(Epílogo): Etapa

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Seis años después.

La brisa corría suavemente ese sábado a la mañana, el sol brillaba tenuemente pero se sentía el sabor al otoño, una de las épocas más queridas por la ciudad.

 El cuerpo de cierta pelirroja temblaba pero no por el frío de las calles, sino por los nervios que sentía. Esperó pacientemente hasta que una chica con el cabello recogido llegó, sonriéndole desde el otro lado del mostrador, abriendo la pequeña cajita de terciopelo rosa que traía en sus manos.

— Lamento la tardanza, no podía encontrar el pedido, pero aquí está. ¿Es correcto? — Preguntó, sin borrar su sonrisa.

Yuri se acercó hasta el mostrador, tomando los dos pequeños anillos del interior  de aquella caja y los observó a detalle. Tenían una pequeña perla y en el exterior tenían grabado, tiempo en un anillo y amor en el otro. Suspiró en alivio, estaba tal cual lo había diseñado, sonrió dando leves asentimientos a la vendedora quien procedió a hacer la facturación mientras la pelirroja guardaba muy cuidadosamente los anillos en la caja y luego metía la misma en sus bolsillos. Una vez que le entregaron la boleta de compra, le deseó buen día a la chica que la atendió y se retiró del local.

Después de seis años de relación con Choi Yena, la menor  se sentía completamente segura de que quería pasar el resto de sus días al lado de la pelirrubia. Estaba preparada para pedirle matrimonio, y quería que todo saliera de la manera más especial posible; porque era Yena la que siempre preparaba las mejores sorpresas, esta vez era Yuri quien quería dar el primer paso, estaba segura de que ese era el mejor día.

El sonido de su celular la distrajo de su camino a casa. Lentamente lo sacó, viendo el nombre de su mejor amiga resplandeciendo en la pantalla, se apresuró a contestarle.

— ¡Jjoyul! — Gritó del otro lado del aparato, haciendo que la pelirroja pegara un pequeño salto en su lugar.

— ¿Minju? ¿Qué tienes? ¿Por qué gritas? — Preguntó espantada, su amiga daba pequeños jadeos de dolor.

— Ya viene, Yuri... — Susurró tragando saliva. — ¡Doyoung esta viniendo! — Volvió a gritar.

— ¿¡Qué!? — Ahora la pelirroja estaba aterrada. — De acuerdo, respira, ¿Llamaste a Chaewon? — Comenzó a preguntar, su amiga hizo un sonido negativo.

— No responde el teléfono, pero esta con Yena. Llámala, iré al hospital central ahora, Felix va a llevarme. — Dijo quejándose. — Apresúrate. — Mencionó para luego colgar.

La pelirroja no perdió más el tiempo y llamó a su novia, quien rápidamente le informó lo ocurrido a su amiga y quedaron en verse directamente en el hospital. 

Yuri tuvo suerte de encontrar un taxi. Pero la suerte le duró solo cinco minutos cuando se encontró varada en medio de un embotellamiento, suspiró frustrada, no llegaría a tiempo para ver a su sobrino nacer. Sonrió en medio de todo el caos, recordó los meses anteriores y se sintió nostálgica.

Minju y Chaewon habían comenzado el proceso para ser madres. Su primera opción fue adoptar, pero después de hablar con un  doctor amigo, se convencieron de hacerse algunos exámenes para que una de ellas pudiera embarazarse. Por supuesto que fue Minju la que quiso hacerlo. Tuvo dos intentos frustrados, en donde perdía sus embarazos de manera espontánea, era extraño incluso para los doctores. Perdieron la fe y Chaewon comenzó a  hacerse los estudios para que ella sea la que pudiera realizar el tratamiento. Pero, cuando menos lo esperaron, la mejor amiga de Yuri finalmente lo había conseguido.

Ahora, nueve meses después, su pequeño sobrino estaba a punto de nacer. Sonrió, negando, no sabía si ella sería capaz de embarazarse en el futuro, mucho menos Yena. Pero sabía que su novia amaba a los bebés, deberían hablar de eso más seguido después de su casamiento, claro está. Sin darse cuenta, ya estaban en el hospital. La menor sonrió y se apresuró a pagar para luego correr puertas adentro para dirigirse a la parte de maternidad. Al llegar, justo en la sala de espera, estaban todos sus amigos y su novia. Chaewon caminaba de un lado a otro, mordiendo sus uñas y quejándose porque no la dejaron entrar.

Solo Fue Un Beso - YENYULDonde viven las historias. Descúbrelo ahora