CAP 4 HABITACIÓN ROJA

1.9K 164 87
                                    

-¡Alto! -Rogers elevó la voz para detener aquella insolente pelirroja.

Natalia se maldijo dentro de ella, bajó la mirada y se puso en posición de descanso en espera de que aquel hombre bajara y le reventara un puñetazo en la mejilla.

-Quiero verte pelear de verdad, si vuelves a fingir que pierdes, te la verás conmigo sobre el ring. -El rubio habló con desdén mientras se acercaba hasta ella y se plantaba a brazos cruzados frente a ella mientras Barnes iba tras el resto de las chicas.

-¿No piensas hablar? ¿A caso eres muda? -El rubio comenzó a sentirse ansioso de que aquella chica no reaccionara, ¿a caso lo estaba ignorando o algo parecido?

-¡Maldita sea responde! -El Capitán gruñó fuera de sí, causando que ella por instinto pegara un salto en su lugar y comenzara a temblar.

-Tenemos prohibido hablar con cualquier de nuestros entrenadores. -Natalia se armó de valor, pasó saliva y finalmente le respondió, dejando escuchar por primera vez su voz, la cual causó que el ceño fruncido del hombre y las arrugas de su frente desaparecieran en un dos por tres.

-Puedes hablarme... -Suavizó el tono de su voz, hechizado de alguna forma por la voz tan dulce, seductora y tersa de que aquella pelirroja.

-Esta prohibido... -Susurró ella, comenzando a sentirse bastante incómoda.

-No, no lo está. Y también puedes mirarme cuando te hablo. -Rogers levantó su rostro con su mano para mirar nuevamente esos ojos preciosos, notando como la chica dudada de él con mucha desconfianza.

-Como diga... -Natalia le sostuvo la mirada apenas unos segundos para después desviarla y apretar la mandíbula, conocías a los hombres como él.

Uno muy parecido a él se había aprovechado de la idiota de Ivanna hace algunos años, terminando abusando de ella y obligándola a reconocer frente a Dreykov que había sido ella quien se había metido en su cama... Típico de la KGB, las mujeres siempre terminaban siendo unas zorras que daban todo por todo en batalla y por la República para recibir una simple patada en el culo como premio. Pero eso no iba sucederle, además de que estaba segura de que su padre lo mandaría matar antes de que pudiese tocarle un pelo o al menos esa esperanza tenía.

-Retírate... -Rogers soltó su mentón con brusquedad después de no obtener nada más de ella para después verla correr hasta la salida como si temiera estar sola con él.

-Niña estúpida... -Rogers gruñó con desprecio y se limpió el sudor de su frente. Era una estupidez, él no la conocía de ningún lugar y por lo visto ella tampoco lo había visto nunca. Debía olvidar el asunto y concentrarse en entrenar a esas malditas niñas para terminar con su misión, lo más pronto posible.

Después de haber desayunado en compañía de Melina quien les explicó alguna de las actividades que se llevaban a cabo dentro de la casa, los soldados tuvieron la aprobación de la mujer para dar un recorrido rápido a algunas de las instalaciones y habitaciones permitidas. Ninguno lograba entender como es que aquella "escuela de señoritas" a como Buck la había nombrado podía ser tan grande, elegante y rústica y a la vez ocultar una amplia base secreta de la Unión Soviética debajo de sus cimientos. Ambos hombres memorizaron cada una de las habitaciones, cámaras, vigilancia y posibles vías de escape, encontrándose en su camino con una recibidor bastante grande que conducía a unas amplías y sofisticadas escaleras de mármol alfombradas que estaban seguros subían a las habitaciones de las chicas y a otras secciones de aquella casa.

💥HAIL HYDRA💥Where stories live. Discover now