(12)Un beso [Final]

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Las cosas habían mejorado de manera notable y satisfactoria.

Yena, como se lo había comentado a sus amigos, comenzó a ir a terapias con un doctor amigo de Seungmin, se sentía cómoda y podía notar un gran cambio de actitud. Sobretodo con su... bueno, con lo que sea que Yuri fuera.

La de menor edad ya se había mejorado del todo, los únicos rastros que quedaban de aquella noche trágica eran algunos moretones que se hacían más pequeños con los días. Yena le contó acerca de la charla que tuvo con la madre de sus medios hermanos, contrario a lo que imaginó, la menor la abrazó muy fuerte y le agradeció la intervención, ahora podía caminar por las calles con calma, no volvió a sentir que la estaban persiguiendo. 

Yuri continuó trabajando en  el book-coffee, después de todo ella necesitaba el trabajo hasta que pudiera establecerse mejor y le agradaba el ambiente. Había conocido bien a Jeongin y su, ahora, novio. También a Yujin y Wonyoung, se hizo amiga de los cuatro casi de inmediato, tenían muchas cosas en común. El jefe también le había tomado un gran cariño a la pelirrubia,  Yena estaba sorprendida por eso, pero no se molestó en objetar, al final del día era imposible no enamorarse de Jo Yuri, no importa la persona que sea.

La relación con sus mejores amigos había mejorado. Felix consiguió un nuevo trabajo de medio tiempo en la biblioteca de su universidad, se mudó junto a Changbin, vivían muy cerca de Chaewon quien, a su vez, se quedó en aquel lugar en compañía de Minju. No se habían mudado juntas aún, pero la pelinegra estaba más allí que en su propio hogar, era cuestión de días para que terminaran conviviendo. Todo parecía estar en paz. 

El tiempo era realmente relativo para la mayor, lo sabía. ¿Qué era el tiempo más que un gran arenero que iba descuajándose grano a grano hasta quedar en nada? Sonrió al pensar en ello. El tiempo realmente pasaba rápido, más cuando cierta pelirrubia estaba en su mente todo el día, todas las horas del día. Suspiró.

Los viernes para Yena eran sagrados, pero ese viernes en particular se sentía inquieta. Habían pasado cuatro meses desde el accidente de Yuri. Tiempo suficiente para que formalizaran las cosas, pero cada vez que decidían hablar sobre el tema, algo ocurría y les impedía poder concretar. Yena acompañaba a la menor a su casa en bus, se tomaban de las manos, se abrazaban y se daban besos en la mejilla; hablaban acerca de su día y sus inquietudes, se conocían cada día un poco más, avanzaban juntas de a poco, sabían que estaban para la otra, y se sentimiento de acompañamiento se sentía muy cálido para la mayor.

Sin embargo, ese viernes, mientras su clase de filología griega acababa, ella continuaba pensando en el sábado, porque no podría ser otro día que no fuere ese sábado. Salió del salón tan rápido como pudo, solo para alejarse de la multitud de gente y poder realizar una llamada en paz, esperó pacientemente, escuchando los tres pitidos de su teléfono hasta que la voz en la otra línea le respondió.

— Oh, Yena, que gusto. — Saludó el hombre del otro lado.

— Hola, jefe,  lamento molestarlo. — Comenzó a decir la chica.

— ¿Qué dijimos con lo de jefe? Solo llámame Bangchan, hace años que trabajamos juntos. — La voz alegre del hombre la hizo sonreír. — Dime a que debo el honor de tu llamada. — Preguntó con gracia.

— Señor, necesito pedirle un favor. — Dijo, comenzó a pellizcarse el antebrazo de los nervios. — Verá, mañana es un día... especial. Quisiera tener el día libre, y pedirle que se lo de a Yuri. Prometo que luego se lo recompensaré con más horas de trabajo. — Atropelló de palabras, haciendo que su jefe se riera.

— Relájate, está bien. Puedo abrir solo medio día, asi Innie no tiene que ir tanto tiempo solo, tampoco soy un explotador. — Rió, Yena lo acompañó en la risa. — Se lo informaré ahora, hazlo bien pequeña, espero pronto verlas llegar de la mano por otro motivo más especial. — Dijo con sorna, las mejillas de Yena se ruborizaron.

Solo Fue Un Beso - YENYULWhere stories live. Discover now