(9) Alejarse

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— ¿Sí? ¿Cuánto ha sido?— Habló la pelicorta al notar el ambiente tenso que crecía entre su hermano y el chico.

— Diez años. — Dijo su mellizo, con su voz áspera.

Chaewon lo sabía, el rubio estaba enfadado con ella, solo bastó una mirada para saberlo. Ella solo le sonrió con falsa inocencia.

¿Qué esperaba la melliza mayor? Realmente nada en particular. Pensó que si Felix volvía a ver a su antiguo amor, del cual nunca pudo recuperarse completamente, de pronto se sentiría más animado y dejaría de culparse por los sucesos ocurridos con su mejor amiga.

Porque si, Lee Felix se sentía muy culpable. Porque no detuvo a su amiga, porque dejó pasar mucho tiempo para hablar del tema del que ya todos estaban enterados. Y ahora la mayor, oficialmente, llevaba trece horas desaparecida. Desde que se subió a ese taxi, ni la pelicorta ni su rubio hermano supieron más de ella. 

— Creo que debería irme. — Finalmente habló el chico al lado de Chaewon, después de varios minutos en silencio. 

— ¿Por qué no te quedas a desayunar con nosotros? — Ofreció la chica, queriendo arrepentirse al percatarse de la mirada de su hermano. 

Si sus ojos fueran pistolas, ya hubiera vaciado las cargas de balas contra mi. Pensaba ella. No sabía que hacer para que la tensión disminuyera.

— Da igual. — Habló el rubio, soltando un leve suspiro. — Ayudaste a mi hermana, es justo que te quedes. — Intentó sonar neutral, pero se oía disgustado.

— No quiero ser molestia. — Insistió Changbin, Chaewon quería golpearlo y advertirle que no diga nada más.

— No molestas, de verdad. — El pelirrubio ya se había acercado a ellos, tomando cosas de las bolsas. — Preparé algo rico y luego nos iremos, tenemos pendientes Chaewon. — Advirtió.

La pelicorta supo de inmediato que estaba perdida, su hermano estaba enfadado. Tanto ella como el chico de prendas oscuras asintieron, sin ganas de llevarle la contraria al chico de pecas, sería como atentar contra su propia vida.

Mientras Changbin ayudaba a Chaewon a guardar las cosas en su lugar, Felix cocinaba, en silencio, reflexionando y tratando de hacerle entender a su traicionero corazón que no debía alterarse por ver al chico después de tantos años. Le pedía que no fuera estúpido, él ya los había abandonado antes, no era alguien de fiar. Pero el músculo cardíaco del rubio parecía querer ignorar todas las señales que le mandaba el cerebro, y estaba confundido. A penas habían pasado algunos minutos desde que volvieron a verse, tenía que controlarse. 

Finalmente los tres se sentaron a comer, Chaewon era la más animada y la más interesada en sacarle información al chico. Preguntas sobre como había estado, que había hecho, que hacía nuevamente en Seúl y muchas otras cuestiones se hicieron presentes. Changbin respondía a todo con sinceridad, deseando que Felix le prestara atención, pero sabiendo que sería difícil volver a ganarse la confianza del chico del cual nunca se había olvidado.

— ¿Y que has hecho tú? — Preguntó ahora, directamente a la pelicorta, resignado al verse ignorado por el rubio que comía en silencio.

— Meterme en la universidad y trabajar para mantener nuestra humilde morada. — Sintetizó con un tono dramático, haciendo reír al mayor. — Ahora mismo estamos buscando a Yena, ¿La recuerdas? — Preguntó. Esta vez, Felix se vio interesado por lo que hablaban.

— Sí, ustedes eran los tres mosqueteros, siempre estaban juntos. — Recordó, con una sonrisa débil que fue acompañada por ambos mellizos. — ¿Qué pasó con ella que la buscan? — Se apresuró a preguntar.

Solo Fue Un Beso - YENYULTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon