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Los rayos de sol se filtraban por la ventana de mi habitación, desperté bostezando abiertamente y me incorpore de manera perezosa mineras me desperezaba.

Me levanté de la cama arrastrando los pies, lo normal siendo lunes por la mañana. No tenía ganas de nada, tan solo de ir a la biblioteca y disfrutar de la paz que me daba hacer bellos dibujos de carboncillo sentada en una esquina.

Tome un peine y tras desenredarme el pelo me lo recogí en una coleta, me lave la cara y me vestí. Me puse unos pantalones de color marrón, una camisa blanca arremangada y unas botas con cordeles de un color marrón, más oscuro que mi pantalón. No dude en tomar un cuaderno que había fabricado de manera improvisada junto con el resto de materiales correspondientes y salí de mi casa sin despertar al resto de mi familia.

Caminé en silencio por las momentáneas vacías calles de Trost de camino a la biblioteca. Sin embargo estaba cerrada, quizás era demasiado pronto. Me encogí de hombros y seguí paseando hasta llegar al límite, el cual nos separa del muro María. Busque un sitio tranquilo y me deslice hacia el suelo, apoyando mi espalda en un árbol, saque mi cuaderno y los carboncillos y me puse a dibujar.

A los pocos minutos un chico se interpuso entre las referencias y yo, lo que me hizo fruncir el ceño levemente, el chico estaba parado, mientras respiraba fatigado apoyando sus manos en las rodillas, intentando serenar su respiración. Me levanté del suelo irritada y me acerque a él.

__: Lo siento... Pero me estás molestando.

##: ¿Huh?

El chico se giró hacia mí, era un poco más bajito que yo, de pelo rubio castaño y de ojos color marrón intenso.

__: Te lo repito, estás en medio.

El chico me miraba desconcertado hasta que reparo en mi cuaderno y el resto de materiales.

##: Tsk, no tengo porqué quitarme, el campo es de todos.

Me crucé de brazos.

__: Vale, me parece bien ¿Puedes ir a correr a otro sitio?

Sentía como los nervios se estaban apoderando de mi, pero trataba de no perder los estribos.

##: No, mi casa está cerca, no me alejaré más.

Bufé por lo bajo y me volví a sentar a la sombra del árbol mientras volvía a retomar mi tarea, la cual seguía siendo difícil debido a la presencia del individuo en cuestión. Él siguió "entrenando" mientras que yo, cansada de tener que moverme para captar distintos ángulos, decidí incorporarlo en el dibujo.

Una hora después, el chico se acercó a mí.

##: Creo que hemos empezado con mal pie, me llamo Jean ¿Y tú eres?

__: No te importa.

Cerré el cuaderno con velocidad notando como intentaba inmiscuirse en mis asuntos.

Jean: ¿No me dirás tú nombre?

__: Averigualo tú solo si eres tan listo.

Cerré la bolsa de cuero en la que llevaba mis materiales y me dispuse a volver a mi casa para ayudar a mi madre con la comida.

Por el camino hacia mi casa pase por el mercado y compre un poco de fruta fresca, seguramente mi madre lo agradecería. Me giré con velocidad al sentir que me seguían.

__: ¿Otra vez tú? Que pesado.

Jean: Cierra la boca, me pilla de camino a mi casa.

__: ¿Y tienes que seguirme?

Kirschtein {Jean x reader}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora