𝟏𝟓.

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C A P Í T U L O  Q U I N C E:
La fuerza de un dios.
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La cuenta atrás para el partido contra el Kirkwood había comenzado.

Todos en el equipo estaban bastante nerviosos, para que mentir. ¿Y si perdían?¿Y si no eran capaces de vencerles?¿Y si no eran tan guertes como pensaban? Y si...

Montones de "y si..." rondaban por la cabeza de los jugadores del Raimon.

A Riccardo y a Harper les rondaba por la cabeza, además de los "y si...", el beso del anterior día. Aún no habían hablado sobre el tema y tampoco habían vuelto a verse a solas. Les daba, a los dos, demasiado corte.

Durante los entrenamientos se limitaban a observarse de lejos. Harper entrenaba junto a Michael y Víctor, mientras que Riccardo estaba con Gabi. En uno de los entrenamientos, Víctor la notó rara.

—¿Te encuentras bien? Estás distraída. —dijo Víctor cuando Harper falló el tiro.

—Sí, sí. Tranquilo. No es nada. —se encogió de hombros e intentó concentrarse. Sin embargo, Jude Sharp los había estado observando y se había dado cuenta de que algo pasaba.

—¡Harper, Riccardo! —les llamó. Cuando estuvieron delante del entrenador, este les miró serio— He notado que estáis ausentes. Necesito que dejéis vuestros temas personales o lo que haya pasado a un lado, sino me veré obligado a dejaros en el banquillo. Estáis afectando a la mejora del equipo. —soltó un tanto borde— Iros a descansar, espero que mañana se os haya pasado. —murmuró trantando de calmarse.

Ambos se miraron sorprendidos y asintieron, mientras murmuraban un "lo sentimos". Cuando el entrenador se marchó para dar instrucciones a los que aún seguían con el entrenamiento, Harper y Riccardo se dirigieron a cambiarse.

En el vestuario, ya listos para marcharse a casa, Harper se sentó en el banquillo y le hizo una señal a Riccardo para que hiciera lo mismo.

—¿Vamos a hablarlo aquí? —preguntó confuso.

—Hay que hacerlo cuanto antes. —murmuró la chica— No puedo hacer nada bien sabiendo que estás incómodo. Me carcome la cabeza.

—¿Yo incómodo? Si eres tú la que no me dirige la palabra.

—¿Perdona? He intentado hablar de lo que pasó varias veces. Eres tú el que se limita a hacer como que nada pasó. —recriminó Harper de vuelta.

—¿Yo? Yo hice que pasara. Eres tú la que seguramente esté arrepentida. Si ni siquiera me miras ya, haces como si nada. Estarás acostumbrada a esto, pero yo no. —bufó el chico.

—¿Qué qué? ¡Seguro que tú estás más que yo! -gritó la chica ofendida. ¿Le estaba diciendo que era una cualquiera?

Harper era de aquellas chicas que sacaban todo de quicio. Muy dramática ella.

—¡Ya te digo yo que no! —Riccardo se levantó cabreado del banco y la miró con los ojos en llamas. Harper hizo lo mismo y se mantuvieron la mirada durante un buen rato, gritándose cosas que ni siquiera tenían sentido. ¿Por qué discutían?¿Por qué seguían gritándose? Ninguno lo sabía, pero no querían ser los que se rindiesen primero.

—¿Qué está pasando aquí? —preguntó Samguk al entrar a los vestuarios, acompañado de todo el equipo. Riccardo y Harper volvieron al mundo real.

—N-ada. —murmuraron los dos, poniéndose rojos. Cuando volvieron a coincidir sus miradas, cogieron sus mochilas y salieron corriendo de allí, aunque sin siquiera mirarse. Estaban aún indignados.

Imperial (Inazuma Eleven Go - Riccardo Di Rigo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora