Jungkook un joven recien graduado, vive en un departamento que comparte junto a su mejor amigo SeokJin, el cual inesperadamente tendría la misión de encontrar la pareja ideal para su amigo, en su desesperada busqueda del amor.
Pero... No todo sucede...
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Si Jin tuviera que escoger la parte más desordenada de su hogar sería el lado izquierdo de su habitación, sitio que ocupaba Jungkook, no podía entender como el castaño podía vivir en ese mini basurero que tenia como sitio de descanso.
Tenia que comenzar por el escritorio donde tenia la computadora en la que se sentaba (en sus días de descanso) a probar nuevos juegos que encontraba. Ese sitio estaba lleno de vasos y platos sin lavar por doquier, además de bolsas de frutas o dulces que había consumino, los calcetines regados simplemente lo dejaban horrorizado, además de que a lo lejos podía alcanzar a ver una prenda que apostaba era un bóxer, sucio o limpio ya le daba igual.
—Si de aquí salta una rata, yo te juro Jin, te juro que salgo corriendo y le pongo seguro a la puerta, si te quedas encerrado ese ya no es mi asunto—habló Felix observado el sitio que junto al pelirosa limpiarian.
—Eres tan buen amigo, Felix—sonrió falsamente mientras se acercaba al escritorio y comenzaba a recoger las bolsas y papeles regados, a su lado el pelinaranja sostenía la bolsa de basura en la que los depositaba.
—¿Jungkook tenía una cita con SunHee?—preguntó de repente, tomando a Jin por sorpresa.
Ni siendo él el mejor amigo de Jungkook, tenía una idea de lo que habían visto esa tarde.
—No lo sé, quizá sí, quizá no.
—Oh Jin, anotare esa repuesta como una de las mejores que escuchen en el año—dijo con un notable tono sarcástico.
