03. Hajun

1.6K 228 226
                                    

La luz que incide en mis ojos me hace querer cerrarlos con fuerza. Quizá es porque llevo demasiado tiempo teniéndolos cerrados. Por eso, como siempre, me fuerzo a abrirlos. Despacio, muy despacio.

Estoy un poco desubicada ("¿cuánto llevo durmiendo?"), así que intento levantar mi mano para ver el localizador que siempre llevo en la muñeca. Cuando noto el tirón, que hace que mi mano no se mueva más de unos centímetros de su posición, me doy cuenta y abro los ojos del todo.

Tengo unas telas en las muñecas que, si tiro, veo que vienen desde debajo del colchón, y en el dorso de mi mano derecha una vía. Sigo el cable para ver, encima de mi cabeza, un gotero colgado de un gancho en la pared.

"Dejaste de comer y de beber. Te desmayaste en las coordenadas adecuadas y alguien te ha recogido".

Dejo caer las manos al darme cuenta de mi situación y levanto la mirada de mi cuerpo para repasar la estancia en la que estoy. Por lo que podía intuir por la cama, no es una enfermería ni nada parecido. Más bien, por los cuadros de las paredes y la estantería que se extiende a mi derecha llena de libros, parece una habitación cualquiera.

"La salida, Hajun. Tienes que buscar la salida".

Me lo recuerda mi subconsciente, entrenado hasta la saciedad en métodos para huir de cualquier sala. Por eso despego los ojos automáticamente de la estantería para recorrer la otra pared y luego al frente. Y ahí está él.

Las fotos del archivo de mi padre no eran recientes, ni mucho menos. Kim Namjoon lleva tanto tiempo escondido que toda la información que llegaba a nosotros era de cuando el líder era prácticamente un niño. Y, pese a todo, soy capaz de ver perfectamente que es él. Su cara alargada, los ojos rasgados y ese pequeño hoyuelo que se forma en el lado derecho de su cara cuando sonríe sin dientes.

Es la misma expresión afable de la foto que tenemos de cuando era más joven y, aun así, puedo ver con total claridad cómo han pasado los años (y la guerra) en su semblante.

Su pelo, negro en las fotos que he memorizado, ahora está mucho más largo y decolorado. Algo raro teniendo en cuenta que los sureños no tienen el acceso a los productos que sí que tenemos los norteños.

Tintarse el pelo me parece una estupidez cuando luchas por sobrevivir, pero no debo subestimarle.

—Has despertado, ¿cómo te encuentras?

Esto es por lo que llevo tanto tiempo entrenando. Mi misión más importante, la más complicada... Y pensaba que me iba a costar mucho más que una simple deshidratación tener al mismísimo líder de la resistencia delante de mis ojos.

Creo que por eso (y porque no debo de estar recuperada del todo), me cuesta un poco procesar que tengo que pasar a la siguiente fase del plan ya. Que tengo que dejar de ser la Hajun que soy cuando estoy sola, para ser la pobre Hajun sureña que lo ha perdido todo.

—Eh... No lo sé —murmuro, fingiendo muchísima debilidad y desconcierto en mi tono. Lo acompaño de un movimiento de mi mirada hacia los lados, como si siguiese intentando ubicarme—. ¿Dónde... dónde....? ¿Quién eres?

El líder sonríe, como hizo cuando choqué mi mirada con él, y sigue observándome, impasible.

—Sé que todavía estás un poco débil, pero dado que la que ha irrumpido en nuestra propiedad has sido tú, deberías responder antes a mis preguntas, ¿no crees?

"No estoy aquí para que me hagas un interrogatorio", pienso. Pero luego recapacito, porque claro que estoy aquí para eso. Es lo primero que iba a pasar; ya lo sabía. Y que me lo haga él es la oportunidad de oro para empezar a conseguir mis objetivos.

Into the Fray - BTS [Norte]Where stories live. Discover now