Capítulo 12

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Admito que fue mi error.

Por estar metida en mis pensamientos, no caí en cuenta del camino que había tomado a mi celda, "El puente".

El puente es un corto pasillo dividido por varias rejas de acero y pequeños muros, es el único lugar donde "conviven" maternal, reclusorio y...

–Vamos Moon, no me dejes con la palabra en la boca –dijo con su tipo tono de voz sádica

Máxima seguridad.

– ¿Qué sucede, Liu? ¿Para qué quieres que escuche estupideces? –Miré a los lados y, como siempre, cuando Amber salía no había ni un solo guardia, malditos cobardes

–Oh, vamos pequeña Moon –dijo con tono calmado el cual luego pasó a uno sombrío– No me hables así

–Conmigo no funciona eso, Liu –Quise darme la vuelta para seguir caminando pero su voz me detuvo de nuevo–

– ¿Qué pasa Moon? ¿Han asesinado tus agallas? –dijo riendo

No tardé mucho en acercarme, tomarla por el cuello de la camisa y estrellarla contra los barrotes metálicos.

–Tienes suerte de que ese maldito bozal te impide hablar bien porque me hizo suponer que te referiste a algo, Amber

–Tienes razón Moon... es sólo el bozal –la solté de inmediato con un arrebato

–"ByulYi" –dijo burlona– ¿sabes por qué no te asesiné ese día?

–No

–Tienes valor escuincla, más que nada tienes los ovarios bien puestos –rio– Estaba segura de que algún día necesitaría de ti, y adivina qué, ese día llegó

–No sé qué clase de droga te vendió Kim esta vez pero no entiendo la estupidez que estás diciendo

–Cuida ese lenguaje Moon –volvió a reír desquiciadamente

Amber Liu, presa en Máxima seguridad por el asesinato de 10 hombres con arma de fuego y 2 mujeres con arma blanca. Tenía condena perpetua pero como es una maldita rata sólo le quedan 60 años, que es prácticamente lo mismo.

–No tengo tu tiempo ¿Qué demonios quieres?

–Lo que quiero... Es que me saques de aquí

Y estallé... en carcajadas.

–Dios mío Liu deja de gastar tu dinero en la droga barata de Kim, creo que te dio una caduca o algo así –me di la vuelta de nuevo

–Te puedo ayudar a saber quién la asesinó

Me detuve.

El lugar se quedó en silencio por varios minutos.

–En serio Amber, deja de joder –Pero esta vez yo no me moví, casi puedo imaginar que está sonriendo la desgraciada

–Pequeña Moon tu sabes que este lugar me chupa el culo, nada se me escapa, así como se lo de tu recompensa por tu declaración, estoy en todos lados, así como lo estuve esa noche

–Liu... Si me estas jodiendo, juró que romperé tu cráneo contra los malditos barrotes –caminé hasta ella quedando frente a frente– Habla

Ahora fue su turno de reír.

–Moon me sorprende que olvides como funciono, no pienso soltar ni una sola palabra hasta no tener el precio

– ¿Y cómo sé que no me estas engañando hija de puta?

–Mi palabra es más valiosa que cualquier signo monetario en esta pocilga –odiaba que tuviera razón

– ¿Para qué carajos quieres salir si no tienes a nadie? ¿Saldrás a matar por diversión y volver aquí a los 2 días? Liu... Aborrezco a los asesinos –dije enojada, descargándome levemente contra ella

–Mis razones te deben importar una mierda, Moon

–Por mucho que deseé esa información, estás demente si crees que yo le daré alas a un demonio –escupí con rabia

Golpee el barrote pero ella ni se inmutó, sólo me veía fijamente inexpresiva, esta vez casi corrí hasta el final pero la desgraciada volvió a abrir la boca.

–Hwasa

–Desgraciada... ¡te lo advertí! –Regresé y la tomé por el cuello, mi puño quedó a centímetros de su cara

–Tengo a mi Hwasa allá afuera –La solté con un poco de shock– No me pondré maricona ni sentimental contigo tampoco te rogaré ni buscaré darte lástima, para eso mejor me vuelvo limosnera, pero a esta asesina aún le queda algo por lo cual asesinar –me quedé quieta– Jodete Moon si no me quieres ayudar pero lo que pasó esa noche, con las señoras Moon y Ahn, fue una bajeza hasta para mí y vaya que yo estoy en lo más jodidamente profundo –me aleje un poco de la reja y los barrotes– Solo te llevó algunos años por delante, no tengo madre o padre así que me es imposible sentir lo que tu sientes pero reconozco en tu mirada esa terrible sed de sangre y en eso sí te puedo hasta ayudar

–No necesito una mercenaria

–Y no la tendrás –se apoyó en los barrotes– Se me agota el tiempo Moon, para todo, me vale mierda si no conoces mis intenciones o mis propósitos pero si quieres seguir hablando, te veré por las cañerías en el Hades de la madrugada.

Se alejó y se dio vuelta para comenzar a caminar en dirección opuesta, chasco los dedos y en cuestión de segundos un guardia apareció para esposarla y tomar su dinero.

Esta desgraciada.

Me largue de ahí lo más rápido posible, la presencia de aquella pelo-corto me enfermaba.

Cuando por fin llegué a mi celda sólo estaba Sunmi, Hwasa estaba dormida en su litera y no había rastros de CL.

–ChaeRin fue a hacer unas llamadas, ya sabes a quien –a veces pensaba que me leía la mente– ¿Cómo te fue a ti?

–No sé cómo debió de haberme ido –me recosté a un lado de Hwasa, recargándome en el respaldo e hice que apoyará su cabeza en mi estómago para que yo pudiera acariciar sus cabellos mientras velaba su sueño

Le comencé a relatar mi plática con los uniformados a Sunmi, quien me escuchaba atentamente hasta que finalice.

–Bueno... Lo primero ya está –me dio una sonrisa de aliento, de esas que sólo ella sabe dar

–Eso creo –me encogí de hombros–

–Byul siento que lo estas dudando mucho, entiendo que esto está rompiendo tu mente y no me imagino a cualquiera soportándolo tal como tú lo estás haciendo –la miré mientras ella seguía– Quiero que cuando estés afuera junto a HyeJin dejes todo esto atrás, como una terrible pesadilla que nunca paso, incluso si eso con lleva... Olvidarte de nosotras –Su voz flaqueo al final de la oración

–Oh Dios... Sunmi –la acerqué hacía mi tomándola por el brazo mientras veía como lagrimeaba–ahora escúchame tu a mí –Se acostó en la orilla a lado mío– Yo jamás, ¡jamás!, las podré olvidar, tampoco dejaré que Hwasa lo haga, somos una familia –mi voz se rompió– La única que me queda...

Sunmi soltó en llanto y yo también, lo hacíamos silenciosamente para no despertar a la niña que yacía dormida junto a nosotras.

–S-Solo quiero que estén bien, las adoro y-y sé que cuando crucen esa reja... no las volveré a ver

Mi corazón se estrujo y mis lágrimas, ya comunes en las últimas horas, se resbalaban por mi cuello.

–A mí me queda una vida aquí... –se aferró a mi cintura y acaricio el rostro tranquilo de Hwasa–Ustedes busquen una nueva –Le dolía– Empiecen de cero...

M O K I T A [MoonSun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora