentita y cómoda.

21 preguntas para enamorarseWhere stories live. Discover now