Pequeños cambios.

Capítulo 22: En cuarentena con la familia Aizawa - Yamada.

Shouta no sabe si esta precisamente agradecido por esto.

Es decir, él adora pasar tiempo con sus hijos, después de que terminaron el proceso de adopción de Shinsou se encontró a si mismo deseando tener todo el tiempo del mundo para estar al lado de su familia.

Pero por supuesto, él no quería que las cosas fueran en ESA clase de circunstancias.

Cuando la escuela les informa que empezaran a tomar medidas de sanidad para combatir una nueva enfermedad que al parecer se extendía hacía ellos desde los territorios de China, ningún maestro o estudiante se dio cuenta de las verdaderas consecuencias que aquello podría tener.

Todo parecía marchar bien las primeras semanas, con lugares alrededor de la escuela que contenían gel antibacterial, los tapetes sanitizantes para los zapatos y el uso de cubrebocas para los alumnos y el personal de la U.A, los alumnos seguían en sus bloques pero no tenían muchos permisos para salir de ese lugar a menos que fuera para las clases o las practicas.

Pero eso no fue suficiente.

A pesar de obedecer cada protocolo que fue impuesto por las autoridades mayores, la enfermedad avanzo de una manera totalmente inesperada por lo que el gobierno del país tuvo que tomar medidas extremas en ese caso.

Para fortuna de muchos, la cuarentena obligatoria no fue impuesta sobre la población de ninguna manera pero la recomendación seguía siendo quedarse en los hogares a menos que fuera estrictamente necesario salir, así como la suspensión de las actividades que no se consideraban primordiales.

Entre esas actividades, estaba la escolaridad en presencia.

Después de lo que pareció un simple cambio en la normalidad que se vivía en las escuelas, los maestros de la U.A recibieron la orden de enviar a sus estudiantes a casa, desalojando así el área de los dormitorios para que cada estudiantes de cada grado y área fuera enviado con sus padres para pasar la pandemia, al menos, hasta que fuera revocada y pudieran regresar a las clases normales.

Por lo tanto, el día que Shouta le anunció a la clase de 1°A que tendrían que irse a casa, se armó un alboroto.

— ¡¿Eh?! — El grito colectivo en duda es lo primero que atraviesa sus oídos cuando da la noticia.

— ¿Tenemos que irnos a casa? — Es Mina quien pregunta eso. — Pero ya nos habíamos acostumbrado a estar aquí.

— Sensei. — Yaoyorozu, detrás de Shouta se atreve a preguntar. — ¿Puedo preguntarle como continuaremos las clases? Nuestro año todavía no termina...

— Esa es una pregunta que también me concierne. — Iida a su lado, da indicaciones a los demás de permanecer en silencio mientras también pregunta a su maestro.

Shouta suspiró. — Ya se los dije, la escuela se adaptará a una modalidad en línea, tendremos videollamadas de vez en cuando y verán los temas que normalmente deberían ver conmigo, el horario lo tengo que establecer todavía y bueno, lo único que se vera interrumpido son las practicas formales, pero ustedes pueden seguir entrenando en sus casas.

— Si todos tenemos que irnos... — Kaminari de repente pareció reflexionar. — ¡Espere un segundo! Eso significa que Midoriya tiene que irse con usted, ¿No es así?

De repente, la mirada colectiva se dirigió al chico de cabello verde, que casi se ahoga con el jugo de manzana que estaba tomando en ese momento cuando se dio cuenta.

Para el hombre de cabello negro no era un misterio que el resto de la clase le tenía cierta envidia a Deku por ser el único que pasaba un tiempo "especial" con su profesor, a pesar de ser un estudiante más y que Shouta los amaba a todos como a sus hijos, Midoriya tenía un privilegio claramente mayor y una atención diferente por más que su padre tratara de evitarlo precisamente para evitar provocar los celos de los demás.