Into the Fray - BTS [Norte]

07. Hajun

Jungkook es un imbécil. Cada día que pasa lo tengo más claro que el anterior. Sobre todo ahora que, desde que se descubrió que mentí con el tema de las armas, hago su entrenamiento cada día.

Estoy empezando a sospechar que eso de levantarse tres horas antes para ponerse a darle golpes (muy mal dados, tengo que admitir) al dummy, lo hace simplemente para lucirse y que todo el campamento vea cómo el gran Jeon Jungkook se esfuerza. Pero es un inútil, y si los demás no se dan cuenta es porque no ven de cerca los golpes que le da al puto palo.

Tiene los nudillos hechos polvo por su forma (incorrecta) de luchar contra el dummy, pero sigo con mi faceta de chica débil y no pienso decirle que lo está haciendo mal. Por mí como si se revienta la mano por intentar demostrar algo a alguien.

Sin embargo, no voy a negar que me viene bien seguir el entrenamiento del niñato. Antes de embarcarme en esta misión, hacía entrenamientos diez veces más duros que él. Dormía la mitad, comía una sola vez al día y trabajaba con muchísima más presión. La intención era poder sobrevivir si las cosas se complicaban, aunque, antes de partir, mi padre me advirtió que lo más probable es que tuviera que ocultar esta parte de mí para dedicarme a recolectar frutos o algo por el estilo. Así que, después de semanas, me viene bastante bien poder seguir ejercitándome, aunque sea con un entrenamiento tan básico como ese (al que tengo que sumar que tengo que fingir que no se me da nada bien, lo que no es muy efectivo para mantenerme en forma).

Es lo único bueno que puedo sacar de la situación, y no sé si puedo asegurar que, en total, ha mejorado. Antes, al menos, tenía la oportunidad de contabilizar las armas y los modelos que almacenan en la armería mientras seguía sacando de sus casillas al niñato. Ahora no solo me paso todo el día dando golpes al dummy y haciendo flexiones, abdominales y carreras por una parte del campamento (siempre la misma, porque creo que no quiere enseñarme más de la cuenta, así que no debe ser tan tonto como parece), sino que he perdido completamente el momento de paz que me daba la habitación que tenía para mí sola, porque ahora duermo en la cama de Park Jimin.

Su madre, la señora Park (alguien que podría ser perfectamente la líder del campamento por su fuerte temperamento y la lealtad que parece guardarle absolutamente todo el mundo), después de tratar a Jeon como si tuviese cinco años y hubiese hecho una travesura (momento que, evidentemente, disfruté internamente), me abordó en medio del entrenamiento de por la tarde, haciendo que Jungkook y yo parásemos en la vuelta número treinta alrededor del árbol donde comemos siempre, para preguntarme dónde estaba durmiendo.

El imbécil de Jeon respondió por mí, por lo que se llevó otra reprimenda de la señora Park antes de callarse para que yo fuese la encargada de comunicar que dormía en el edificio doce. Y cuando lo hice, volvió a regañar a Jungkook, diciendo que cómo se le ocurría dejarme dormir completamente sola después de estar un montón de tiempo vagando por las calles de Busan sin compañía alguna.

Ni siquiera sé cómo se enteró de la información. Supongo que fue porque, al final, no debe de entrar mucha gente nueva en el campamento (en las semanas que llevo aquí, he sido la única). Eso, o bien que es tan influyente como había intuido. El caso es que mi faceta de chica desvalida no le podía decir que estaba mejor durmiendo sola, como siempre había hecho, y tuve que aceptar con una sonrisa que no sentía a su propuesta de alojarme en su casa.

Así acabé durmiendo en la cama de Park Jimin y, aunque no me hace especial gracia tener que estar con más gente alrededor, en realidad es un buen cambio. Primero, porque pongo el oído cada vez que escucho a la mujer hablar con su marido, aunque nunca dicen nada relevante. Segundo, porque no he perdido la esperanza de encontrar pistas escondidas en la habitación de Jimin. Y tercero, porque a Jungkook la idea parece gustarle todavía menos que a mí, y creo que es por lo que pueda escuchar.