CAPÍTULO VEINTICINCO: EL VIAJE

17.2K 2K 344
                                    

—¡¿CÓMO PUDISTE BELIAL?!— lo acusó nuevamente Edwin —¿Cómo pudiste ser tan inconsciente?

Belial miraba como su hermano se ponía rojo por el cólera que trataba a duras penas de contener mientras caminaba a lo largo de la oficina sin poder detenerse.

—¿Por qué?— volvió a preguntar ahora más calmado deteniendo su andar.

—Tenia el celo Edwin, no fue como si lo hubiese pensado mucho— respondió apartando la mirada.

—¿Por qué me mientes?— preguntó su hermano de regreso.

—No estoy mintiéndote.

—¿Tienes siquiera idea de lo que hiciste Belial? ¿Al peligro al que esta expuesto Keera?

—No dejaré que nada le pase— se limitó a responder.

—Eso significa que no vas a dejar que se vaya ¿Verdad? Tal como le prometiste— el alfa levantó la cara encontrándose con la mirada acusadora de su hermano—Ella me lo dijo si es lo que te estás preguntando.

—Hice un arreglo con ella, por supuesto que la dejare ir— contestó, sin embargo sus palabras carecían de cualquier tipo de verdad.

—Cualquier ser sobrenatural que la huela sabrá lo que hiciste Belial — volvió a decir Edwin, apretando sus manos en puños—Creerán que es importante para ti, la van a cazar como si fuese un puto trofeo.

—¿Cómo sabes que no me importa?— preguntó despegando su cuerpo del escritorio y cruzándose de brazos.

Edwin se limitó a negar con la cabeza y mirarlo con desaprobación.

—¿Es que acaso me tomas por idiota Belial?— preguntó y el alfa noto la resignación con la que su hermano le hablaba. —¿Te piensas que no se por qué la marcaste?

—No sé de qué estás hablando— se limitó a responder Belial.

—¿No lo sabes?— preguntó nuevamente riendo con ironía — Por supuesto que lo sabes.

—A ver... ¿Por qué crees que la marque entonces?— respondió el alfa estirando sus manos con dramatismo.

—Por que quieres tenerla controlada, por que no confías en ella, por que sea cual sea la mierda que estás planeando para Keera necesitas tenerla bajo tu poder, saber donde demonios se encuentra y en el momento que ya no te sirva la destruirás, por que como te dije antes Belial— y acercando sus rostros murmuró:—Eso es lo que tú haces, pero no permitiré que pase, no esta vez.

El alfa sintió aquel leve olor del que últimamente se había hecho adicto, sus ojos se dirigieron hacia la puerta y se encontraron con aquellos color avellana que solían atormentar sus noches.

Keera miraba todo con los ojos abiertos luego de escuchar prácticamente toda la conversación, negó con la cabeza y comenzó a caminar a pasos apurados lejos de todo lo que tenía que ver con Belial.

—¿En qué momento pensaste que le importabas idiota?— se dijo a sí misma mientras ignoraba los llamados del alfa —Idiota de ti que venías a hacer las paces, idiota mil veces.

Salió del castillo y se encaminó directo al bosque, mientras ignoraba todos y cada uno de los pensamientos que invadían su mente.

Deseo por un momento simplemente desaparecer, alejarse de Crena y hasta de la mismísima Gaia, desprenderse de su mente y dejar de pensar en todo aquello que la rodeaba.

—Keera...— murmuró Belial una vez que la alcanzó.

—¿Es que no puedo tener un puto minuto a solas?— respondió ella poniendo las manos sobre su cintura y girándose para encararlo.

El Mundo de GaiaWhere stories live. Discover now