XVIII. El nacimiento de la destrucción.

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Los sueños caben dentro de una mente valiente y mueren contra las paredes de lacobardía, un sueño es sólo una realidad que aún no se ha llevado a cabo. Un sueñono es algo que esté a una galaxia de distancia, los planetas soñaron alguna vez conenamorarse y de ese amor nacieron las estrellas, los Dioses soñaron alguna vezcon amarse y de su amor surgieron nuevos ángeles, el sol soñó con amar a la lunay de su unión surgió un eclipse, un hombre tuvo una vez un sueño y por ese sueñomiles de personas fueron libres, una mujer tuvo un sueño y de ese sueño nacieronlas almas bondadosas. Los sueños sólo son imposibles si se creen imposibles. 

Tera pasó flotando y sonrió a sus hermanas que reposaban en la hierba, flotó unpoco más sobre las rocas afiladas y observó a las sirenas que en cuanto la vieronse sumergieron en el agua, Tera tenía un sueño también, pero ¿era losuficientemente valiente como para llevarlo a cabo?

Tera miró al atardecer y la forma en la que éste bañaba todo en la isla de rojo yamarillo, de amor y esperanza. Observó a las aves y como éstas iban encantadas amorir contra el arrebol para nacer nuevamente con el amanecer de cada mañana.Tera se dejó caer sobre el agua, soltó su aire hasta que estuvo lo suficientementeprofundo como para ver de cerca a las sirenas, éstas eran curiosas al igual que ella,se acercaban, pero no demasiado. Cualquiera diría que la hechicera y las sirenaseran mundos diferentes, sin embargo, ella sentía que de cierta forma volar erabastante similar a flotar en el agua, y sus mundos tenían más semejanzas quediferencias. Cautelosa de que las sirenas no se acercaran demasiado, Tera pasaba seguido a visitarlas, los cabellos de las sirenas eran casi tan filosos como la envidiaque sentía la tormenta de arena, tan letales como las palabras del abuelo y tanfugaces como las sonrisas de Sera, el arma más poderosa de una sirena no es suvoz, es su cabello.

Sera venía entrando a la casa con Kuno y el pequeño, sus sonrisas tan brillantescomo estrellas honestas. Una luz los dejó a todos sin poder ver por un segundo, yluego ellos pudieron verla a ella, era extremadamente brillante, sus cabellosllegaban hasta su cintura y portaba una corona, sus ropas parecían hechas de oro ysu sonrisa era malvadamente estremecedora, era la estrella más brillante de nuestragalaxia. 

—Oh, personas nuevas —exclamó la estrella en cuanto vio a Sera. 

La hechicera se quedó congelada debido al miedo y al resquemor que empezó aconsumirla desde adentro, sus palmas temblaron como la tierra tiembla cuando doscontinentes mueren por besarse, y su corazón se volcó intrépidamente. 

—Braíht, déjanos en paz —Kuno tomó su bastón. 

Sera pudo sentir el temor que brotaba de la voz de Kuno, discreto sí, pero paraalguien tan cercano a ella como lo era Sera, era evidente que estaba allí. Unaestrella es un ser de muchos talentos y poderes, un ser con luz propia pero tambiénluz ajena. 

—¿Quién te dio permiso de pronunciar mi nombre? —Braíht se inmutó en ira. 

La estrella era la más problemática de todos, ella creía que su superioridad sobrelos hechiceros en fuerza cósmica la volvía casi una Diosa en comparación con ellos,en los últimos días había insultado, golpeado, escupido e incluso mordido a granparte de los hechiceros que habitaban la casa de sanación. 

—Ella es mala señorita Sera —susurró el humano. 

Sera intentó recuperarse, intentó acarrear la paz de un corazón queridonuevamente, pero ni con todo el amor que un arrebol vuelto fuego desprende Serahubiese podido permanecer intacta. Hay afecciones que no son evidentesfísicamente, cuando nos lastimamos la piel ésta se regenera a sí misma, perocuando nos lastimamos el alma, cuando nos lastimamos el alma hace falta unesfuerzo mayor para repararla, no hay una receta, no hay un hechizo, sólo la luzque cada corazón desprende, aunque Sera creía que su corazón ahora carecía deluz no era del todo cierto.

—Braíht, aléjate de mi nieta favorita —el abuelo se sentó en un sillón junto a Sera. 

La estrella lanzó una mirada de odio al abuelo, casi tan fuerte como el cabello deuna Sirena, y tan directa como el contacto de un ser superior. Theros era el único delos hechiceros que podía hacerle frente a la estrella, sin embargo, ambos iban aevitar una pelea debido a que ninguno de los dos quería correr el riesgo. ¿Cómopuede un ser tan brillante en el exterior tener un alma tan oxidada? 

Kuno puso un pie delante del otro dentro de su habitación, bailaba al ritmo de lasmelodías clásicas, su tipo de música favorita. Kuno no se atiborraba las laderas desu mente con preguntas florecientes como lo hacía Tera, pero una interrogantesiempre bailaba alrededor de su mente hechicera. ¿Cómo los humanos soncapaces de traer destrucción, pero a la vez algo tan hermoso como el arte? 

Jasha se encontraba subiendo las escaleras del sótano, sus mariposas iban tras deella, cada paso iba acompañado de un sigilo propio de un asesino de Dioses, comoel vacío eterno de un espiral camino al espacio. Cada paso se anidaba en unatelaraña perfectamente tejida por una mente escabrosa, como las cuevas de unMort. La piel de Jasha sintió una presencia oscura, esperándola en la luz del día, yla fue observando poco a poco mientras su corazón latía como un ejército deelefantes blancos, ser descubierta no estaba dentro de sus planes, pero descubrirlasí estaba dentro de los planes de Sera.

 —¿Qué haces aquí prima? —sonrió Sera. 

—Buscaba a tu madre —respondió Jasha nerviosa. 

—Mi madre nunca baja por esos lugares, normalmente está en las habitaciones. 

Jasha recitó un hechizo y posteriormente apareció en la sala de estar, se movió conla avidez tatuada en su espíritu y flotó con sus cientos de mariposas monarcas parasalir por la puerta trasera, Kuno y Stohr bajaron la escalera enseguida en cuantosintieron que la persecución ocurría, Sera les había enviado un mensaje de alerta através del aire. 

—¿Qué pasó? —cuestionó Kuno apresurada. 

—Jasha robó algo —contestó Sera.Kathryn apareció en la escena, llegó con su cabello despeinado y su vestido amedio acomodar. 

—La energía que mantenía la barrera —dijo entre suspiros ahogados. 

Sera corrió saliendo por la puerta, a medida que se abría paso entre la maleza todoiba cayendo a su alrededor, seco y muerto, siguió el rastro de las mariposas rojasflotando deseando llegar a tiempo. 

—Stohr —la voz de Kathryn sonó decepcionada— creí que tu tatuaje estaba bien 

—Mamá, lo siento —dijo Stohr mientras caía al suelo de rodillas. 

Las lágrimas de Stohr volvieron a empapar el rostro del hechicero, sus lágrimasbañaron todo el lugar y la tristeza pintó las paredes como si fuese la únicadecoración que necesitaban, la madera bajo las rodillas de Stohr sintió compasión ylas sirenas compartieron su pesar incluso con la distancia de por medio. Kunoobservaba atenta, a medida que las líneas de su rostro se transformaban enconfusión, ella no sabía qué era lo que estaba pasando, nadie lo sabía. 

Sera llegó a un claro, su prima tenía tres huevos flotando muy cerca de ella, unonegro como sus intenciones, otro rojo como sus mariposas y el tercero blanco como su piel. Las mariposas monarcas se transformaron en líneas de fuego que fueronlanzadas contra Sera, un toque de sus manos bastó para lanzar a las mariposasmuertas al suelo, pero cuando Sera posó sus ojos sobre su prima nuevamente loshuevos se habían roto debido al calor, un dragón salió de cada huevo, uno de cadacolor y los tres subieron sobre el cuerpo de Jasha, la mente de Sera explotó enangustia e impotencia y su prima se despidió con una sonrisa mientras los tresdragones bebés movían sus alas.


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