Patitas (2)

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_¡Me salvó, Jennie! ¡Esa hermosa chica me salvó! - contaba con un brillo en los ojos - será mi esposa - sonrió con ilusión.

_Vaya, vaya, malévolo cucarachon se nos puso sentimental - Jennie pronunció mientras tenía un pedazo de pan entre sus patas - ¿no dijiste que era imposible? ¿como te va a hacer caso si solo eres una cucaracha? - dio un gran bocado a su aperitivo.

_Pues...

****

A la mañana siguiente, Rosé sonreía entre sueños mientras despertaba poco a poco. Se había quedado a dormir en casa de Lisa al hacerse muy tarde para irse a casa. Movió algo incomoda su nariz al sentir un cosquilleo sobre él, eso fue lo que la estaba despertando. Abrió los ojos lentamente, quedando perpleja por unos segundos al ver sobre ella una muy sonriente cucaracha.

Jisoo abrazaba su nariz.

Lisa se sobresaltó al tomar su café cuando escuchó un fuerte grito proveniente de su cuarto.

_¡Rosé! - llegó enseguida a la habitación - ¿¡Que pasa!?

La chica estaba aterrada, ni siquiera movía un pelo y veía con los ojos entre lágrimas al pequeño insecto que no se habia separado de ella.

_Qui-qui-quitamelo - suplicó en un sollozó - por favor.

_Te amo - pronunció con adoración Jisoo, no siendo escuchada por ambas chicas - ¿quieres casarte conmigo?

_No te muevas - avisó Lisa, tomando su pantufla como arma - quedate quieta - se fue acercando lentamente a su amiga, quien seguía sollozando del miedo.

Jisoo observaba seriamente a la rubia. ¿en serio la creen tan tonta?

_Vamos...acercate - murmuraba la pelinegra - ya puedo volar - sonrió.

Lisa levantaba lentamente su pantufla para pegarle de lado, pero Rosé la detuvo para su sorpresa.

_No la mates - objetó - sólo quitalo.

_¿Y como hago eso? - preguntó incrédula - no la voy a tocar.

Rosé lo pensó rápidamente, y tomando con cuidado la pantufla de la mano de Lisa, lo acercó con cuidado y sin golpearla, la mandó a volar al suelo. Lisa corrió al otro extremo de la cama para echarla pero ya no estaba.

Rosé suspiró aliviada.

_No sé si fue producto del pánico, pero creo que sentí como me besaba la nariz - Lisa volvió a mirarla incrédula.

....

_Ok, no funcionó - Jisoo llegaba donde su amiga. Jennie se estaba lavando las antenitas dentro de la bañera.

_¿Qué cosa? - giró a verla - oye, ¿me pasas un poco de shampo? - señaló.

_Hoy fue vi a ver a Rosé - sacaba un poco de shampo de la botella que estaba en la repisa - la desperté con un abrazo pero parece ser que no le gustó - le entregó el líquido espeso que traía en sus patitas.

_Recuerda que ellas nos tienen miedo - hacía espuma en su cabeza - seguro quizo golpearte.

_Ella no - se sentó - pero tu amorcito sí, es muy salvaje.

_Pero a mí me gusta - se comenzó a enjuagar - solo debe conocernos - cerraba los ojos por seguridad - y nos amarán.

_Te noto segura - sonrió - algo tienes planeado, ¿verdad?

_Por supuesto - salía ya limpia - sólo acompañame.

....

Jisoo veía sorprendida el letrero que estaba sobre la puerta de ese terrorífico lugar.

"Chamán Cucarachón Gónzales"

_¿A poco crees en esto? - preguntó Jisoo.

_No se pierde nada intentando.

_Tu dinero no opina lo mismo - reprochó.

_Solo vamos - Jisoo siguió a su amiga.

Dentro del lugar, varias cucarachitas esperaban en orden y en silencio, formando una gran fila. Ellas se colocaron al final mientras conversaban.

Después de dos horas, por fin era su turno y ahora se encontraban frente a un viejo anciano quien sólo tenía una antenita.

_Muy bien, ¿qué es lo que desean? - Jennie y Jisoo se miraron entre si, preguntándose si estaban haciendo lo correcto. La castaña suspiró al pensar en Lisa y en un acto de valentía, lo pronunció claro y fuerte.

_Queremos ser humanas - habló decidida.

_¿Por qué desean ser esa cosa tan fea? - preguntó incrédulo - son débiles, no resisten nada, son salvajes y prehistóricos. Además de cochinos.

_Es que...- ambas se sonrojaron.

_Oh, entiendo - sonrió - ¿Quieren matarlos?

_¡No! - respondieron perplejas.

_¿Tons?

_Es que...hay dos mujeres que...- Jennie se sonrojó más de la cuenta - que nos gustan - susurró casi inaudible.

_¿Les gustan esas cositas feas? ¿Los humanos? - ambas asintieron - vaya, lo que es el amor hoy en día. Pero bueno, no soy quien para juzgar. ¿Tienen con qué pagarme?

Jisoo miró a Jennie.

_Quiero que hagamos un trato - el cucarachon lo miró atento - usted nos hace humanas y nosotras, cuando vivamos en esta casa, le daremos gran cantidad de comida todos los días.

_¿Podría ser pasteles?

_Lo que usted quiera, lo traeremos y lo dejaremos en la puerta.

_Entonces es un trato - sonrió.

Por tema de confidencialidad, lamentamos decirles que no podemos decirles los procedimientos ni pociones que se requiere para poder transformarse en humano. Si usted es una cuchara, por favor no insista, que no se lo vamos a decir. Sólo sea feliz como es. Sin nada más qué agregar, agradecemos su compresión y sigan leyendo esta historia.

A la mañana siguiente, Lisa y Rosé entraban entre risas a la casa de la rubia. Estaban recordando cuando Rosé le había quitado la novia a un tal Lee Min Ho y él se puso a llorar que la dejara. Que buenos recuerdos.

Pero sus risas y sus pasos se detuvieron, cuando ambas vieron boquiabiertas a dos bellas mujeres quienes se encontraban sentadas en el sillón y envueltas en una toalla cada una.

_Rosé...- la voz de Lisa tembló - ¿Estoy soñando? ¿O hay dos mujeres bellísimas en mi...en mi - tartamudeaba - en mi casa?

_No...No lo sé - su voz se agudizó - pero yo quiero a la pelinegra.



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