CAPITULO 12

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- Tengo que irme...- Le susurró Morgan dejando un beso en sus labios.

Ella protestó con un mohín. Sabía que no podía quedarse, pero no por ello se sentía a gusto con la idea.

- Tendrás que compensármelo...

Morgan sonrió, y después de darle un toque en la nariz con la yema de su dedo, le guiñó un ojo.

- Estoy deseando hacerlo.

Ella amplió sus ojos y le dio un pequeño empujón.

- Anda vete...- Le instó mientras lo echaba de su cama- No quiero ni imaginar que García te encuentre aquí.

Aquello definitivamente era una buena razón para que Morgan saliera a hurtadillas de la habitación. Antes de desaparecer tras la puerta, se volvió por última vez hacia ella.

- Dime que no te arrepientes..

- No me arrepiento...- Le aseguró Emily.

Y sólo con mirarla, Derek sabía que no mentía.

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Minutos después, Emily se vistió de nuevo y salió al pasillo. Procurando no hacer ruido, se dirigió a la cocina. Tenía sed, y aún era de madrugada. Sobre el sillón del salón distinguió la silueta de John. No quedaban más habitaciones libres y, por iniciativa propia, se había ofrecido a dormir allí. Abrió el frigorífico y sacó una jarra de agua. A oscuras, se sirvió un poco en un vaso, y se quedó apoyada en la barra de la cocina bebiendo sorbo a sorbo.

- Oye...

Saltó al escuchar la voz de John. Lo menos que necesitaba en aquel momento, era una conversacion con él. Agradeció que todo estuviera demasiado oscuro como para que pudiera leer en su rostro su encuentro con Morgan. Estaba segura de que sus mejillas aún debían estar sonrosadas y su cabello hecho una maraña.

- Lo siento... No queria despertarte...- Se disculpó inmediatamente. Lo vio incorporarse y se apresuró a salir de la cocina. Él la detuvo antes de que pudiera hacerlo.

- Tranquila... De cualquier modo no podía dormir... ¿Va todo bien?.

A pesar de la oscuridad, Emily pudo notar perfectamente sus ojos sobre ella. Estudiándola. Un estremecimiento la recorrió. Era la primera vez que sentía algo así con él, y no pudo menos que achacarlo a su propio sentimiento de culpa.

¿Realmente no había podido esperar a que él no estuviera en la misma casa?.

- Sí... Sólo tenía sed.

A pesar de su intento de aparentar naturalidad, su excusa sonó realmente pobre.

- ¿Qué tal tu estómago?...-Le preguntó John con interés- ¿Estás tomando la medicación que te receté?.

Emily no podía creerlo. Después de lo que acababa de hacer, él seguía preocupándose por ella.

Claro que él no sabía lo que acababa de hacer.

- Lo cierto es que hoy no me la he tomado...- Admitió con expresión de disculpa.

La regañina que esperaba no llegó. En su lugar, John sacó un pequeño frasco de su bolsillo y se lo mostró.

- Te lo dejaste sobre la encimera...

Emily estrechó sus ojos sobre el pequeño frasco. No recordaba haberlo sacado ni siquiera de su bolso, pero era evidente que lo había hecho porque de lo contrario, no lo habría tenido frente a sus ojos.

- Está bien...- Aceptó con una sonrisa la sugerencia implícita de John. Extendió la mano y esperó a que él dejara sobre ella la dosis correspondiente. Se sorprendió cuando en lugar de su píldora habitual, dejó tres.

SERENDIPIAWhere stories live. Discover now