Into the Fray - BTS [Norte]

05. Hajun

Las semanas seguro que pasarían más rápido si pudiese estar sola con una tarea sencilla, escuchando conversaciones ajenas y planeando mi siguiente movimiento. Tranquilita, en silencio... Sin tener al incordio de Jungkook al lado. Pero como no es el caso, ha pasado una y se me ha hecho terriblemente lenta.

Lo bueno es que, como todavía no se fían de mí (menos Taehyung, de todas las personas con las que me he cruzado, creo que es el único que se fía de mí, el muy iluso), puedo tener una habitación para mí sola. Eso me ayuda a organizar mis ideas después de todo el día intentando escuchar conversaciones ajenas. Y, aunque me he esforzado mucho (muchísimo, debería matizar), si pienso en todo lo que sé, me parece demasiado poco. Sin embargo, no me sorprende.

Antes de que el imbécil de Jeon (uno de los descubrimientos de la semana: su apellido) interrumpiese a Taehyung unas ciento cincuenta veces a lo largo de la semana, el del pelo rizado ya se había encargado de confirmarme un par de cosas. Una, que el campamento tiene dos entradas: en la que caí yo y otra que, a juzgar por las palabras de Taehyung, está más al sur; y dos, que hay un mínimo de otro campamento por la zona (bastante cerca, diría yo) con el que mantienen contacto regular y que parece tener cierta importancia para ellos. Esto lo sé por su otro amigo, Park Jimin. También lleva el pelo decolorado, como el líder, aunque por lo poco que he podido estar con él sé que lo hace por pura estética.

Este campamento (en el que está Park Jimin) tiene otro líder, porque siempre han empezado a mencionar su nombre y Jungkook les ha cortado todas y cada una de las veces. He podido captar que el nombre empieza por Hose y, por lo que parece, el rubio está ahí entrenando.

También, simplemente porque Jungkook me manda todos los días ahí sin falta, he descubierto que el arsenal de armas que tienen (bastante grande para unos simples sureños) abastece no solo al campamento en el que me encuentro, sino también al otro.

A Taehyung también se le ha escapado que Namjoon parece ser más líder que el tal Hose (o, al menos, que está por encima de él en la jerarquía que lleven) y que todo el mundo le hace caso.

Quizá por eso esté tan ocupado todo el tiempo y sea tan inaccesible. De esto me he dado cuenta intentando pasar más tiempo con él. Siempre llevaba una excusa preparada: un falso agradecimiento por dejarme quedarme en su campamento, otro por darme una tarea y otro por dejar que alguien me enseñe el lugar.

Aunque, en realidad, el mayor problema por el que no puedo acceder al líder es precisamente eso, que me hayan puesto de niñera al cansino de Jeon.

La rutina con él siempre es la misma, sin cambios. A determinada hora de la mañana (cuando yo ya estoy despierta), pasa por mi habitación y a grito de "levanta, tenemos cosas que hacer", deja la puerta abierta de par en par y un sándwich de tomate y queso (siempre de lo mismo) en un plato en el suelo.

El primer día me tomé mi tiempo para comérmelo solo para ver cuál era el aguante del moreno, pero vi que era muy, muy poco, así que al siguiente día me di más prisa por comer y prepararme. Todo para fingir que le tenía muchísimo respeto.

Claro que a lo mejor podría haber servido para algo si hubiese algún cambio en la tarea, pero todos los días, sin falta, vamos a la armería a limpiar las armas.

He probado a hacerme la inútil por dos motivos. Uno, que no tendría sentido que, siendo la persona indefensa que me he autoproclamado ser desde que pisé este sitio, sepa usar un arma y manejarla con soltura. Y dos, que si ve que soy incapaz de sacar y volver a colocar el cañón y el muelle de retroceso en el orden indicado en una Glock, quizá decida sacarme de aquí y llevarme a alguna tarea en la que pueda hacer brillar mi interpretación... Y en la que comparta tiempo con más gente aparte de él. Enriquecedor, porque dejaría de escucharle todo el rato con sus constantes quejas y, a lo mejor, me enteraría de más cosas del campamento del tal Hose.