Into the Fray - BTS [Norte]

25. Chae

Mi campamento sigue tan en calma como siempre, solo que la que ahora se respira en cada templo es muy diferente a la que solía gustarme. Porque ahora grita desasosiego. Tristeza.

Las tareas de todos los líderes y segundos al mando han cambiado drásticamente desde la incursión norteña en el campamento de Kim Namjoon, porque ahora, además de planes de huida (una que, inevitablemente, tendrá que ser más pronto que tarde), también tenemos que reorganizar a nuestra gente y... a nuestros líderes.

Como anfitriona y sucesora de Yoongi, soy una de las que más trabajo acumula. He tenido que encargarme de repartir a nuestras nuevas incorporaciones en las pocas habitaciones disponibles, y no ha sido tarea fácil. Las pocas familias que han quedado intactas tras el accidente querían permanecer juntas, así que he tenido que ir hablando personalmente con cada uno de los supervivientes por sus preferencias para poder organizarlo todo. Como no tenemos demasiado espacio, hemos tenido que reorganizar a los nuestros en menos habitaciones, ceder unas cuantas para los miembros del resto de campamentos y habilitar la sala de visitas con más mantas para que los demás puedan dormir. Por suerte, Yeongja me ha ayudado con la mayoría para que pudiese dedicarme a otra de nuestras grandes preocupaciones: dónde iremos a continuación.

Está claro que, después de haber encontrado el campamento de Kim Namjoon hasta masacrarlo, es cuestión de tiempo que peinen la zona y den con el nuestro. Por ese motivo, todo el campamento de Jung Hoseok se ha trasladado hasta aquí: somos el último sitio en el que podrían mirar, mientras que ellos, por cercanía, son los primeros. Sin embargo, que vayan a tardar más no significa que no consigan dar con nosotros.

Por supuesto, tenemos otras preocupaciones, como el hecho de que Kim Namjoon está en paradero desconocido. Y eso, dadas nuestras circunstancias, se puede traducir en una muerte asegurada, aunque nadie haya localizado su cuerpo. Lo más lógico sería organizar una partida dentro de un par de semanas (con tan solo unos pocos hombres) para hacer un recuento exacto de los caídos y localizarle, pero es un tema que tendrían que consensuar todos los líderes para ver si merece la pena. Eso nos lleva, indudablemente, a otra preocupación más: su campamento no posee un líder, ni una mano derecha, porque Kim Namjoon no nombró a ninguna.

Todos los altos cargos del campamento sabemos que su sucesor es Jungkook, pero no porque el líder nos lo haya comunicado en algún momento. Y la única persona que lo sabe con certeza se encuentra demasiado afectada como para poder hablar sobre ello.

A veces creo que una gran carga, como la que llevan encima Yoongi y Hoseok, conlleva una gran responsabilidad. Otras, creo firmemente que su carga consiste en saber ordenar a las personas concretas qué tareas deben realizar. Y ahora mismo, preferiría organizar desde mi cómodo despacho antes que enfrentarme a las caras angustiadas de los supervivientes de la masacre. En realidad, preferiría que Yoongi se implicase activamente con su gente para que fuese consciente de la situación real que estamos viviendo, no del pobre dibujo que le llega a través de mis palabras. Porque sé que Hoseok sí que mantiene conversaciones con los suyos, aunque no es de extrañar dada la naturaleza de su campamento.

Sin embargo (pese a la implicación de su líder), Yuna parece estar cargando con tanto peso como yo. Sé que desde que sucedió apenas ha dormido. De hecho, todavía no tenía habitación asignada porque ha preferido que organizásemos las del resto (supongo que, precisamente, porque no tenía intención de descansar demasiado).

La morena ahora se encuentra en la sala comunitaria, hablando con Park Jimin. Él, sin duda, es de los más afectados por el incidente. No es mi responsabilidad, y ni siquiera tengo una relación tan estrecha con él como para tener la necesidad de consolarle, pero me alegra que todavía le quede gente sobre la que apoyarse tras la muerte de sus padres. Una muerte de la que me enteré por Kim Taehyung, porque el rubio no tenía fuerzas para hablar, hecho un ovillo en una esquina de la sala.