𝟎𝟏.

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C A P Í T U L O U N O:
La llegada al Raimon.
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Me desperté sofocada. Otra vez el maldito sueño. Me froté los ojos con angustia y me dije: tienes que superarlo de una vez.

—Harper, a desayunar. —la voz de Julia me devolvió al mundo real. Era hora de levantarme e ir al instituto.

—Buenos días, Julia. —le dije al salir de mi cuarto— ¿Está Axel?

—Se ha ido pronto, pero te ha dejado una nota. —la dejó en la encimera de la cocina y la leí: "Ya sabes que hacer". Y tanto que lo sabía, me lo había repetido ochenta veces.

—Bueno, pues me marcho al Raimon, no quiero llegar tarde el primer día. —le sonreí a modo de despedida y cerré la puerta.

Julia siempre me había tratado como una sobrina, aunque no fuera mi tía de verdad. Tras el abandono de mis padres, su hermano se hizo con mi custodia, convirtiéndose en mi tutor legal, y ella me acogió con los brazos abiertos. Sinceramente, no se que habría hecho sin ellos, se lo debía todo.

Sin darme cuenta, estaba delante de las puertas del Raimon. Entré y me dispuse a buscar a Víctor Blade, el otro imperial enviado por el Sector V. No lo visualicé hasta que llegué al campo de fútbol.

Me apoyé en un árbol y sonreí de lado, disfrutando del espectáculo. Un chico con remolinos en el pelo trataba de quitarle el balón a Blade, cosa improbable. Ese chico me resultaba interesante, no por su aspecto sino por su forma de ser. No parecía que fuera a rendirse fácilmente.

Por más fuerte que Blade lanzara el balón, el chico siempre se levantaba (y con más fuerza). Era digno de admirar.
Estaba a punto de entrar en acción cuando Blade se cabreó y realizó su supertécnica. El chico está perdido, me dije.
Para mi sorpresa, y para la de todos los que estaban viendo el espectáculo, el chico consiguió parar el tiro y se hizo con el balón.

—¡Arion le ha quitado el balón! —gritó sorprendida una mujer peliazul. Todos estaban igual de sorprendidos que ella, para que negarlo.

—Tss —gruñí por lo bajo. Este chico no sabe hacer nada bien, dije refiriéndome a Blade.

Victor, cabreado, lanzó el balón de nuevo directo a la cara del chico, pero otro balón desvió el tiro.

—¿Se puede saber que clase de espectáculo es este en el sagrado campo de fútbol? —Dijo el chico que había lanzado el balón. Su aspecto me atrajo al instante. Su pelo era ondulado y grisáceo, muy llamativo por su longitud. Su tez era pálida y parecía no haber roto un plato en su vida.

—¿Eh? ¡Riccardo! —dijo la peliazul.

—Ese chico es... —añadió sorprendido el chico de los remolinos.

—Vaya, por fin aparece. —dijo con sorna Victor.

—Yo soy Riccardo Di Rigo, el capitán del Raimon. —con que este es Di Rigo el virtuoso, dije mentalmente— y todos los que vienen conmigo son el equipo del Raimon.

No sabía cuales eran las órdenes que Victor Blade tenía, así que me mantuve a una distancia prudente para que no notaran mi presencia, pero en la cual pudiera oír y ver.

—¿A qué has venido? —preguntó el entrenador del Raimon.

—Mis instrucciones son reformar el club de fútbol del Raimon y todos vosotros acabaréis en el cubo de la basura. —soltó Blade divertido.

Imperial (Inazuma Eleven Go - Riccardo Di Rigo)Where stories live. Discover now