EPILOGO

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Tres semanas después

Derek Morgan sintió el calor del sol en su rostro incluso antes de que la luz atravesara sus párpados. Abrió los ojos y sonrió al comprobar que Emily seguía dormida. Poco a poco las pesadillas habían ido desapareciendo. Aquella noche, no se había despertado ni una sola vez y eso le daba esperanzas de que pronto pudieran dejar atrás toda aquella pesadilla.

Deslizó su dedo suavemente sobre el contorno de su mejilla, y posó un beso en su rostro. Emily abrió los ojos lentamente y le sonrió a su vez.

- ¿Llevas mucho tiempo despierto?

Morgan se inclinó sobre ella y besó sus labios.

- No mucho. Me gusta verte dormir.

Ella amplió su sonrisa.

- Te gusta protegerme mientras duermo...- Puntualizó ella con aquella mezcla de sabiduría y agradecimiento que no hacía más que demostrarle que no podía esconderle nada- No creas que no me he dado cuenta... Gracias...

Se acurrucó contra su pecho y se quedó allí, disfrutando de la serenidad que Morgan le transmitía.

- Hoy tenemos terapia...- Le recordó Morgan.

Contuvo la risa cuando la escuchó refunfuñar en clara señal de protesta. Era la tercera sesión a la que iban, y aún les quedarían algunas más antes de que Hotch les permitiera regresar al trabajo.

No podían quejarse al respecto. Strauss había cedido ante Rossi, sobre la posibilidad de que pudieran volver a trabajar juntos. Era más de lo que habrían esperado en un principio. En cualquier caso, ambos le habían dejado claro que renunciarían a su trabajo antes que romper su relación. Strauss no estaba dispuesta a perder a dos de sus mejores agentes y había aceptado que continuaran en la Unidad bajo un estricto período de prueba.

- ¿Tenemos que ir?- Se quejó Emily con vocecita de niña pequeña.

- Tenemos que ir...- Le reiteró Morgan. Fue entonces cuando sintió la mano de Emily deslizándose traviesamente desde su pecho hasta el borde de sus boxers. Morgan le dirigió una expresión de advertencia- ¿Qué crees que estás haciendo?...

Ella lo miró con inocencia.

- Nada... ¿Por qué?

Su mano se deslizó un poco más abajo, y Derek tuvo que morderse el labio para no sucumbir de inmediato. Llegarían tarde, y no sería la primera vez. Ya se imaginaba la reprimenda de su psicóloga cuando no tuvieran una excusa creíble que ofrecerle.

- Emily...

Ella se encogió de hombros como si ignorara lo que hacía su mano.

- ¿Qué ocurre Agente Morgan?- Le preguntó con aquel tono endiablado que lo volvía loco.

Y entonces Derek supo que una vez más, aquella sería una batalla perdida.

- Estoy pensando que aún nos queda algo de tiempo....

Capturó con sus labios su sonrisa descarada, atrapándola entre sus brazos tal y como lo había hecho cada día y cada noche en las últimas tres semanas.


FIN

SERENDIPIAWhere stories live. Discover now