CAPITULO 3

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El trayecto hasta Quántico había sido realmente incómodo. Morgan y Emily practicamente no se habían dirigido la palabra. En realidad, ambos se habian contenido sabiendo que estando los ánimos como estaban, la alternativa a permanecer en silencio sería otra discusión que no los llevaría a ninguna parte.

El resto del equipo ya se encontraba reunido en la sala de conferencias cuando Emily abrió la puerta y, después de un breve cruce de miradas con Hotch, tomó asiento junto a Rossi, con un escueto y frío "buenos días". Segundos después, apareció Morgan, que se detuvo en el umbral contemplando cómo su compañera no hacía ningún esfuerzo por disimular su enfado. Por prudencia, se sentó lo más lejos que pudo de Emily, entre J.J. y Reid que le dirigieron una mirada perpleja.

- Supongo que ya lo sabe...- Señaló Rossi dirigiéndose a Morgan.

Éste se encogió de hombros con gesto de resignación.

- Sí... Ya lo sé... - Intervino Emily ofuscada- Por lo que veo soy la última en enterarse de que estoy bajo vigilancia... - Luego se volvió hacia su jefe, que se mantenía en su habitual actitud impertérrita, de pie, junto a García- Es absurdo, Hotch... No tiene ningún sentido...

- Supuse que preferirías la compañía de Morgan que la de dos agentes frente a la puerta de tu casa...- Se limitó a aclararle Hotch- Lo de la protección no es negociable, Emily... Al menos por ahora...

Un refunfuño inninteligible salió de los labios de Emily. Era su forma de decir que aunque aceptaba la orden de Hotch, no estaba contenta.

- Venga... No puede haber sido tan terrible... - Se burló García-¿Qué le has hecho, Morgan?.

En lugar de responder, Derek intercambió una mirada con Emily, que inmediatamente retiró la vista hacia la pila de informes que García había dejado sobre la mesa.

- Pregúntale a ella...- Contestó con sequedad. Emily abrió los ojos y jadeó, dispuesta a darle la réplica.

No tuvo tiempo. Un carrapeo de Hotch les recordó que era hora de centrarse en el caso.

- Con la descripción que dísteis, no hemos podido localizar a nadie...- Les informó Hotch- Y no hay huellas que podamos utilizar. ¿Llevabas algo más en el bolso aparte de tu identificación y tu arma?.

- Sólo un monedero... Nada demasiado personal.. Ni teléfono, ni llaves, ni tarjetas...Lo dejé todo en mi escritorio...- Suspiró más calmadamente- No sabe donde vivo... Sí... Sabe que soy agente del FBI, pero nada más...

Esperaba que con aquello fuera suficiente, pero por las expresiones del resto, se dio cuenta de que no lo sería.

- Podría seguirte desde aquí...-Argumentó J.J. Hasta el momento, se había limitado a observar la interacción del resto, pero era evidente que estaba de acuerdo con Hotch. Aún tenían demasiado reciente el tema de Doyle y a nadie le apetecía correr riesgos innecesarios.

Emily se volvió hacia la rubia. Había esperado que al menos ella hubiera estado de su parte. J.J. le devolvió una mirada de disculpa, y entonces Emily supo a ciencia cierta que debía resignarse a su suerte.

- De acuerdo...- Cedió a regañadientes- Pero sólo por un tiempo...Para mí supuso un infierno estar escondida durante meses...- Se sinceró tratando de mantener a raya sus emociones- De ninguna manera volveré a pasar por algo así... Encerrada y sola sin saber por cuánto tiempo...

Sus palabras tuvieron el efecto deseado en el resto. Pocas veces, por no decir ninguna, Emily hablaba de su tiempo en París y que se hubiera atrevido a confesar algo así, indicaba claramente que aún no había superado el trauma.

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