(Prólogo): Eres adorable

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Febrero se marchaba y daba inicio a un marzo sencillamente agotador. Comenzaba a hacer calor en la ciudad, no era demasiado pesado pero sin dudas se sentía en todos los ambientes.

Una joven universitaria de cabello rosado se encontraba en el centro comercial cerca de su trabajo mientras leía un libro de policiales y tomaba un batido frutal de su cafetería favorita, con música relajante sonando en su teléfono y una sensación de paz que podía saborear en pequeños momentos.

No estaba atenta a su alrededor, no estaba apurada, no tenía ninguna obligación porque ese era su día libre, así que estaba inmersa en el contenido de su libro.

Del otro lado de aquel centro comercial, una chica más bajita de cabello rubio y con un gorro que tapaba la mitad de su rostro caminaba exhausta sin algún rumbo fijo. Sujetaba ambas correas de su mochila y de tanto en tanto volteaba para ver que no la siguieran, pero falló en su cometido y encontró a las tres personas de las que venía huyendo. Apuró su paso, aún si se sentía demasiado cansada, hasta que ingresó a esa cafetería.

Observó hacia todos lados en busca de alguna ayuda pero todos parecían demasiado inmersos en sus propios asuntos como para voltear a verla, así que continuó caminando evitando girar su cuerpo hasta que se topó con una cabellera rosa pastel. Algo dentro de sí le gritó que esa chica podría llegar a salvarla, así que con muchísima vergüenza se acercó veloz hacia su costado esperando algún tipo de reacción.

La pelirrosa sintió la presencia a su lado y elevó la vista, enarcó una ceja ya que juraría nunca antes en su vida haber visto a aquella niña vestida con su uniforme de escuela. La observó por algunos largos segundos que para la chica rubia parecieron interminables, hasta que la misma se cansó de aquella mirada intimidadora y, juntando el poco valor que aún le quedaba por su desesperado intento de huir, se sentó justo frente a ella en su misma mesa. Le sonrió con un leve rubor asomándose en sus mejillas, juntando sus manos, mirando ligeramente hacia el costado notando como los tres muchachos se acercaban a la zona pero aún no la habían visto.

Lentamente la chica frente a ella se fue sacando los auriculares y observó cuando pausó la reproducción en su teléfono. La miró nuevamente con el cejo levemente fruncido y una mueca seria en sus labios. La rubia suspiró sintiéndose acorralada hasta que la desconocida decidió hablar.

— ¿Necesitas algo? — Dijo tratando de no sonar tan ruda, pero fue inevitable.

La voz fastidiada de ella logró erizarle la piel logrando que se removiera lentamente de su asiento. Cuando estaba dispuesta a marcharse sin hablar, notó como los sujetos seguían rondando fuera de la cafetería, iban a atraparla y sería su fin. Tomó aire pesadamente y decidió hablar, si no lo hacía en ese momento quizá no saldría viva de allí.

— Tres chicos están persiguiéndome. Ayúdame por favor. — Pidió con su voz suave, deseando que la chica no la mandara a volar.

La pelirrosa la escuchó y por inercia llevó sus ojos hacia detrás de la muchacha frente a ella para verificar y evidentemente vio a tres hombres bastante sospechosos dando vueltas alrededor del local donde ambas se encontraban.

— ¿Los conoces? — Se atrevió a preguntar desviando la mirada para que no las descubrieran. La rubia suspiró y asintió lentamente.

— Quieren lastimarme...— Susurró sintiéndose completamente desesperada.

La de mayor edad abrió un poco sus labios en una mueca de sorpresa y molestia, observó como el cuerpo de la chica temblaba ante la anticipación y el miedo. Incluso si era una extraña y estaba armando problemas, aún era una joven en aprietos y estaba sola, así que sin importarle si ella misma se veía envuelta, accedió a ayudarla.

Solo Fue Un Beso - YENYULWhere stories live. Discover now