Capítulo 4

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Mis brazos se aferraban a su cintura, al principio aquella figura se sorprendió, lo pude notar, pero después me correspondió, sus brazos se pusieron al rededor de mi cuello y el abrazo se intensificó.

Mi rostro se encontraba enterrado en su cuello, su olor era tranquilizador y relajante, mis manos se apretaron más a su cintura y cuando lo notó también apretó su agarre.

No entendía por qué me pasaban estas cosas a mí, yo sólo quería que esto terminará, que mañana me despertará y esto fuera sólo una mala pesadilla.

Una muy horrible.

De mi mente no salía la imagen de los ojos suplicantes de mi madre. A pesar del momento y de las terribles circunstancias, en ellos, no habían temor ni miedo pero si preocupación, me gustaría pensar en más cosas, como por ejemplo como sucedió todo esto, pero mi cabeza no daba para más.

Seguí llorando sintiendo el olor de aquella figura, el ruido del entorno se había disipado, toda la gente alrededor había desaparecido para mí.

Hasta que caí en cuenta de algo.

Me separé un poco de aquella persona, su ropa... Su chaqueta... Me separé un poco más con confusión, era una chica, tenía el cabello rubio, su pantalón... Sus botas... Me separé completamente pero mis manos seguían en sus hombros.

La ropa de esta chica era idéntica a la de la persona que mató a dos personas importantes en mi vida, y por sobretodo, inocentes.

– ¿Estas bien? –dijo aquella chica con voz relajada

Yo estaba en shock, procesaba muchas cosas a la vez y me estaba agobiando, hasta que por fin reaccioné, mi mirada pasó a estar perdida a posarse fijamente en su pecho, había una placa policíaca, mi mirada subió a sus ojos quienes me miraban con preocupación, algo que no me interesó en lo absoluto pues la ira se apoderaba de mí.

Con mis manos aún en sus hombros y sus manos relajadas a un costado de sus rodillas apoyadas en forma de cuclillas, y después, soy consciente, de que mi expresión cambió, la cambie a una de furia.

Apreté mi agarre en sus hombros y en un rápido movimiento le hice una llave, coloque mis piernas en su cuello de una forma desconocida y empecé a apretar, había llamado la atención considerablemente, muchos se empezaron a acercar y podía sentir que me jalaban por detrás, escuché gritos para nada entendibles y sentí como la chica a la que tenía apresada se removía desesperadamente. Su mano golpeaba contra el piso dando señal de que no podía respirar, pero yo seguí apretando mi agarré, el enojo me estaba consumiendo, un ataque de ira se estaba desahogando en este chica a la que veo en mi mente muy probable que haya matado a mi madre.

De repente un golpe en seco impacto contra mi cabeza, me habían golpeado y yo instantáneamente solté a la chica, caí a un lado, aturdida y adolorida, en el fondo escuché como alguien respiraba de forma muy agresiva, tratando de recuperar todo el aire posible y eso me hizo reaccionar.

No la dejaré por nada del mundo.

Me levanté muy rápido, como si nada y corrí hasta donde estaba ella, quien ya se encontraba al lado de un personal médico, me lancé a ella derribándola, todos se pusieron alerta de nuevo.

Cuando me puse encima de ella volví a golpearla, está vez en el rostro, sólo me dio tiempo de darle dos golpes cuando una mujer policía se me lanzó derribando, casi parecido, a cómo derribe a la chica.

– ¡Cálmate de una puta vez! –intente forcejear contra ella y cuando noté el mismo uniforme negro, mi mente cambio de objetivo

Logré derribarla en su momento de tranquilidad y ahora yo quedé encima, al igual que cuando la chica, golpe tras golpe lanzaba contra su rostro, ella esquivaba algunos e intento defenderse, algunos golpes fueron propinados en mi rostro, muy leves, y después más personas intentaban alejarme, esa maldita sensación de muchas manos en mí me comenzaba a hartarme.

Seguí golpeando a la mujer pero ya harta solté golpes a las personas que me sujetaban, me puse en guardia, con los demás policías comencé una pelea, éramos 5 contra 1, y apenas lograban golpearme.

Mi suerte no duró mucho cuándo una dolorosa electricidad recorrió desde mi cuello a todo mi cuerpo, caí al suelo, no sin antes ver, quien me había atacado.

Caí inconsciente.

Esa mujer estaba en mi lista de ira.

Al igual que la chica rubia, mi lista de ira era una lista donde ponía a muchas personas que simplemente no pasaba, había muchos nombres de prisioneras pero después de esto, ellas encabezaban la lista.

Me levanté sin noción del tiempo, me encontraba en una camilla recostada dentro de una ambulancia que estaba estacionada, en el patio del primer pabellón.

– ¿Pero qué demonios...? –dije roncamente y adaptando mis ojos a la luz incandescente de la ambulancia

Intenté levantarme con pesar pero algo me lo impidió, mire mi muñeca y había una esposa que me ataba a la camilla.

–Lo que me faltaba...

Había policías y guardias caminando por aquí y por allá pero ninguno prestaba atención a mi ambulancia.

– ¿Ya despertaste? –No había notado la presencia de alguien sentado a lado mío, era la chica rubia de antes

– ¡¿Pero qué diablos haces aquí?! –me altere y empecé a forcejear con la esposa, lastimándome en el intento

Ella se asustó, retrocedió un poco y pude ver que debajo de su ojo, en su pómulo, se asomaba un hematoma hinchado, morado y rojizo, y su labio estaba roto.

Me sentí culpable... Pero no lo suficiente.

–C-cal-cálmate...p-por fa-favor –dijo poniendo sus manos delante suyo, como queriéndome apartar

–Juro que cuando me quite esta cosa ¡Te romperé la cara! –-ella se levantó de la silla de la ambulancia

–Yongsun, ¿Estas bien? –la otra mujer que me había dado pelea apareció delante de la ambulancia

– ¡Y A TI, TE MATARÉ! –Dije señalándola con mi mano libre

–Quiero verte intentándolo –contestó la mujer segura

–Pues tu ojo es la prueba de que puedo –Su ojo estaba morado e hinchado. Ella hizo un ademán de querer subirse a la ambulancia pero la detuvo la otra chica.

– ¡No! Tía... Por favor... Déjamelo a mí... –"Yongsun" como la habían llamado se acercó a mí-

La mujer retrocedió pero no se fue, sólo se quedó afuera del transporte.

–S-soy... –se aclaró la garganta– Soy la oficial pasante Solar y-

– ¿Que no eras Yongsun? –la interrumpí

–Solar dije- –dijo seria– necesitamos saber que sucedió hace un rato

– ¿¡Enserio creen que yo hablaré con las asesinas de la madre de mi mejor amiga y de MI MADRE!? –dije alterada y tratándome de soltar, sin éxito

Solar y la oficial mujer se intercambiaron miradas cómplices y confusas para luego mirarme.

– ¿De que estas hablando? –dijo la mujer

–Que no hablaré con ustedes, aparte de estúpidas, sordas...

–...Ahora sí la mato...

M O K I T A [MoonSun]Where stories live. Discover now