Capítulo 3: Comienza el proceso.

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Shouta sabía que eso iba a suceder.

Lo supo desde el momento en el que Hizashi le dijo que quería adoptar, pero nunca esperó que fuera tan tedioso como realmente lo era.

En primer lugar, tenían que demostrar que eran una pareja legalmente casada y que tipo de pareja eran, fue un proceso difícil y molesto para que aceptaran el certificado como verdadero.

Se les hicieron miles de preguntas sobre su matrimonio, sobre el otro y sobre cómo continuaron su relación, preguntas que Aizawa hubiera preferido evitar, pero no podía, no si realmente estaba dispuesto a hacerlo.

Una vez que demostraron la veracidad de su matrimonio y su certificado, se les permitió únicamente iniciar la solicitud de adopción.

Shouta quiso golpear su cabeza contra la mesa cuando le dijeron eso.

El proceso de solicitud fue una parte fácil por suerte. Solo tenían que completar un formulario sobre el tipo de niño que querían y sobre los ingresos y la atención que podían dar.

Eso fue fácil, porque ya habían hecho acuerdos antes.

Aizawa no podía soportar a los bebés, el llanto era uno de los peores sonidos que habían profanado sus oídos y si tenía la opción, prefería sobre todas las cosas no tener que soportarlo.
Hizashi no contradijo a su esposo, apenas tuvo tiempo de atenderlo por las mañanas y por las noches cuando llegó de su programa, al igual que Shouta, quien había pasado incontables noches sin dormir con la tarea de sus alumnos todavía siendo calificada, no creía que pasar más noches malas era una opción.

"Bebés no" esa era la primera regla que tenían. Además, el proceso para eso era aún más tedioso de lo normal.

Entonces, acordaron que la edad tenía que ser mayor de 6 años.
Algunas personas dirían que prefieren un niño que puedan educar desde 0 pero no ellos, se sentirían mejor con alguien que pudiera decirles claramente que necesitaba, cuándo y cómo, que pudieran expresarse y tener la confianza de hablar con ellos, además, era más fácil de entender, simplemente parecía ideal.

El sexo era completamente independiente. Ninguno de los dos tenía preferencia sobre un niño o una niña, por lo que no importaba mucho.

"El sexo no importa" se estableció rápidamente como la segunda regla. Lo que tuvieran estaría bien, aunque Shouta sintió que con una hija batallarían un poco más, no sería demasiado difícil.

Los dos estaban muy enojados con la parte de "Preferencias físicas". ¿De Verdad? ¿Era esa una parte que importaba? ¿Hubo personas que completaron esa parte con solicitudes específicas? Tal vez alguien que quería un hijo similar a los padres adoptivos para poder aparentar, pero ¿qué demonios importa eso? Dejaron esa parte completamente en blanco, no les interesaba dar ninguna orden específica sobre su hijo.

Estaban eligiendo un hijo, no un producto, sin importar de dónde provenía, solo querían darle el amor que toda persona merece de una familia.

La parte sobre el ingreso fue la más aburrida, llena de números y cantidades. Hicieron algunos cálculos rápidos y llenaron esa hoja con pequeñas marcas en las cajas y números variados.

Dejaron la solicitud con la amable dama de registro. A Hizashi le agradaba mucho porque ella era la única que se comportaba como una persona decente y los trataba de manera normal y no como... Ni siquiera sabía cómo llamar a ese tipo de trato, como si todo ya estuviera automatizado.

Aunque el registro fue tedioso, al final fue bastante simple y lograron presentar la solicitud a tiempo. Lo horrible llegó justo después de eso.

Porque luego vinieron las citas con la trabajadora social.

Era una mujer estricta, arrogante y molesta, a Shouta ni siquiera le gustaba su voz, fría y aguda, como si estuviera molesta por todo lo que estaba haciendo.

Hizashi podía manejarla fácilmente, mantuvo su sonrisa y su buena actitud a pesar de todo, incluso si la mujer era grosera con él, continuaría ofreciéndole una taza de café cada vez que ella venía y se ofrecía a prepararla como prefiriera.

Su esposo le preguntó cómo era posible que pudiera hacer eso y él respondió que tenía mucha experiencia lideando con personas de ese tipo.

Shouta le siguió el juego a su esposo, permaneció tranquilo e indiferente, la misma expresión cansada y desinteresada que siempre tenía, aunque por dentro se moría por tirar el café hirviendo directamente a la cara de esa mujer.

Ella les hizo preguntas simples, afortunadamente, se enfocó más en el tema de sus ingresos financieros, su trabajo como héroes y como maestros, y (por parte de Hizashi) preguntó mucho sobre sus horarios en el programa de radio y cómo eran las rutinas diarias de la pareja. 
Si tenían tiempo y días libres o no, el tipo de alimentación que llevaban, si sentían estrés, algún medicamento, sus horas de sueño, el tiempo que pasaban dentro y fuera de la casa, cosas así.

También prestó especial atención a los gatos de Shouta. Cómo los trataba, sus platos de comida, su pelaje, la forma en que respondieron cuando ella trató de acariciarlos, donde dormían, el pelinegro estaba seguro de que si pudiera hubiera podido, la mujer hubiera revisado incluso las cajas de arena.

Yamada le dijo que era parte de su evaluación, si veía que podían cuidar bien a un animal, entonces entendería que al menos el cuidado básico de un ser vivo estaba claro y bien cuidado.

Shouta estaba un poco asustado porque sus gatos estaban un poco más gordos de lo que deberían, pero su esposo le aseguró que no tenía nada de malo pasarse un poco de peso.

Estuvieron en eso al menos un mes y medio, entre visitas de la mujer, entrevistas y charlas en la institución de adopción, procedimientos con su empleo, tanto en la UA como en el campo heroico (y nuevamente por parte de Yamada, en su programa de radio) y su trabajo normal.

Pero finalmente, después de exactamente 2 meses desde que hicieron la solicitud, se les dio una respuesta.

Estaban aprobados.

La trabajadora les dijo que lo hicieron por poco, pero cuando ella les dio la hoja de notas, se dieron cuenta de que las había ido bastante bien.

Perdieron puntos debido a la falta de tiempo y sus rutinas un poco extremas para un niño, pero ganaron muchos más en atención, demostraciones de afecto y estabilidad de pareja, algunos puntos menos en alimentos (para las bolsas de proteína de Shouta) pero estos se compensaron por los extras en limpieza e ingresos económicos, que estaban unos niveles por encima de la casilla que decía "suficiente."

Hizashi casi lloró cuando después de todo eso, todo lo que tenían que hacer era ir a reunirse con los niños y elegir uno.

Resultó que la mujer trabajadora era en realidad una persona muy amable, solo que se había comportado bruscamente porque era parte de la evaluación saber cómo se comportarían junto a alguien con ese tipo de temperamento. Shouta supuso que Hizashi ya lo sabía, pero él estaba tan sorprendido como vio la nueva actitud radiante y amigable de su evaluadora, por lo que, como sospechaba, su marido se comportó de ese modo porque era amable por naturaleza.

De hecho, la mujer dejó varios contactos con orfanatos conocidos, lugares donde podían ir a ver a los niños disponibles.
Tenía números de contacto, páginas web, direcciones e incluso algunas cartas de los más pequeños.

Hizashi estaba fascinado, mirando las pequeñas caras de los niños en busca de un hogar y una familia, sonriendo en las fotos.

Shouta también miró, sus ojos un poco más perdidos que los de su esposo, evaluando cuidadosamente a cada niño e intentando adivinar qué encontraría en cada institución.

Los dos estaban temblando, nerviosos y emocionados al mismo tiempo. Había sido un viaje, pero finalmente podían hacerlo.

Ellos pueden adoptar.

En ese momento, solo era necesario revisar la información de los orfanatos para programar citas en los que parecían mejores.

No podían evitar sentirse como si estuvieran eligiendo un producto, pero la adopción era así, una elección. Una especial, donde el niño pequeño que eligieran se convertiría en parte de su pequeña familia. Ese simple pensamiento los hizo marearse.

Bien. ¿A dónde irían primero?

Pequeños cambios.Where stories live. Discover now