Cap. VIII

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Nezuko se quedó dormida sobre el pecho de Zenitsu. Él le acaricia los cabellos sin poder conciliar el sueño. No sabe qué hacer cuando amanezca. A Nezuko no le puede acariciar el sol, tampoco piensa despertarla y hacer que se vaya sin más. No se han dado un baño y un hermano enojado y con buen olfato le espera.

Está nervioso, pero sin duda feliz.

Nezuko se mueve un poco y lo rodea para abrazarlo, este sonríe y logra cerrar los ojos por la cálidez de su presencia.

Nezuko se mueve un poco y lo rodea para abrazarlo, este sonríe y logra cerrar los ojos por la cálidez de su presencia

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Ya de mañana Agatsuma despierta a causa de un gran estruendo por fuera de la finca. Al estar totalmente conciente mira a su lado.

Nezuko no está.

—¡¿N-nezuko?!

Humm...

Zenitsu voltea fugazmente a donde la ha escuchado. La divisa debajo de la ventana donde no le pega el sol.

—¡Nezuko!

Inmediatamente sale de la cama, toma su haori y va a hasta ella sin importarle que esté desnudo.

Lo primordial para él es Nezuko y tiene que estar bien.

Le pone encima el haori y la abraza con fuerza.

—Perdóname..., lo siento mucho —masculla preocupado—. ¡¿Estás bien?!

La joven asiente y corresponde cautelosamente el abrazo de Zenitsu.

—Me quedé dormido..., perdón.

Nezuko se separa del abrazo y lo mira fijamente.

—Cerraré las cortinas, espera.

Se levanta con pena y cierra las telas de los vidrios, al hacerlo su cabeza hace shock.

Alguien pudo haberlos visto juntos por la anoche o cuando iba amaneciendo.

Voltea a inquirir a Nezuko, ambos cruzan miradas e inmediatamente él nota la colorada cara que esta tiene. La joven desvía su vista. Él se ruboriza dado que sabe la razón de porque lo hizo.

—Vamos a la cama, tenemos que vestirnos —dice Zenitsu tomándole la mano.

Él muchacho pone el seguro en la puerta y empieza a vestirse al igual que Nezuko.

Ella lista se posiciona enfrente de él. Le acaricia la cara y este sonríe levemente para tira de su mano y juntar sus labios con los de Nezuko en un beso corto y sin ritmo. Al menos aún por parte de ella.

La abraza desde la cintura y esconde su rostro en su abdomen cerrado los ojos muy cómodo.

—Gracias, Zenitsu...

Él rubio levanta la cara asombrado y hasta algo asustado. La joven le esboza una bella sonrisa que es correspondida por Zenitsu. Ella coloca el bambú nuevamente en su boca y acaricia los rubios cabellos del chico.

—Mi Nezuko, yo soy quien debe de agradecer que estés conmigo..., me haces feliz —musita lo último en un murmuro.

Esta mujer para él es hermosa, agradable. Simplemente lo tiene todo.

Despavorido y nervioso desvía la vista sin soltarla.

—¿Estás bien? ¿No te hice daño...?

Puede resultar incómoda la pregunta pero, la curiosidad lo mata lentamente.

La joven igual aparta la mirada y se le puede ver el rubor en su rostro. El rubio toma eso como un "sí lo hiciste".

—¿P-puedo saber dónde?

Ella lleva la mano de Zenitsu más abajo de su pelvis, él inmediatamente entiende que la ha lastimado en aquella parte.

—No era mi intención...

Su cara muestra vergüenza, angustia, preocupación y temor. Nezuko se inclina un poco y lo abraza, él esconde su cara entre su cuello y respira el delicioso olor que desprende su cabello.

—Le diré a las chicas que te revisen si es necesario...

La mujer niega con su cabeza y se deshace del abrazo, le toma la mano al joven y lo guía hasta la puerta.

—Saldré primero y revisaré que no haya nadie por los pasillos. Así podrás darte un baño. ¿De acuerdo?

—Humm, humm.

—Te amo.

Zenitsu sale y al no ver a nadie vuelve con Nezuko.

—Está bien, podemos ir sin problema.

La joven se dió un merecido baño y al terminar entró Zenitsu.

Al parecer nadie a despertado o salido de sus habitaciones, no hay ruido alguno, como si hubiesen pensado en la comodidad de Nezuko y Zenitsu.

La de puntas naranja se cambió en la habitación de su enamorado mientras este se bañaba, no fue a su habitación debido que la comparte con su hermano y sería extraño que llegase de esta manera y de día.

Ya lista salió y se encontró con un rubio ya limpio en el pasillo.

—¿Todo en orden?

Ella asiente paulatinamente y le da el último beso del día dado que volverá a su caja sigilosamente para evitar despertar a su querido hermano.











Ella asiente paulatinamente y le da el último beso del día dado que volverá a su caja sigilosamente para evitar despertar a su querido hermano

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Después Del Crepúsculo [ZeniNezu] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora