Capítulo 13: El primer día.

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Shouta no quiere hacer eso.

Es la primera vez que se cuestiona a si mismo sobre los métodos que ha decidido utilizar, quizás porque los usará con su hijo, que hasta ahora estaba acostumbrado a ser un poco mimado.

No es que Izuku no sea un niño disciplinado, él sabe mejor que nadie lo que puede provocar la ira de su padre, pero una cosa eran las medidas que tomqba con el hijo que crió durante 8 años y otras completamente diferentes eran las medidas que usaba con un grupo de adolescentes con aspiraciones ridículas de convertirse en héroes.

Si hay dos cosas que Shouta no puede admitir, es su repulsión absoluta hacia la soledad no le gusta estar solo por mucho tiempo, no desde que tiene a Hizashi, pero nunca lo dirá y su tendencia a sobreproteger lo que ama.

Izuku todavía tiene el apellido con el que estaba registrado, pero el hecho de que no lleve en su nombre ningún reconocimiento de sus padres no lo hace menos su hijo, en esencia, eso es lo que es. Sus padres lo adoptaron con la edad suficiente para que él lo entendiera perfectamente, pero ninguno de los tres se preocupa demasiado por eso, son una familia de una manera un tanto extraña.

Sin embargo, sus padres no dudaron ni un segundo en la forma en que lo criaron. Eran maestros y héroes profesionales, por lo que sabían bastante sobre cómo tratar con niños.

Fue mimado y castigado en la misma medida. Le enseñaron que había cosas que podía hacer y cosas que no podía hacer, que sería recompensado por sus buenas acciones, castigado por las malas, entendido cuando lo necesitara, apoyado si lo pedía e incluso salvado hasta de sí mismo si eso fuera necesario.

Pero desafortunadamente o afortunadamente, Izuku no había vivido la exigencias del mundo en toda su extensión.

Claro, como cualquier niño o adolescente se había enfrentado a muchas cosas difíciles. Maestros temperamentales, matones repugnantes, situaciones embarazosas, gente grosera, tareas imposibles y su profunda etapa de depresión. Pero si sus padres estaban de acuerdo en algo, era que el nivel de demanda que la U.A tenía para sus estudiantes sería una de las peores pruebas que su hijo hubiera enfrentado.

No es que creyeran que era débil o que no podía hacerlo. El chico de cabello verde era mucho más fuerte de lo que podían imaginar, tenía tanta resistencia, determinación y deseo que probablemente nada de lo que se interpusiera en su camino lo detendría, pero el cambio era drástico.

En su vieja escuela, lo más difícil que Izuku podía enfrentar en asuntos académicos eran maestros exigentes o tareas pesadas que llevaban días o incluso semanas de trabajo difícil y duro. Por otro lado, la U.A era considerada la mejor escuela de héroes por una razón, su nivel preparaba a los adolescentes para lo que querían ser, les mostraraba la cruda verdad, que no todo era como los cómics estadounidenses que se podían dibujar perfectamente, que había personas que no podían salvar, sacrificios físicos y mentales que a menudo les hacían querer rendirse y un profundo, pero muy profundo abismo de decepción cuando se daban cuenta de que no todo era color de rosa y que debían trabajar más duro de lo que nunca lo hicieron, que era avanzar cada día un paso más cerca de su sueño.

Es por eso que Shouta era tan brusco con sus métodos. No les daba una oportunidad a los niños que soñaron fuera de sus límites como mortales, podrían tener el Quirk más fuerte que jamás había visto, pero si detectaba la más mínima sensación de ineptitud en sus mentes jóvenes, les daría una sentencia directa a las afueras de la escuela sin posibilidad de retorno.

Pequeños cambios.Where stories live. Discover now