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No podía creer lo que veían sus ojos, había perdido la cuenta de las veces que ha mantenido su mirada en el maletín lleno de dinero en efectivo y nuevos materiales para mejorar su traje. Era tan hermosa la vista que tenía ganas de llorar de la felicidad, tomó el papel que venía arriba de los billetes para leer su contenido.

"No haces mal trabajo, mis héroes están satisfechos con las mejoras, espero que esto sea suficiente. Y no gastes todo en mochis, niña insolente" esbozó una sonrisa al recordar a su gruñón pero considerado jefe, había sido justo con la paga. A su mente vino el recuerdo de la noche en que había sido descubierta por él y la trajo a casa.

-¿Aquí vives?- preguntó el mayor desde el interior de su auto- Es algo pequeño y alejado de la U.A, ¿cómo le haces para ir hasta allá?

-Trato de levantarme temprano para ir a la estación, además por el espacio... está bien para mí, si fuera más grande me sentiría más sola- se giró para sonreírle al hombre que había tenido el amable gesto de llevarla a su hogar.

-¿Sola por qué? ¿No me habías dicho que tenías tutores?

-Bueno, son héroes profesionales y no todo el tiempo pueden estar conmigo. Casi siempre vienen a cenar, pero luego tienen que ir a patrullar o a sus respectivas casas, pocas son las veces que pasan la noche aquí.

-Es peligroso que estés sola, pueden entrar villanos- dijo sin pensar ganándose a la vez una mirada llena de confusión de la joven- escuchar sobre tu vida me dio sueño- volteó su rostro que expresaba incomodidad por lo que había escuchado, pero no quería demostrarlo- espera mis órdenes, pronto sabrás de mí.

-¡Sí, jefe!- obtuvo de él un gruñido, aunque sabía que no le gustaba que lo llamara así en ese tono, no podía evitarlo- Que tenga buenas noches y gracias por haberme traído- pudo ver como el héroe se despidió con su mano sin decir una sola palabra, luego el auto emprendió el rumbo a su siguiente destino.

Miró una vez más el papel con la misma sonrisa de hace unos instantes, caminó hasta su cómoda y lo guardó en una pequeña cajita. Tomó una cantidad generosa del dinero que se había ganado y salió de la casa dispuesta a comprar algunas cosas para la despensa.



-Hey, ¿pero qué está haciendo ese chico?- susurraba una señora a su acompañante o eso intentaba, porque se escuchaba con claridad lo que decía.

-No sé, parece que está buscando en la basura algo para comer, ¿dónde estarán sus padres? Deben ser unos grandes irresponsables para permitir que su hijo ande así en las calles, ¿has visto lo sucio que está?

Kurumi que pasaba cerca con su carrito de compras logró escuchar la conversación, dirigió su vista a las puertas de vidrio del supermercado, podía ver como al otro lado de la calle había un niño revisando el contenedor de basura que estaba dentro del callejón. 

Esa imagen le trajo amargos recuerdos de su infancia, por un momento se vio a ella misma y un nudo en su garganta se había formado. Agarró con más fuerza su carrito y prosiguió con su camino.

Mientras tanto, en uno de los pasillos del establecimiento se encontraba un adolescente de aspecto tímido acompañando a su madre. A comparación de ella, sus pasos eran lentos y sin ánimo, era fácil deducir que tenía la mente en otro lado ya que se le notaba algo ausente de la realidad.

"¿Se habrá enojado conmigo por intentar desvestirla? P-Pero no hice nada malo, Mirio me dijo que si no lo hacía iba a tener un resfriado y no quería que Kurumi-san se enfermara. Espero que no me odie" sus mejillas enrojecieron al recordar cuando se resbaló y cayó encima de sus...

夜空の下の夢 - My Hero AcademiaWhere stories live. Discover now