Imperial (Inazuma Eleven Go - Riccardo Di Rigo)

𝟐𝟏.

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C A P Í T U L O   V E I N T I U N O:
El desconocido.
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Harper se despertó en cuanto una mano le acarició la mejilla.

—Buenos días... —murmuró hacia Riccardo, que se encontraba en la cama del hospital.

—¿Has dormido aquí? Podías haberte ido a casa...

—¿Sola con tus padres? Que vergüenza. Les dije que me quedaba yo contigo. —dijo entre risas la chica y se acercó a darle un beso en la mejilla.

—No tan rápido... —murmuró Riccardo cogiéndola de la muñeca, en cuanto Harper se iba a volver a sentar, y la besó en los labios.

El beso empezó siendo inocente y conforme pasaban los segundo se intensificaba. Ambos se habían echado de menos en estas horas que Riccardo había estado dormido, y sobretodo Harper había estado muy preocupada.

—Voy a por un café... ¿Quieres algo? —dijo cuando se separaron.

—Una botella de agua. —dijo el chico y Harper asintió, saliendo por la puerta y cerrándola tras ella.

Por el camino, el misterioso hombre del partido apareció y la detuvo.

—Te dije que nos veríamos pronto. —murmuró.

—Sigo sin saber quién es usted, señor. No suelo mantener conversaciones con extraños, así que si me disculpa. —dijo, pasándole por el lado y yendo hacia la máquina expendedora de bebidas.

—Déjame que me presente, mi nombre es Gyan Cinquedea, y soy el fundador del Sector Quinto. Por ende, soy el superior de tu padre.

—¿Y puedo preguntarle qué hace aquí? Es decir, ¿qué pretende? —dijo la chica, sin siquiera mirarle, cogiendo el agua.

—Vengo a darte el uniforme del Dragón Link, tu nuevo equipo.

—Debe estar confundido, yo ya no sigo las órdenes del Sector Quinto, señor. —dijo con sorna, pues pensó que le estaba tomando el pelo.

—Lo podemos hacer por la buenas, o por las malas.

—Por ningunas. No me pienso unir de nuevo, no voy a ayudarle en lo que hace. Eso no es fútbol.

—Déjame hacerte cambiar de opinión. —murmuró el hombre, sentándose en una silla que había en el pasillo del hospital. Harper le miró expectante, esperando a que hablara— Si no te unes a mi equipo, habrás sentenciado a tu familia.

—Yo no tengo familia, señor. —contestó Harper.

—¿Estás segura de eso? Creo que Alex si te ve como una hija... Y su hermana como una sobrina... Y ese chico, ¿Cómo se llamaba? Ah sí, Riccardo Di Rigo. Para ese chico también eres alguien importante... ¿O me equivoco? —aquellas palabras hicieron enojar a la chica.

—No se atreva a ponerles un dedo encima.

—Yo prometo que nada malo les pasará, siempre y cuando tú cumplas lo que alguna vez juraste al sector quinto, obedecer nuestras órdenes siempre. ¿O has olvidado aquella promesa? —cuestionó, levantándose de la silla— Si no presentas tu dimisión a tu entrenador antes del viernes que viene, me veré obligado a actuar.