Capítulo 14

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-¿Dónde se supone que estabas? –Preguntó Severus con autoridad, el enojo visible en sus facciones de ceño fruncido que a más de un estudiante de primer año habría hecho tener pesadillas por días… pero no parecía surtir el mismo efecto en el niño recostado en la cama, quien le contestó con un balbuceo ininteligible seguido de una risa feliz antes de entretenerse mordiendo su propio pie.

   Severus bufó sintiéndose un tanto estúpido, era evidente que no recibiría una respuesta de un niño de menos de un año que aún no sabía hablar, pero la fuerza de la costumbre al tratar con alumnos que siempre confesaban sus culpas ante una sola mirada severa suya, era un poco difícil de erradicar.

Miró hacia la puerta agradeciendo que Potter no estuviera allí para haberlo visto hacer semejante estupidez. Suponía que el chico había huido después de que Gideon apareciera nuevamente en la cama, aunque no estaba muy seguro de dónde había ido, pero lo que era seguro era que tendría que hablar con él. Ahora ya no podía seguir fingiendo que nada sucedía, Potter sabía la verdad sobre Gideon, sabía que era hijo de ambos (nacido de una manera extraña, pero aun así, de los dos), e iba a tener que ayudarlo a sobrellevar esa realidad para evitar que el muchacho enloqueciera en el proceso, más porque era algo con lo que tendría que vivir el resto de su vida; el Enlace por Sangre Mágico los unía a los tres de por vida, así que no podía simplemente huir de esa responsabilidad por más que quisiera.

   Volvió nuevamente su atención al bebé para terminar de cambiarle la ropa, no que estuviera sucia de alguna manera, pero no se confiaba de todos modos ya que no sabía dónde había estado durante el tiempo que desapareció de su vista.

    Y eso lo llevaba otra vez a esa incógnita que tenía en la cabeza: ¿Qué había sucedido? ¿Dónde había estado su hijo? Porque él estaba seguro que no se encontraba en la habitación cuando revisó, incluso Potter había abierto esa puerta mientras discutían, y el niño no estaba allí. Pero de repente apareció de nuevo cuando Potter dijo que deseaba que volviera para saber que si se encontraba bien…

   Potter deseaba tenerlo fuera de su vista, y luego deseo volver a verlo… ¿Sería posible? ¿El solo deseo del muchacho había hecho que Gideon desapareciera y volviera a aparecer cuando cambió de idea?

   Miró por la ventana de la habitación hacia el jardín trasero, no estaba seguro que funcionara así, ni que esa hubiera sido la causa de la desaparición del niño, pero no pensaba arriesgarse. Hablaría con Potter y le dejaría claro que no podía jugar así con la vida de su hijo… Aunque no lo hubiera hecho adrede, en realidad, era mejor prevenir que lamentar.


******


    Harry estaba en el jardín de la casa, sentado en un banco junto a la pared de la cocina, único lugar lo suficientemente lejos al que había llegado para poder aclarar sus ideas de todo lo vivido hacía escasos minutos. No estaba alterado, no del todo al menos como hubiera podido creer en un primer momento al acabar de enterarse que tenía un hijo… con Snape. Un hijo con Snape, eso era muy loco en varios niveles, pero, sorprendentemente, no lo alteraba; tal vez era porque no lo creía del todo o porque su mente se centraba más en esa sensación como de pesadez que tenía dentro de sí, la misma que había estado teniendo desde que comenzó con todo eso en su vida.

   ¿Qué haría a partir de ese día? No lo sabía, pero estaba seguro que sería algo que no le gustaría. Siempre tenía que hacer cosas que no le gustaban. Ésta era una de ellas y no sería la última tampoco, estaba seguro.

-Potter –levantó la cabeza al ver a Snape parado a unos pasos de él; llevaba al niño colgado de su cadera como tenía costumbre desde que podía mantener la cabeza erguida, y que le hizo sentir que la situación se tornara un tanto más real –Tenemos que hablar.

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