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❝ De silencios caóticos y advertencias sin gracia

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❝ De silencios caóticos y advertencias sin gracia.❞

Frunció sutilmente el ceño cuando la molesta claridad mañanera golpeó su rostro, escurriendose entre las finas cortinas de su habitación por una pequeña rendija que olvidó cerrar correctamente la noche anterior.

Por inercia agachó la cabeza, buscando apartar los párpados de la luminosidad del sol para continuar durmiendo. No obstante, el cosquilleo en la punta de su nariz producido por el cabello de otra persona lo hizo abrir los ojos, rememorando los sucesos de la noche anterior; desde la tormenta, hasta el torrente de sentimientos que avasalló repentinamente la habitación.

Sus ojos cayeron de inmediato en la expresión tranquila de Jisung, quién yacía completamente dormido frente a él, dándole la espalda a la ventana y, por ende, al sol.
Sus pestañas acariciaban delicadamente la tez de sus adorables mejillas, y sus labios, de los cuales escapaban suaves ronquidos, estaban suavemente abiertos, dibujando en sus preciosas facciones la agradable expresión de la paz a absoluta, tras una terrible tempestad. Minho sonrió inevitablemente al ser testigo de aquella magnífica imagen. Jisung era precioso,  como un ángel.

Sentía su cintura ser abrazada por los bracitos del chico, y la respiración tranquila de él golpeando suavemente contra su cuello. Ambos cuerpos estaban enredados bajo las sábanas, y Minho no comprendía como no pudo percibir su tacto nada más despertar. Un calor agradable se extendía dentro de las frazadas, arropandolos, ayudando que sus músculos continuasen igual de relajados que cuando estaba dormido.

No tenía prisa, así que no se forzó en salir de la cama. No había visto la hora, pero considerando el poco tráfico que escuchaba, podía imaginar que se trataban de no más de las diez de la mañana.

Decidió que, la mejor forma de invertir su tiempo, sería contemplando en sumo silencio, y con adoración, las facciones del adorable muchacho que descansaba plácidamente frente a él. Se sentía hipnotizado por su sosegada respiración.

Dejó que su cabeza volara a los recuerdos de la noche anterior, cuando sus labios se encontraron e inmediatamente después Jisung se rompió, sollozando duramente aquella promesa que había mantenido en su mente hasta quedarse dormido. Eran palabras muy fuertes si se ponía a analizarlas con detenimiento. Era una promesa muy seria, y siempre le habían aconsejado no prometer nada en puntos culmines de tu vida, ya que hay varios factores que obstruyen tu raciocinio y te animan a decir algo que quizás a la larga no puedes cumplir.

Pero en esos momentos, Minho no quería detenerse a divagar sobre eso. Se sentía pleno sosteniendo al más joven entre sus brazos, y ligero sabiendo que él ya conocía sus sentimientos más profundos. De momento, no era correspondido –o no del todo–, pero no podía perder la esperanza de que algún día llegase a sentir lo mismo por él.

Jisung le gustaba tanto... Mucho, demasiado. No recuerda haber tenido sentimientos tan profundos por alguien jamás, y es una sensación gratificante comenzar a comprender ciertas reacciones que alguna vez le habían explicado pero que él no comprendía por no haberlo vivido jamás. Estaba contento, aunque sabía que el menor arrastraba un montón de problemas a sus espaldas, y eso suponía una mochila nueva que Minho tendría también que cargar. No por obligación, ni mucho menos, pero le gustaría ayudar al castañito que descansaba plácidamente a su lado. No podía despegar sus ojos de él. Era tan bonito, no tenía palabras suficientes para expresar cómo era la imagen de aquel joven ante sus ojos.

Wrong number || MinSung Where stories live. Discover now