Cap. I

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Zenitsu se había catalogado como alguien cobarde, incapaz de actuar por su cuenta o hacer las cosas por sí mismo. En alguien sumamente débil e incapaz. Por su mente nunca cruzó la idea de que ahora pudiese tener un motivo por el cual superarse y seguir un camino brillante. Y ese motivo es Nezuko.

Antes era el chico que anhelaba casarse forzosamente por gusto. Le era necesario conseguir alguien que lo amara, por si ya no regresaba de alguna misión, por lo menos ya habría cumplido su cometido. Hasta cierto punto, quizá era algo egoísta ¿dónde quedarían los sentimientos de su pareja?

Nadie aceptaba casarse con él por diversos motivos. Pero a pesar de todo, no se daba por vencido.

¡Tiene que haber alguien que me ame!

Solía pensar constantemente sin dudas, porque era de las personas que aún creía en el amor puro y verdadero. De ese que te desgarra el corazón con una siempre sonrisa. Y cuando conoció a Nezuko sucedieron muchas cosas. Un caos total. Era alguien que no se alejaba de él, a menos de que este fuera como una abeja en la miel. Es una mujer hermosa con un bello sonido. Justo algo que no había escuchado en alguien más.

Creía que ella aceptaría su propuesta de matrimonio. Pero no fue así. Meses después de conocerla, la joven se escabullía y ni siquiera se le acercaba. A veces causaba molestia en él, no le gustaba esa reacción de ella, pero intentaba comprenderla, después de todo es un demonio que no piensa con claridad.

Le era imposible conversar con ella por el simple hecho de tener ese bambú que mantiene sobre su boca. Cabe destacar que a él le parece encantador, pero también frustrante debido que moriría por hablar con esa mujer siquiera un minuto. Conversar de manera decente y mirar sus ojos con dulzura para después declarar esos sentimientos que mantiene reprimidos entre su corazón y alma.

"No podemos conversar".

"Es la hermana de mi mejor amigo".

"Tanjiro no lo aceptaría".

Pensaba sin descanso al verla debajo de la luna. Lastimando más su poca paciencia.

Creía que sería pasajero el cariño que le tiene a la joven por no conocerla lo suficientemente, o como personas normales.

Pero estuvo equivocado.

Ese cariño en cada momento que pasa cerca de ella aumenta más y más al punto de desconcertar sus sentidos y dejarlo al borde de la desesperación deprimente.

—¿Q-qué es esto que siento?... ¿Es normal? ¡Mi corazón late tan rápido cuando estoy cerca de Nezuko! ¡¿Acaso significa que moriré?! ¡No quiero morir! ¡No quiero morir!

—¡Guarda silencio! ¡¿Por qué simplemente no le confiesas que te gusta?! —Intuye harto Inosuke.

—Agh, no puedo...

—¡Deja de cohibirte de ella de una jodida vez, ¿quieres?!

Tras cumplir una misión, ambos cazadores se encuentran caminando entre los árboles del bosque de regreso a la finca. En el trayecto el chico jabalí ya había desarrollado fastidio por su rubio compañero que se la pasa hablando de su amor aún no correspondido. Comprende la situación, aunque siempre es lo mismo, y nunca hace nada para cambiarlo, por ello ya no le gusta seguir escuchando la monótona conversación de Zenitsu.      

Ya fuera de Butterfly State, Inosuke se adelanta a entrar sin nada que decir. Zenitsu se quedó callado y prefirió caminar un poco más para despejar su mente. Sabe lo irritado que su compañero está, y no se va a justificar a él mismo, porque también se encuentra cansado, cansado de pensar en ella, de tenerla en su mente y no poder sacarla ni siquiera de sus sueños. Le parece sofocante siempre estar en ese estanque sin salida donde su única iluminación es una imagen mental de ella.  

—¡Me gustas, Nezuko! —Grita con fuerza, juntando el ceño y llevando su mano al pecho apretando su haori.

Por un momento se sentía afortunado de estar ahí, en ese lugar que había encontrado hace poco. Nunca ha visto alguien caminar o pasar por ese barranco. Era su lugar secreto donde podía llorar o desahogarse de mil maneras y nadie se enteraría jamás.

En medio del bosque, con frío y nada de resignación se queda abismado entre su desgracia. Baja la mirada observando sus manos con sentimiento; trae unas cuantas heridas y algunas muy leves lesiones en la espalda. Algo no tan grave pero se siente cansado y muy aturdido. A pesar de encontrarse de esta manera, no deja de pensar en cómo declararse a esa mujer que lo trae loco y lo deja con insomnio. Sabe que ella está allí, pero por alguna razón no puede llegar a ella.     

Mueve un poco la cabeza y se da un par de golpes en el rostro para levantar su ánimo; pero eso no le favorece en lo absoluto. Le duele ser cayado como siempre, por ello empieza a soltar muy tenues gemidos de desilusión y las lágrimas empiezan a recorrer sus mejillas, algo que tenía mucho tiempo que no sucedía. De verdad le está resultando doloroso, y no los golpes que se dio él mismo. Su corazón duele como mil espinas entrando o cientos de vidrios dañándolo sin piedad alguna.

Un sueño es mejor que esta pesadilla de realidad.

—¿Por qué me haces sentir tan extraño...? 







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Después Del Crepúsculo [ZeniNezu] ©Where stories live. Discover now