ᴀᴠᴇɴᴛᴜʀᴀs ᴅᴇ sᴏᴋᴋᴀ ʏ ᴢᴜᴋᴏ.

𝐌𝐚𝐬𝐜𝐮𝐥𝐢𝐧𝐨.

Sokka estaba muy seguro de que si hombre aceptaba las cualidades físicas de otro hombre, era sin mas, alguien muy masculino. Pero Toph solo decía que eso lo haría alguien deseoso del sexo opuesto.

—¡Toph, hablo en serio! No es para nada raro. Es solo que tú no entiendes porque eres una niña, pero entre hombres está bien hablar sobre quienes son más masculinos.

—Sokka, es extremadamente raro que eso pase. Hombres hablando del cuerpo de otros hombres, rarísimo.

—¡Que no es raro! —exclamó harto, cruzándose de brazos.

Toph sonrió de lado.

—Entonces supongo que en el grupo el estandar muy masculino, eres tú, ¿No? Porque Aang es solo un niño con pies ligeros.

—¿Yo? Me alagas, pero no. Si pudieras ver, sabrías que es Zuko.

Sokka evitando hablar de su encanto, eso era realmente raro. Quizás si era una cosa curiosa ese tipo de charlas de hombres muy hombres.

—¿Por qué es Zuko? —la pregunta, tenía bastante curiosidad. Porque después de todo, solo le quedaba nada más que imaginar cómo eran sus compañeros.

—Es, bueno. Tiene unos brazos muy marcados, ya sabes, así se nota bastante el músculo. Digo, debe ser por esos entrenamientos de Maestro Fuego, y oye. Eso es muy masculino.

Toph frunció el ceño. Oh vaya, si es muy masculino fijarte en el brazo de tu compañero, porque bueno, hay que ver cuánto músculo tiene por ahí.

—Y ni hablar de su abdomen, ¡Joder! ¡Ese chico parece una escultura echa por un Espíritu! —agregó. Toph creía entender un poco más, esas cuestiones de charlas masculinas, y quizás pensó que no eran tan raras.

Porque bueno, estaba muy bien que Sokka se fijara en el cuerpo de su compañero y que dijera o pensara esas cosas, porque hey, eso es muy masculino de su parte.

A la tarde, cuando Zuko parecía tener una duda, se acercó a Toph para preguntarle cuál era el mejor alimento para Appa.

—¡Hey, Zuko! Sokka dice que tú eres muy masculino y que no le importaría que lo asfixiaras con tu súper brazo musculoso.

—¿Q u é?

—¡Está mintiendo!

—¡Yo digo la verdad! Incluso dijo que le gustaba tu abdomen!

—¡Ya cállate, Toph!