(10) Viniste

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Yuri estaba volviéndose loca.

Llevaba una semana entera desde la desaparición de la pelirrosa. Sabían, cortesía de una pelinegra, que Yena estaba fuera de Seúl, pero no les mencionó donde se estaba quedando.

Felix y Chaewon trataron de comunicarse con sus padres, pero era imposible localizarlos, era como si de pronto toda la familia Choi hubiera desaparecido. Y por más que ellos querían viajar hacia su antigua ciudad para comprobar que su amiga estuviera en su hogar, el dinero no les permitía moverse, ni la Universidad, ni el trabajo.

La pelirrubia volvió a suspirar, estirándose sobre el suelo en donde estaba acostada. Seguía siendo sábado después de todo, ella tenía una promesa que cumplir. Incluso le contaba a su tía sus problemas, como si ella pudiera oírla.

Realmente estaba perdiendo el poco juicio que le quedaba.

Recorría, con sus ojos, el camino en donde la bicicleta que la mayor manejó con ella, hace solo dos sábados atrás. Suspiró al mismo tiempo que una suave brisa golpeaba su rostro, haciendo que sus labios piquen. Tal como solía decirle su primo de jóvenes "el cuerpo tiene memoria", llevó sus dedos hacia el lugar donde sintió por última vez los labios de la pelirrosa, volvió a suspirar. 

¿Y si era su culpa?

Eso era en lo único que pensaba la joven. Quizá, ese día, no debió salir huyendo. Quizá debió quedarse, si hubieran hablado en ese momento, las cosas se hubieran resuelto. Hubieron hablado juntas con Felix, hubieran llegado a un acuerdo, quizá ahora estarían juntas, sentadas en el suelo, mirando el Río, abrazadas. Le hubiera hecho saber a la mayor que no estaba sola, que se tenían mutuamente, porque Jo Yuri estaba segura de que amaba a Yena, estaba segura que quería estar con ella para el resto de sus días.

Pero con supuestos y deseos no conseguía nada, porque no podía cambiar el pasado. Le dolía tampoco poder cambiar el presente, ella deseaba tanto poder encontrar a la mayor, quería contarle todo lo que había reflexionado hasta ese momento.

Cerró sus ojos solo por unos breves instantes, para tratar de parar sus pensamientos, pero se puso alerta cuando escuchó ruidos  de pisadas cerca.

Abrió los ojos y se puso de pie, allí estaban de nuevo. ¿Cómo demonios la habían encontrado? El lugar era lo suficientemente grande y repleto de gente como para poder escabullirse sin llamar la atención. Comenzó a caminar velozmente hacia la parada del bus más próxima, incluso si éste la dejaba en China, cualquier lugar era más seguro. Creyó que podía escapar, pero sintió una mano tomando de su brazo.

Este es mi fin. Pensó, comenzando a temblar, cerrando inconscientemente sus ojos

— Yuri... — La voz agitada de una chica la hizo abrir sus párpados.

— Minju. — En un hilo de voz se soltó del agarre de su mejor amiga, lanzándose a sus brazos. — Gracias por aparecer, muchas gracias. — Comenzó a decir con velocidad.

Alzó la vista, pero los tres sujetos de antes desaparecieron de su campo de visión. En ese momento se permitió respirar con calma, sabía que no se acercaban a ella cada vez que estaba acompañada. La pelirrubia sabía que salir sola era peligroso, pero no quería privarse porque un trío de idiotas la perseguía. 

Su mejor amiga se alejó un poco de su cuerpo, mirándola con preocupación.

— Eso estuvo muy cerca, Jjoyul... sabes que no puedes estar sola. — Su amiga la reprendió, comenzando a caminar con la rubia siguiéndola.

— Ya se. Pero ya había venido sola aquí antes, y nunca tuve algún problema. Esos bastardos... nunca van a dejarme tranquila. — Se rindió, con ganas de llorar. 

Solo Fue Un Beso - YENYULHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin