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-Amajiki, necesito que esté totalmente concentrado en la clase- Cementoss golpeaba el pizarrón con una tiza, escribía los puntos que iban para el siguiente trabajo de literatura.

-S-Sí profesor, disculpe- se encogió en su asiento, un tono rojo adornó sus mejillas por la vergüenza.

Aunque no estaba del todo errado aquel humanoide, efectivamente el estudiante de tercer año se encontraba ausente de la clase por cierta persona que ocupaba absolutamente todos sus pensamientos: Kurumi. 

No había encontrado la manera de comunicarse con ella, tenía muchas preguntas por hacerle pero a pesar de sus ganas inmensas de despejar todas las dudas que rondaban en su mente, no se sentía con el derecho de indagar sobre su vida después de haberse distanciado.

"Espero que Kurumi-san se encuentre bien, esa herida parecía ser muy profunda" reconoció internamente cuando recordó el momento donde la pelimagenta había demostrado una vez más la magnitud de su amor por él. 

Y es que no era simplemente un acto heroico, era consciente de lo mucho que se esmeraba por guardar su verdadera identidad bajo la máscara de placas que portaba al tomar el rol de Ray Villard. Si había roto sus propias reglas para salvarle la vida solo podía reafirmar lo que estaba pensando momentos antes, ella en verdad lo ama y de la manera más intensa posible.

-Tamaki, ya es hora de ir al dormitorio- avanzó hasta el asiento de su amigo que no daba respuesta alguna- oye, ¿me escuchaste?

-¿Ah? M-Mirio, disculpa. De verdad no escuché lo que dijiste- jugaba con sus dedos un poco nervioso- ¿me lo puedes repetir?

-Que ya nos debemos ir al dormitorio-suspiró negando con la cabeza- ¿aún sigues mal por Tsuki-chan?- solo contempló como el otro se levantaba en silencio y tomaba sus cosas- La verdad no sé que decirte en este caso, todavía no puedo asimilar por completo lo que me contaste.

-Quiero hablarle y n-no sé como- abrazaba su bolso ocultando su cara en el- aunque n-no lo parezca, m-me dolió también e-eso de que no me e-escribirá más.

-Ya se nos ocurrirá algo amigo, mientras tanto debemos esperar a que la den de alta, ¿no crees tú?- vio como asintió el azabache y le dio un par de palmadas en la espalda- Venga, vamos a comer takoyaki, yo lo prepararé.

-No sabía que podías c-cocinar eso.

-Yo tampoco pero ahí me las arreglo- sonreía ampliamente hasta conseguir contagiar su alegría a Tamaki.





Siete días han pasado desde que había sido descubierta su verdadera identidad, finalmente fue dada de alta y faltaba poco para llegar a los dormitorios de la clase H. En pleno andar mantuvo la mirada en una diminuta cápsula, ahí se encontraba el traje que jamás volvería a usar y el que hizo su vida más interesante durante las últimas semanas.

-¡Has vuelto!- una voz a sus espaldas hizo que se detuviera y girara para ver que se trataba de Nejire- Me alegra ver que estás bien, estaba muy preocupada- luego de correr y acortar la distancia que las separaba, se lanzó a la menor para abrazarla con fuerza- ¡bienvenida de nuevo! ¿Cómo te sientes? ¿Fue largo el viaje? ¿Tienes hambre? ¿Se te antoja un té de menta? Digo, te gusta el helado de menta por lo tanto pienso que podría gustarte ese té, ¿o gustas de un mojito?

-Hado-senpai, soy menor de e-edad y además...- echó un poco su cabeza hacia atrás esforzándose por poder respirar bien-... me está apretando m-mucho- al terminar de pronunciar esas palabras pudo sentir que los brazos que la rodeaban le dieron su libertad.

夜空の下の夢 - My Hero AcademiaWhere stories live. Discover now