❝-No, número equivocado. Soy Minho, ¿Tú quién eres? ❞
A veces el peor engaño termina dejando muy buenos resultados.
ESTADO: CANCELADA. no borro los capítulos porque sé que os gusta leerlos.
☼ angst, fluff y una pizca de humor.
☼ Minsung como pareja...
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❝De recuerdos, conversaciones y mensajes.❞
La mirada de Jisung estaba fija en su móvil, situado encima de la cama todo el tiempo que él estuvo cambiandose de ropa al uniforme escolar, aclamando por su atención cuando los ojos del castaño volvían a recaer en él, como en esos momentos estaba pasando.
Su expresión estaba bañada en dudas, y un brillo de pánico iluminaba la oscuridad de sus orbes marrones. Aquella mañana se despertó con un par de notificaciones inesperadas, y la realidad es que no pudo dejar de pensar en ellas en todo lo que llevaba de día, aunque apenas las ocho de la mañana.
Suspiró ruidosamente y apartó su vista del aparato, concentrando ahora su atención en el reflejo de su espejo. Necesitaba despejar su mente, y aclarar sus pensamientos, antes de afrontar la realidad que al despertar golpeó su vida.
Aunque quizás mirándose en el espejo, no fuera a conseguir realmente mucho.
Se dio una rápida escaneada, haciendo pequeñas muecas cuando sus ojos recorrieron la longitud de su pecho desnudo, deslizándose por la curva de su cintura, hasta terminar en el final de su abdomen, justo donde empezaba la tira de su pantalón. Aún no se había puesto la camisa, desde hace muchos años tenía la manía de contemplar su cuerpo al descubierto. Era como un hábito tortuoso que le llevaba persiguiendo desde que entró a la escuela media, y del cual no se había conseguido librar; antes de eso, era otro chaval feliz, despreocupado de su apariencia.
Si es sincero, no recuerda muy bien el momento exacto en el que todo se fue a la mierda, y dejó de valorarse como ser humano. ¿Quizás fue el último año de primaria? ¿el primero de escuela media? ¿ O es que realmente nunca estuvo cómodo consigo mismo? Si se pone a rememorar, e incluso yéndose muy atrás en el tiempo, puede ver que desde muy joven ha cargado en sus espaldas con el peso de las inseguridades, los prejuicios, y los miedos. Siempre ha estado inconforme consigo mismo, porque siempre ha sido distinto a sus demás compañeros, y estos no han dudado jamás en recordárselo, como si él no lo supiera.
Porque vamos, Jisung es homosexual. Y por mucho que ahora se diga que son otros tiempos, y los pensamientos cambiaron, el simple hecho de tener un gusto distinto al de los demás chicos, era la excusa perfecta para ir contra él en manada, para tratarlo de raro, y para que se convirtiera en su chiste personal, en el blanco común de todo aquel que necesitara soltar su odio contra algo.
¿Cuántas veces escuchó de pequeño que era como una chica? Que lloraba como una nena, que se comportaba como ellas, que a los chicos debían gustarles el fútbol, y un largo etcétera de acciones que debía tener, y que no poseía, acompañado de cosas que no podía hacer pero, que para su mala fortuna, hacía. Pensó que con el tiempo todo pasaría, que solo era tema de la edad, que cuando creciera sería un chico fuerte y respetado, pero ¿su inicio como adolescente? Eso sí que fue una tortura. Sus compañeros se aburrieron de los apelativos femeninos denominandolo como una "nena llorica", y decidieron meter a su vocabulario todo tipo de insultos que, hasta ese momento, tenían prohibidos los niños pequeños
