Cap. XIII (L)

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Zenitsu la inclinó sobre la cama, cuidadoso y al mismo tiempo ansioso. Estaba anhelando volver a ella, por escucharla y besarla de mil formas distintivas. La observa de cerca, tanto que sus narices se tocan mínimamente. Se veían bien juntos, pero era difícil revelarse ante todos. Odiaba pensar en eso, pero no podía pasar desapercibido, todo podría suceder si los descubren.

-Ese bambú no me impedirá nada, lo sabes, ¿verdad? -le bisbisea al oido con un tono tranquilo.

Zenitsu roza con el bozal que porta la joven y lo baja con delicadeza de su boca. Nezuko se queda inmóvil, le gusta que la trate de esa forma, que la vea con dulzura y tome la iniciativa. Él de poco a poco se acerca a sus labios para besarlos. Le gusta como se comporta, desde lo más atrevido hasta lo más tímido como su voz cuando parece temer por su hermano y esos lindos susurros para que no los escuchen. No podía pensar en lo que iba a pasar de ahora en adelante, pero quiere que él se quede ahí para siempre y que nunca la deje.

Agatsuma al sentir las manos de su novia sobre sus cabellos, se separa de sus labios y baja en un recorriendo de suspiros por su cuello y se detiene justo a besar sus clavículas. Es un punto débil de su pareja. La azabache mira el techo moviéndose debajo de él, el tacto que recibe por él es increíble y no sé quedaría sin disfrutarlo.

El rubio no dice nada, sabe que hacer. La mira sin mencionar un palabra mientras desata la delgada bata de su chica, ella totalmente guiada por el instinto lo ayuda a quitarse la prenda y botarla por algún lado. Él mira de forma rápida su cuerpo y ladea el rostro.

-No te pongas nerviosa, de lo contrario te lastimare más..., y no quiero hacer eso...

Nezuko asiente lentamente, despojándose las vendas que cubren sus pechos y de su calzoncillo blanco. Zenitsu encima de ella, la mira detalladamente. Le gusta todo frente a él, desde sus proporciones hasta lo que nadie se atrevería a admitir.

Simplemente esa agraciada mujer lo vuelve loco.

-Zenitsu... -arrastrando la lengua le murmura ella-. Hum... -toca su ropa un poco incómoda.

El rubio se levantó de a poco sobre ella y empezó a despojarse de su ropa. La manera en la que ella lo mira le agrada y más cuando pasaba sus uñas sobre su abdomen. El escalofrío y necesidad de inclinarse a ella son impresionantes.

-¿Mejor, verdad? -le dice él de forma divertida.

Ella le sonrie, acercando nuevamente a su chico. Ahora, ambos descalzos, sin prendas que les impida tocar sus pieles o que sean obstáculos para recibir caricias, se quedan mirando a los ojos con un radiante rubor.

-Que bonita eres...

Se apega al cuerpo de Nezuko y abocan sus labios una vez más. Con cuidado introduce su lengua a la cavidad de ella y saborea con furor. En el acto baja su mano a la parte íntima de la muchacha, empezando a tocar con movimientos lentos, masajeando suavemente. Nezuko tiembla y se tensa totalmente sorprendida, se estremece en la cama e intenta contener los quejidos, pero le resulta imposible. La excitación la consume y Zenitsu remata para desbordar la lujuria que ambos derraman. Finalmente lo hace. Gime abrazando al cazador por el cuello para intentar ocultar su abochornado rostro colorado.

-No te avergüences, estás conmigo, y me gusta escucharte.

El rubio deja de tocarle aquella parte, y toma las piernas de Nezuko para colocarlas sobre sus hombros, seguido se arrodilla y se apega su cuerpo. Esa acción desorienta a la de ojos rosados.

Zenitsu toma su erecta hombría y la lleva a la entrada de la chica para finalmente entrar en ella. Al adentrarse siente gloria y ganas de empezar a moverse pero, debe cuidar de ella.

Después Del Crepúsculo [ZeniNezu] ©Where stories live. Discover now