𝐄𝐥 𝐬𝐢𝐬𝐭𝐞𝐦𝐚 𝐝𝐞 𝐬𝐚𝐥𝐯𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐒𝐨𝐤𝐤𝐚. [𝟏]

3.2K 240 32
                                    

[Basado en la novela “El Sistema de Autosalvación del Villano Escoria”].

Sokka era un simple lector, muy enojado con el rumbo que había tomado la historia, que sin bien parecía estarle gustado acabo por odiarla.

Claro que decir que odiaba cada párrafo de la misma no era para acabar metido en esa historia ¡Qué tragedia! Solo quería hacerle saber a ese o esa —aún no se sabia— desquiciado autor que toda su obra era una gran basura.
Si el karma existe, de algún modo de le había llegado a él para hacerlo vivir en un lugar que detestaba.

Una pisada mal junto a la bañera y un cortocircuito, lo tenían de frente a unas instalaciones muy altas y muy antiguas.
Tardó un tanto en comprender lo que estaba pasando.

—¡Maestro Sokka! ¡Maestro! —el gritó alterado de un muchacho de unos quince años le hizo saltar en su lugar.

Sokka, miró al sujeto preguntándose quién era y porqué le llamaba así. Hasta que un click hizo en su cabeza, al reconocer —según las descripciones que daba Tejón Topo—, el increíble y casi desafiante al cielo, palacio de Sozin. El primer maestro de esa zona en controlar el Chi. Aterrado, así se sintió al instante.

Y como buen lector que odia una obra, se había dado el trabajo de leer de principio a fin toda la historia, sabiendo así que ocurría y aparentemente que sucedería con él.

Oh no. Mantenía su nombre, pero sabía que al pasar las cosas su final sería desastroso. El Maestro Sokka era el villano más terrible de la historia, incluso él mismo había deseado su muerte de miles de maneras.

Estaba a cargo de las enseñanzas del grupo, donde estaba el protagonista, Zuko el hijo de un demonio. El cual tras los años buscaría a su Maestro, quien le causó multiples maltratos y humillaciones, para vengarse de él —como haría con todos aquellos que le hicieron daño—, de la forma más cruel posible.

Un temblor recorrió a Sokka, ¡Esto era el colmo! ¡Iba a morir a manos del protagonista!

Al menos que pudiera aferrarse a él y ser todo un lambe botas. Tendría que sostenerse de los muslos del protagonista para salvar su vida.

—Estoy ocupado. —dijo, recordando las líneas que iban en esa situación. — Así que da cinco vueltas y replantea no volver a molestar a tu Maestro.

El chico asintió de prisa.

De pronto una extraña cosa hologramica, con letras comenzó a hablarle. Tenía una voz similar a la del traductor del Google.

«Hola bienvenido al Sistema de “El camino de horror y honor de Zuko Bang”.
Espero estés disfrutando tú estancia aquí».

—Sistema. Necesito saber si puedo salvar mí vida.

«No es posible acceder a eso. Aún no has recolectado puntos suficientes».

—¿Qué? ¿Cómo consigo puntos?

«A través de objetos que representen algún valor. Buena suerte».

Sokka suspiró frustrado, teniendo ganas de llorar por su trágico destino. Luego de un momento recordó el suceso exacto de la situación. Donde estaba el protagonista.
Camino a paso sereno, como se describía al Maestro y llego a su pequeña sala, pidiendo la presencia de Zuko.

—¿Por qué quiere al pequeño bastardo aquí? Siempre lo manda a dormir a el establo.

—¿Estás contradiciendo una orden de tu Maestro? —preguntó cauteloso. Abriendo su abanico. Se sentía bastante a gusto con ese objeto, casi suelta una risa pero antes, pudo dar una expresión de seriedad.

Sin poder creerlo el Maestro de bajo rango, Zhao fue en busca del niño. Sokka recuerda que Zuko recién cumplirá los catorce años. Es solo un niño. Un enorme lamento crece en él al ver como la puerta se abre, dejando caer bruscamente al piso al chico, empujado por Zhao. Ay Zhao, si supieras no seguirías haciendo eso. No te espera un final feliz, ni bueno, ni agradable, solo un muy quemado.

Los temblores en el cuerpo del menor angustian a Sokka. ¿En qué rayos estaba pensando Tejón Topo al crear esto? ¿Cuál era el propósito de hacer sufrir así al protagonista? Lo había leído, pero verlo con su propios ojos, era una sensación aterradora y abrumante.

Se levantó de prisa de su cómoda silla para acercase al niño arrodillado en el piso. Solo para comprobar el parche que tapaba su ojos izquierdo.

—Hey, mírame. —ordeno de forma sutil.

El niño dudo un poco, hasta elevar su mirada y tomarse con algo que jamás creyó ver. Había vivido, viendo una mirada ruda, casi sin emociones, carga de odio y asco hacía él. Pero esos ojos azules que le miraban reflejaban todo tipo de cosas que creía ajenas. Había preocupación, nunca pensó que los ojos de su Maestro lo dejarían con tal asombro.

—Lamento mí incompetencia, Maestro. —se excuso.

Zuko, tras tener una infancia dura, llena de tragedias y falta de amor. Podría soportar todo para obtener algo de valor. Sokka volvió a insultar a Tejón Topo, total qué más daba.
Sin querer responder nada, Sokka tomo las manos del niño para levantarlo, una vez estaba de pie decidió buscar en alguna parte. Porque estaba seguro debía haber, alguna cosa que sirviera para el moretón en el pómulo del niño.

Con la cara quemada y un golpe en la casa. Odiaba a ese otro Sokka, más él no era el culpable y cruel salvaje, que ocasionó ese daño en el niño.

—Ven aquí Zuko. No puedes estar así. —señaló, tomando un paño húmedo con alguna mezcla de hiervas de pasarlo suavemente en la piel del niño maltratado.

El niño simplemente se quedó en silencio dejando de temblar y respirando de manera baja. Mirando con atención los ojos del Maestro y sus pestañas. La forma de su nariz. Su cara y la suavidad de sus manos, demasiado alejada de las suyas ásperas, que se encargaban de acomodar la leña del castillo.

—Ahora ve a descansar. —ordeno, dando media vuelta para limpiar sus manos. Cuando el niño estaba apunto de salir, habló de nuevo. — Está noche te quedarás aquí. Necesito mantenerte en observación.  —mintió. Zuko asintió.

Si había una forma en la que no podría lamentar el futuro, sería cambiando el presente de Zuko desde ya. No más venganzas sangrientas —como la que podría darle a él si no hacía algo—, ni dolores o tragedias. Podría ayudar al niño, hacerse su amigo, ir por un camino simple de felicidad dónde Zuko podría disfrutar de su harem a gusto. Sí, sería un maravilloso plan ¡Y no habría ningún autor loco que pudiera hacer lo contrario!

«¡Felicidades! Acabas de desbloquear sentimientos importantes a un largo plazo.

El nivel de Corazón latente a iniciado con 150 puntos.
Sigue así».

¿Espera qué? Pero si él no había hecho más que preocuparse por el niño.





Hace una semana atrás ví una imagen y termine dibujando eso por casualidad xd y por paso lo que tenía que pasar

Deze afbeelding leeft onze inhoudsrichtlijnen niet na. Verwijder de afbeelding of upload een andere om verder te gaan met publiceren.

Hace una semana atrás ví una imagen y termine dibujando eso por casualidad xd y por paso lo que tenía que pasar. UvU

ᴀᴠᴇɴᴛᴜʀᴀs ᴅᴇ sᴏᴋᴋᴀ ʏ ᴢᴜᴋᴏ.Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu