Capítulo 33: A la distancia de un clic

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El domingo, después de uno de esos largos viajes en silencio con mi padre, que ahora que no tenía mi celular eran más aburridos aun, llegamos finalmente a la ciudad. Ni mi madre ni Darío se encontraban en casa, seguramente estarían ocupados con algún asunto de su bebé nueva.

Me despedí de mi padre y de inmediato fui hacia mi computadora para comunicarme con Guada, era lo único que podría hacerme sentir mejor y sacarme la acidez por completo. La extrañaba demasiado y también quería saber qué habría pasado con Gus, aunque a la vez prefería no enterarme de nada, era extraño y contradictorio. De lo único que estaba seguro era de que quería hablarle.

Pero lamentablemente, ella aún no estaba en línea, quizás continuaría en el cumpleaños de Gus, o quizás ya estaría volviendo. ¡Qué impotencia depender únicamente de la tecnología para estar con ella!

—¡Lean! ¿Ya llegaste a la ciudad? ¿Ya estás de nuevo en la civilización? –me llegó un mensaje de Bruno a Facebook y entonces recordé que tenía un tema pendiente para hablar con él.

—¡Le has estado hablando a Maca! –le escribí—. ¡Te dije que no lo hicieras!

—"¡Hola, Bruno! Tanto tiempo, ¿cómo te fue el fin de semana?" –me evadió él—. Así es como se inician las conversaciones, Lean.

—¡Bruno! –Me iba a hacer perder la paciencia.

—Ya, ya, no pasa nada, ustedes terminaron, ¿cuál es el gran problema? Solamente hemos estado hablando para conocernos.

—El problema es que te conozco demasiado –le respondí.

¿Solo le hablaba para conocerla? ¿Sin ninguna intención física de por medio? Tratándose de Bruno, no le creía ni una palabra de eso. No quería que ella se ilusionara y Bruno terminara por romperle el corazón, como solía pasarle a algunas de las chicas que salían con él, porque mi amigo era un desconsiderado.

—El problema es que te preocupás demasiado –me escribió él—. Ni siquiera sabe que soy tu amigo, pensé que decirle eso me podría dar una mala reputación.

—¿Cómo fue que le hablaste? ¿Cómo siquiera empezaste esa conversación? ¿Y por qué?

—Porque Maca es linda y vos terminaste con ella. No va a pasar nada, ni siquiera nos conocemos en persona.

Yo sabía que eso no era impedimento para nada, pero decidí dejarlo ahí, porque justo en ese momento me llegó un mensaje de Guadalupe al Facebook:

—¡Lean! Acabo de llegar a mi casa, ¿podemos hablar?

¿Hablar? ¡Claro que podemos hablar! ¡Eso era lo que más quería hacer! ¡La había extrañado durante todo mi fin de semana en el campo! ¡Y además, quería hablar con ella sobre lo mal que me había hecho sentir el hecho de que se hubiera ido tanto tiempo con Gus! Sí, probablemente eran celos, si ella le quería llamar así, se lo confesaría con el nombre que ella quisiera ponerle a este Dragón de las Colinas que había estado sintiendo en mi estómago durante dos días.

—¡Claro que sí! –le respondí, y de inmediato me conecté a skype. Mi charla con Bruno podía esperar.

—Qué suerte que estabas conectado –me habló Guada apenas la llamé, y su voz sonaba triste—, solo contigo quería hablar.

—¿Qué pasó? –comencé a preocuparme a la vez que sentía cómo se activaban mis instintos de protegerla ante cualquier cosa.

Mis celos y mis problemas de inmediato habían quedado muy atrás en mi lista de prioridades. Ahora lo principal era entender qué le sucedía y curarla como fuera posible.

El amor en los tiempos del internetWhere stories live. Discover now