Capítulo 6

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   Habían pasado dos meses desde el inicio de clases. Dos meses en los que Harry se había alejado de sus amigos y ya no hablaba con nadie. Dos meses en los que su vida se había convertido en un infierno… cuya única compañía era Severus Snape.

   Luego de que Draco se hubiera ido hecho una furia de la habitación de las reuniones secretas, Harry se había quedado solo y más atormentado que nunca; los recuerdos de lo vivido durante el tiempo que estuvo en las mazmorras volviendo a él tan de golpe que lo dejó mareado por varias minutos, hasta que pudo aclarar su mente completamente y el mareo se transformó en asco. El asco más puro que había sentido hasta el momento, haciéndole sentir que su cuerpo aún estaba sucio y las manos de Snape sobre su piel.

   Al final ya no lo soportó más, era morir o aprender a vivir con lo que le sucedió. Y sabía que morir no era una opción viable en su caso.

   Salió de la habitación sin un rumbo fijo, buscando cualquier cosa que pudiera hacer que dejara de sentir todo lo que estaba sintiendo en ese momento… hasta que lo encontró. Una chica de su mismo curso pero de la casa de Hufflepuff se encontraba sola en medio de un pasillo desierto, quien le sonrió ni bien lo vio acercarse como si lo hubiera estado esperando. Harry no sabía cómo se llamaba la chica, sólo recordaba haberle visto en una clase que compartían, y tampoco sabía qué se suponía que estaba haciendo allí sola, pero no le importó, ni siquiera lo pensó, simplemente se fue hacia ella y la tomó de la cintura acercándola a su cuerpo antes de besarla vorazmente, su mente nublada con el único pensamiento de que quería recuperar la hombría que sentía que Snape le había quitado durante esas dos semanas que estuvieron juntos, necesitaba recuperar el control de sí mismo. La chica ni siquiera se resistió ante el arrebato, tal vez por la sorpresa, tal vez porque en verdad le había estado esperando, sabiendo que él debía pasar por allí para volver a su Sala Común; pero luego de unos minutos fue el mismo Harry quien la apartó de un empujón, sujetándose el cuello al sentir que se estaba ahogando.

-¿Harry? –Dijo la chica, sin entender lo que estaba sucediendo -¡Harry! –Gritó desesperada cuando el muchacho cayó al suelo debatiéndose por tomar aire mientras rasguñaba su cuello.

-¿Qué está sucediendo aquí?

   La enérgica voz de Snape llenó el pasillo, haciendo que la Hufflepuff saltara del susto al encontrarse de frente con el hombre vestido de negro, aun así se sintió tan aliviada que no pudo evitar un suspiro.

-Profesor Snape –dijo –No sé qué le sucede, sólo nos estábamos besando y de repente ya no pudo respirar.

-Busque a la enfermera –ordenó sin despegar los ojos del muchacho en el suelo que ya estaba tornándose de un horrible color por la falta de oxígeno.

   La chica no necesitó que se lo repitieran dos veces, y corrió por el pasillo hacía la enfermería.

    Snape realmente no necesitaba a la enfermera en ese momento, ya sospechaba lo que podía estar sucediendo ante la confesión de la chica, pero no podía hacer nada si ella estaba allí mirando, necesitaba sacarla de ahí antes de poder actuar. Incorporó a Harry con sumo cuidado apoyándolo contra su cuerpo, y le abrió los primeros botones de la camisa; un tatuaje en forma de una serpiente se enrollaba en torno al cuello del muchacho bajando hacia su pecho: Era el castigo que le infringía la magia a aquellos que, habiendo realizado una Unión por Sangre, le eran infieles a sus compañeros. La marca de la infidelidad se marcaba a fuego en su piel para recordarles su juramento, pero no era sólo una marca inmóvil que causaba dolor, la serpiente se enroscaba en el cuello de la víctima hasta que recibiera el perdón de su pareja… o en su defecto la persona muriera.

   Severus colocó una de sus manos en el cuello de Harry, sobre la serpiente que no cesaba de enroscarse, y comenzó a recitar un conjuro en voz baja hasta que lentamente se fue calmando.

FUTURO MANIPULADO Where stories live. Discover now