CAP 7 DÉJAME IR

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-Basta, déjame ir... -La pelirroja comenzó a sentir que el nudo en su garganta y estómago se hacía cada vez más grande.

-Antes dime tu nombre...

-Ya sabes mi nombre. -La rusa frunció el ceño con confusión.

-No... He notado que algunas personas aquí se refieren a ti de otra forma. Me dirás o tendré que preguntarle a Dreykov. -Rogers insistió, notando como su semblante cambiaba por uno nuevamente asustado a los pocos segundos.

-¡No! De acuerdo, te lo diré... -Tragó saliva y se movió incomoda nuevamente debajo de él.

-Entonces...

-Mi nombre es Natalia, pero nadie aquí me llama así...

-Natalia Romanova... -Le susurró con una suave sonrisa amistosa que la hizo mirarlo diferente... No estaba segura si ya le había sonreído antes, pero era la primera vez que le prestaba atención a su perfecta dentadura blanca.

-Tu... tú cuello, estás herido. -La pelirroja trató de desviar su atención, subiendo sus dedos inconscientemente hasta su garganta, sorprendiéndose al notar que su piel estaba cerrada y donde yacía una herida ahora sólo habían restos de sangre seca.

-Que... Tú... -Tartamudeó esta vez sin comprender realmente que había pasado.

-Natalia... Es un lindo nombre... -Rogers finalmente se apartó de ella, levantándose de su cama con una perfecta y amplia sonrisa en su rostro que la dejó mucho más confundida que antes.

-Debo irme... -La rusa se paro de un solo brinco de su lugar y corrió hasta la puerta para salir cuanto antes de ahí. Sin embargo, la firmeza de sus manos cálidas sobre su muñeca al tomarla inesperadamente la hicieron regresar hasta él y rebotar contra su torso.

-¿Auch qué haces? -Chilló adolorida al sentir el tirón de su brazo, estremeciéndose inevitablemente asustada al percibir uno de sus fuertes brazos rodear su cintura para pegarla contra su torso desnudo.

Natalia no pudo evitar esta vez sentir una corriente eléctrica bastante intensa viajar desde las puntas de sus pies hasta las puntas de sus mechones pelirrojos perfectamente trenzados, causando que los vellos de su nuca se erizaran y las puntas de sus pezones las traicionaran al erguirse bajo su camiseta. La rusa notó que aquel soldado de torso marcado, bronceado y pecho finamente velludo era quizá una cabeza más grande que ella o quizá más, lo que sólo provocaba que se sintiera insignificante y chiquitita entre el encierro de su abrazo. Aún así su mirada esmeralda tan indiferente y arisca no lo dejó sentirse señor y amo de la situación.

-Olvidas esto...

Rogers la apretó contra su cuerpo, sintiendo la misma descarga que había sentido anteriormente concentrarse dentro de él para después ignorarla y levantar el cuchillo frente a su rostro enrojecido no sabía si de enfado o de vergüenza, pero eso solo la hacía ver mucho más hermosa de lo que ya era, por que debía aceptar que aquella niña había dejado de lucir como una para sus ojos que ahora comenzaban a verla como la mujer más hermosa, ardiente, atrevida y suicida que hubiese conocido.

-Anda tómalo... -Natalia lo miró y después miró su cuello sin ninguna marca.

-Tú herida ya no está... -Susurró confundida.

-Lo sé...

-¿Eres alguna especie de súper dotado, un experimento o algo parecido?... -Los recuerdos de Nat en seguida la hicieron viajar a todos los misterios que albergaba el último piso del sótano de la organización.

-Intenta herirme de nuevo y lo sabrás. -La retó con ojos divertidos, entregándole finalmente el cuchillo para después verla empuñarlo en su mano.

-¿Tienes el valor?

💥HAIL HYDRA💥Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ