CAPÍTULO DOCE

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UNA BRUJA 



¿Una bruja?

¡¿UNA BRUJA?!

Keera observó a la niña con una mirada acusadora, ¿como se atrevía Ness a ocultarle semejante información? De todas formas, la pequeña estaba como si nada, mientras intentaba quitarse el enorme vestido que llevaba puesto, refunfuñando por lo bajo.

—Ella..., ella no es una bruja, ¿verdad Nessy? —Preguntó Keera, con una pizca de esperanza. 

La niña la miró de una forma extraña, como si no le hubiera gustado del todo el mote cariñoso que había usado para ella y Keera se dijo que tenía que tener cuidado, los brujos no eran peligrosos por nada, incluso los que lucían como niñas de no más de doce años. 

—Estoy bastante seguro de que es una bruja —murmuró Edwin, que lentamente comenzó a alejarse de la puerta en dirección a su sobrino, aunque a los ojos de ella, la pequeña seguía pareciendo inofensiva.

—Ness, ¿te gustaría explicarme que demonios está diciendo Edwin?

—Archie, camina lentamente hacía mi, ¿quieres? —Murmuró el lobo, sin dejar de verse alerta. 

—No va a hacernos nada, por Dios —respondió Keera, rodando los ojos. 

Si hubiera querido atacarlos, hacía rato lo hubiera hecho, teniendo en cuenta todas las oportunidades que había tenido la pequeña. 

—Dile Archie, tú que la conoces hace más tiempo —murmuró en dirección al niño. 

—¡¿Cómo que la conoces hace más tiempo?! —Pregunto Edwin alarmado. 

Este se limitó a mirar a Keera con exasperación, como si aquella información no tendría que haberla dicho, luego se giró hacia su tío y comenzó a hablar en ese lenguaje de señas con el que se comunicaban.

No pudo evitar pensar que a ella le hubiera encantado saber dicho lenguaje. 

—¡No puedes estar hablando en serio Archie! —Le reclamó Edwin a medida que el niño gesticulaba con sus manos. —No, esto no está bien, ella es peligrosa..., ¿y como estas tan seguro de que no te hará daño? Oh..., ¿y recién ahora me lo dices? De todas maneras, ¿por qué confiaste primero en Keera antes que en mi? —Keera no pudo evitar la sonrisa victoriosa en su rostro que Edwin inteligentemente ignoró mientras miraba fijamente las manos de su sobrino. —Ah..., con que esta es la niña que salvaron el otro día —dijo, mirando de reojo a Ness. —Por lo que Belial tenía razón y tu le juraste que no era cierto. 

El niño simplemente se encogió de hombros. 

—No estoy entendiendo nada —se quejó Keera.

—Archie dice que, aunque sangre de bruja corre por sus venas, la niña no puede hacer magia.

—¿Y eso? —Pregunto Keera. 

No es como si supiera mucho de los brujos, pero tampoco había escuchado nunca algo como aquello. 

—No lo se, supongo que nunca fue iniciada —termino diciendo él y luego volvió a hablarle a la niña: —¿De qué pueblo eres?

—Olite —contestó ella simplemente, como si aquel no fuera un pueblo perdido donde algunas brujas habitaban.

—¿Por qué no me lo dijiste antes? —Acusó Keera.

—Por qué no preguntaste —respondió, encogiéndose de hombros y avanzando por la habitación hasta sentarse en la cama de Keera nuevamente.

El Mundo de GaiaWhere stories live. Discover now