Ladrona (2)

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Lisa llevaba cumpliendo un año de prisión, uno de los cinco que le habían dado por todos los robos que cometió durante los últimos años de su vida.

Pero estar encerrada no era lo que más le afectaba, ella podría soportar los golpes que recibía, las peleas, las burlas e insinuaciones que muchas de las internas le proponían sin ningún descaro.

Ella no necesitaba su libertad para ser feliz, ella necesitaba a Jennie. La extrañaba lo suficiente como para sacar las fuerzas necesarias para sobrevivir cada día.

Su objetivo era salir convida de aquel lugar para poder buscarla y continuar con ese amor que no pudieron disfrutar por azares de la vida.

Claro. Si es que ella aún no a encontrado a alguien más.

Las rejas fueron abiertas automáticamente, y la voz que salía de un megáfono que se encontraba en cada esquina, daba aviso para poder ir al patio para cumplir con su rutina diaria.

Lisa suspiró y salió perezosamente de su incomoda cama, caminando en medio de todas las prisioneras que tenian la misma cara de cansancio.

Las obligaron a hacer un arduo ejercicio de dos horas, donde cada una cayó casi muerta al instante que un pitido avisó el final de la rutina.

Oficiales dejaron una caja de botellas de agua en una entrada, y todas corrieron con desesperación para poder tomar una.

Lisa tambien se apuró, pero llegó algo tarde ya que no la dejaban tomar una. Intentó meterse a la fuerza pero al segundo se encontraba ya en el suelo con un leve hilo de sangre en su boca.

La habian golpeado por intentar tomar la última.

Tanto Lisa como otras dos, se habian quedado sin poder tomar el agua que necesitaban en ese momento.

Lisa simplemente se levantó y se limpió su uniforme, estando ya acostumbrada a situaciones como esas.

Giró para poder irse a su lugar de siempre cuando alguien le tendió una botella con agua. Su visión fue de la botella hacia arriba, viendo que la persona frente a ella tenía un uniforme de policía.

Su sorpresa fue cuando llegó al rostro, quedando absorta ante esa mirada gatuna y esa sonrisa nostálgica que tenía aquella mujer.

_¿Jennie...? - la castaña sonrió aún más - p-pero...tú...¿que haces aquí? - preguntó con duda - ¿eres policía? - miró al su alrededor, verificando que nadie esté observando - ¿te infiltraste?

_¡Shhh! ¡No lo digas! - susurró con advertencia - tengo una amiga que me ayudó a entrar - volvió a sonreír - ¿como me veo? ¿verdad que me veo sexy?

_¿Por qué entraste? Si te atrapan tendrás un serio problema.

_Quería verte...- confesó - te extrañé demasiado. ¿tú no lo hiciste?

_¿Estás loca? ¡claro que te he extrañado! Pero no puedes estar aquí, debes irte. ¿Y no pudiste venir a la hora de visitas?

_Hace tiempo que no nos vemos y ya estas reprochando cosas - regañó - y no vine a la hora de visitas por que no quería que me reconocieran cuando entre aquí. ¿Y por qué carajos estás sangrando? - se puso las manos en la cintura con expresión incrédula.

_No estoy sangrando porque quiero, ¿sabes? Por si no lo viste, me acaban de golpear.

Una mujer pasó detrás de Lisa, dándole un nalgada y seguir su camino como si nada.

Jennie entre cerró los ojos.

En un segundo la castaña la agarraba a palos mientras Lisa intentaba alejarla cargándola de la cintura. La mujer se cubría con desesperación y quería huir, pero Jennie no se lo permitía al estar sujetándola de su cabello.

_¡La respetas! ¡¿oíste?! ¡No te le vuelvas a acercar! - aprovechó que Lisa la cargaba y la pateó en el trasero como último golpe antes de soltarla.

Los demás oficiales veían extrañados la escena, pero no hicieron nada, seguro era nueva y era su primer día. Lisa dejó a Jennie en el suelo y esta comenzó a arreglar su uniforme mientras veía malhumorada a la chica que se alejaba corriendo.

_¿Por qué la golpeaste? Podrían descubrirte - regañó en un susurro.

_¿Siempre te tratan así? - interrogó con molestia - dime quien más lo a hecho y te juro que...

_Jennie - la interrumpió - me alegra que hayas venido pero...- bajó la mirada, apenada - ya debes irte, no quiero que te descubran y meterte en un problema.

La castaña se acercó a ella y le sonrió con cariño. Verificó que nadie la estuviera viendo y dejó un rápido beso sobre los labios de la rubia, quien quedó perpleja ante su acción.

_¿Siempre te vas a quedar así cada que te bese? - Jennie sonrió en un sonrojo.

_Es que...- tartamudeaba - siempre lo haces cuando menos me lo espero.

_Lisa - volvió a dar un paso atrás - quiero que sepas que voy a esperarte - jugaba nerviosa con sus manos en la espalda - pero quisiera saber si...tú - se mordió el labio, tomando valor para continuar - ¿Quieres que retomemos lo que dejamos años atrás? - la miró esperanzada - ¿Volver a ser novias?

La mirada de Lisa de iluminó ante su propuesta, era lo que siempre quiso desde que volvió a encontrarse con Jennie. Pero jamás pensó que la castaña fuera quien se lo propondría.

Una sonrisa se formó en los labios de Jennie cuando Lisa asintió con disimulo, tratando de ocultar su emoción. Mas sus ojos la delataron, dejando caer unas cuantas lágrimas y fue entonces que sólo sonrió.

Jennie no dudo en acercarse y la atrajo a ella en un abrazo, ordenado su cuello y Lisa abrazándola de la cintura. La rubia sollozaba en su hombro, se sentía realmente feliz.

_Lamento que esto haya sido en un lugar como este - pronunció Lisa - no será un lindo recuerdo.

_No me importa donde estemos - respondió Jennie - si estamos juntas, siempre será un lindo recuerdo.

_Faltan cuatro años, Jennie, ¿Segura que quieres esto?

_No estaría aquí si no lo quisiera - alejó su rostro, mirándola directamente a los ojos - te amo, Lisa. No me importa cuánto tenga que esperar.

Lisa sonrió conmovida, admirándola.

_Yo te amo más, Jennie. Sé que te dejé aquel día, pero ahora, no te dejaré ir jamás.

_Eso me gusta, porque yo tampoco lo haré.

Tanto prisioneras como policías, veían conmovidos la escena, soportando no llorar cuando ambas finalmente se besaron.

_¿Arrestamos a la falsa policía? - preguntó una novata en un susurro.

_No, Rosé - respondió Jisoo - dejala - se limpió una lágrima - mejor ven aquí - Rosé quedo perpleja cuando Jisoo la estrelló a su cuerpo, besándola. Rosé alzó los hombros y profundizó el beso.

Cuatro años después, Lisa era recibida por su hermosa novia a las afueras de la cárcel. Jennie la besó de inmediato, sonriendo de la misma manera en que Lisa lo estaba haciendo. Una nueva vida juntas las esperaba, y esta vez, no habría errores ni despedidas.


Voten ❤   

 

 

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