01. Hajun

2.2K 247 248
                                    

Ha llegado el momento.

Llevo años preparándome para ello. Años de entrenamientos de todo tipo que acababan con lesiones en mis brazos y en mis piernas. Años de pasar hambre y sed. Años de torturas para mantener silencio. Pero estoy lista. O eso me dijo mi padre.

A mi parecer, estaba preparada desde hace años. Podía memorizar cualquier cosa con solo una mención. Escuchar entre tres conversaciones simultáneas para dar con la información correcta. Podía recordar todos los datos durante un mes y soltarlos a la perfección cuando me preguntaban las personas adecuadas.

Puede que, una vez empezó la conquista de nuestra tierra, me tocase madurar de golpe. Pero sé que todo tiene su propósito. Cada individuo de nuestra sociedad tiene uno. Algunos son menos importantes que otros, pero todos son imprescindibles.

Yo crecí sabiendo que el mío era mucho más: era indispensable.

Por eso mis entrenamientos siempre fueron más duros. He practicado ayunos totales hasta que mi cuerpo no lo soportaba más y he aprendido a usar las armas y mi cuerpo a la perfección. Sé cuáles son mis virtudes y mis defectos y, por supuesto, sé camuflar estos últimos para que mis enemigos no los capten. Soy el arma perfecta en todos los sentidos de la palabra, sobre todo en los que más daño hacen, que no tienen nada que ver con la lucha, y al fin mi padre se ha dado cuenta.

Le ha costado ocho años, pero cuando decidió mandarme a la misión más importante de mi vida (y la única, la que me llevará a conseguir la gloria y su aceptación), vi, por primera vez en toda mi vida, orgullo. Y estaba feliz por verlo, pero no quise mostrarlo. No quiero que me afecte, porque las emociones, como siempre ha dicho mi padre, nos alejan de la consecución de nuestros objetivos.

En realidad sé por qué ha tardado tanto tiempo en enviarme a cumplir mi destino: porque es duro y porque no se fiaba del todo de mí. Y es normal, porque la sangre no implica lealtad, y su deber como una de las personas más influyentes de toda Corea es desconfiar. Dudar y probar a todo el mundo hasta saber que no te van a fallar. Que darían su vida por ti.

Y le ha costado años, pero al mandarme me ha indicado que ahora sí se fía de mí. Que he dejado de ser solo su hija para ser alguien de confianza y eso, en los ámbitos en los que mi padre se mueve, es lo más importante.

Las coordenadas del principal campamento sureño, al fin y al cabo, no son una nimiedad que puedas contar a cualquiera. Busan es una de las últimas provincias que quedan en pie de la antigua Corea del Sur y, si todavía opone resistencia, es porque es más fuerte de lo que nos podemos imaginar.

Han ocultado su pista durante tantos años de tantas formas que ni mi padre ni todos los altos cargos han sido capaz de encontrar pruebas sólidas sobre su paradero. Y sé que, antes de mí, mucha gente ha intentado seguir otras coordenadas de otros asentamientos que han salido mal. Por eso mi plan es perfecto.

Soy el resultado de muchos ensayos y errores y no pienso fallar. No cuando el futuro de la nación está en mis manos.

En realidad, según repaso los primeros pasos del plan en mi mente, intentando mantenerme consciente solo un par de metros más, me doy cuenta de que si han errado tantas veces es porque nunca han utilizado la lógica. Han enviado ejércitos enteros a los campamentos, personas con armas escondidas que se veían a kilómetros y han pensado más en su propia supervivencia y en arrasar con las vidas que en atacar los puntos fuertes de la resistencia. Y ahora yo sé cuál es el eslabón principal: Kim Namjoon.

Según las informaciones que me hizo conocer mi padre, Kim Namjoon es el líder de la resistencia. El nuevo, porque al parecer, aunque los míos consiguieron acabar con el antiguo, ellos fueron más listos y supieron reinventarse. Es inusualmente joven (solo tiene dos años más que yo) y proviene de Ilsan. Al parecer, escapó mucho antes de que pudiésemos conquistar la capital y es bastante escurridizo. Pero, además de ser un superviviente nato, Kim Namjoon tiene algo que lo diferencia de todos los demás: su forma de enfrentarse a los problemas. Mientras que los otros líderes pensaban más en la rapidez de la toma de decisiones (momento en el que nosotros aprovechábamos para atacar), Kim Namjoon actúa con cautela. Ve nuestros movimientos antes de que los hagamos y eso no solo ha hecho que su campamento sea prácticamente irrastreable en todos los años que lleva al mando, sino que ha hecho que su gente sea cada vez más fiel a su figura.

Into the Fray - BTS [Norte]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora